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viernes, 31 de julio de 2015

Mienten como bellacos los extremistas piomoascesarvidales de turno cuando hablan del Valle: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 212

Ofenden a la inteligencia los nostálgicos del pasado, los que añoran generalísimos en el Pardo y golpes de autoridad en las calles, cuando acusan de mentir a quienes hablan del trabajo forzado en la España de postguerra y de faltar a la verdad a los que sostienen, sostenemos, que decenas de miles de españoles fueron convertidos en esclavos por la dictadura franquista para construir presas, arreglar carreteras, rehabilitar conventos, reedificar iglesias y horadar las montañas para practicar en ellas túneles, criptas y santuarios.

Esclavos forzados republicanos, durante una visita de autoridades a Cuelgamuros para supervisar la marcha de las obras del Valle. Fotogramas que he congelado proceden de "1939-1940 Vencedores y Vencidos. Los años del NODO".

De todo ello he hablado profusamente en esta página de TODOS LOS ROSTROS.


Los predicadores de la tiranía sostienen desde sus púlpitos radiofónicos y televisivos en COPE, Intereconomía e Intercontinental que los forzados no lo eran, que trabajaban voluntariamente para redimir pena y que estaban entregados y comprometidos con su trabajo, por el que además percibían una remuneración.
 
Esclavos forzados republicanos, durante una visita de autoridades a Cuelgamuros para supervisar la marcha de las obras del Valle. Fotograma congelado procedente de "1939-1940 Vencedores y Vencidos. Los años del NODO".


Manipulan como canallas estos embusteros precursores de una intervención agresiva de los poderes fácticos en la sociedad. Omiten que los presos actuaban bajo coacción y por un miedo insuperable, ya que una gran parte de sus compañeros republicanos represaliados habían sido asesinados; silencian que estaban secuestrados por los traidores armados franquistas contra su voluntad; callan que el tiempo redimido --un día de condena por dos de trabajo-- era como consecuencia de una pena ilegal impuesta por una pantomima de tribunal durante el curso de una farsa a modo de juicio; escamotean el dato de que si el republicano prisionero hubiera sido un hombre libre en una sociedad democrática y no franquista, de haber trabajado en las obras lo habría hecho como un profesional remunerado, en condiciones dignas de seguridad y bajo contratos supervisados por autoridades laborales justas; esconden que los esclavos republicanos eran asignados como ganado a contratas privadas que percibían generosos ingresos por las adjudicaciones de obra pública y por las que cohechaban con jugosos sobornos a los adjudicadores; y eluden mencionar que sólo una mínima fracción del supuesto salario que abonaba la contrata llegaba al forzado, ya que más del 90% de la misma era retenido por el Patronato para la Redención de Penas en concepto de gastos de mantenimiento y cobijo del esclavo republicano.
 

Ampliación de la fotoanterior, en la que se ve con más detalle aunque en muy baja resolución a un grupo de esclavos forzados republicanos, durante una visita de autoridades a Cuelgamuros para supervisar la marcha de las obras del Valle. Fotograma congelado procedente de "1939-1940 Vencedores y Vencidos. Los años del NODO".



Los extremosos derechistas siempre sacan a relucir el Valle de los Caídos como buque insignia de su campaña contramemorialista e insisten en que el trabajo era seguro, el trato bueno y que muchos presos optaron voluntariamente por quedarse en Cuelgamuros al ser liberados. ¿Dónde iban a ir, si la pena impuesta por los vencedores incluía el destierro de sus ciudades y pueblos de residencia, figuraba en certificados y células de identificación y favorecía que los franquistas y falangistas dueños de empresas y negocios los represaliaran, negándoles el trabajo? ¿Cómo iba a ser la faena segura, si muchos murieron por accidentes, decenas sufrieron mutilaciones y aplastamientos y otros muchos, cientos, enfermaron y gran parte murieron como consecuencia de la silicosis contraída por la inhalación de polvo de sílice y granito en suspensión?


Y finalmente, ¿cómo es que los piomoascesarvidales de turno tienen la desfachatez de vendernos esa imagen casi idílica de los campos de trabajo de presos insertos en batallones disciplinarios, cuando es notorio que allí eran maltratados, que los guardianes les golpeaban de continuo con vergajos, que trabajaban bajo la amenaza del sempiterno cañón de un fusil y que muchos de los fugados de los campos eran fusilados delante de sus compañeros tras ser capturados en represalia ejemplarizante?


Detalle muy ampliado de las fotografías anteriores. Dos hombres armados de fusiles vigilan a los presos, el de la derecha aparentemente guardia civil por el ancho tocado que luce en su cabeza. ¿En qué paraiso se hace preciso que haya guardianes armados para evitar fugas y forzar el rendimiento de los esclavos? Fotograma congelado procedente de "1939-1940 Vencedores y Vencidos. Los años del NODO".

jueves, 30 de julio de 2015

Uno recibió un culatazo en el ojo y el ojo le saltó. Fue fusilado con el ojo colgando: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 211

Tierra albariza, blanca, de brillo cegador, reseca, donde se cría el vino de Jerez, la fina sangre del trabajador. Entre sarmientos y vides nace José Dorantes Ortiz en una casa de viña, construcción endeble, suelo de tierra, apenas 4 paredes y un mal techo. Pobre de solemnidad el chavea, como pobre es su familia y desafortunada. Muere la para siempre añorada madre al poco de galopante tisis, infecta tuberculosis, cuando José, ya Pepito, solo tiene 5 años. La familia se rompe entonces. Sin recurso alguno, los dos chicos mayores deben marchar a un Hospicio en Cádiz y de allí a los Salesianos. En el 34 regresa Pepe con el padre y empieza a trabajar en campos, garitos y bodegas. Jerez es entonces una ciudad de 50.000 habitantes, quizás la más rica de Andalucía, seguro que la más desigual. Por ella no ha pasado la ilustración, el liberalismo, la industrialización y el republicanismo. Ismos que llenan portadas de gacetas, discursos, libelos y papeles pero que no logran esconder la inmutable realidad, a pesar de la República: la persistencia en Jerez del antiguo régimen absolutista, la prevalencia de la sociedad estamental en una ciudad encapsulada dentro de una burbuja medieval donde "o se es caballo, o se es Domecq", ciudad que congela clases e inmoviliza el pujante ascensor social que trabaja a destajo en Madrid, Bilbao o Barcelona. Desde hace muchas décadas anarquistas (santa Mano Negra, ora pro nobis) y durante este último lustro republicano, sindicalistas y militantes de izquierda han intentado sin éxito subvertir el viejo orden jerezano. Consiguen logros que se antojan estables, pero que al poco se tornan efimeros. Convenios, Jurados mixtos, acuerdos, pesetas y reales conseguidos a golpe de unión en sonadas huelgas..., todo se trunca un día caluroso de julio del 36.

José Dorantes Ortiz. Foto de Cristóbal Ortega. Fuente: lavozdelsur.es

El 18, viene Pepe de bañarse en el río. Entra en casa. A lo lejos se escuchan leves petardeos. La atronada se acerca y desde el balcón de casa ven los Dorantes las carreras, los soldados y las descargas. Y los heridos. Y los primeros regueros de sangre, presagios del incontenible caudal de muerte que habrán de verter en el mar de la ignominia los matadores fascistas. Porque son ellos los artífices del crimen. Padre e hijo se indignan y tiemblan. El tan pronosticado golpe contra la balbuceante democracia republicana se ha producido y los Dorantes serán algunas de sus víctimas. El tío de Pepe es concejal izquierdista en el Ayuntamiento. Ha de huir a la sierra para salvar la vida, porque de sus 29 compañeros de corporación, 17 son asesinados. José padre es presidente del sindicato de obreros de la tierra. Por su cargo y la ausencia fraterna de la que adivina será culpabilizado, se siente en peligro. Y le dice al chiquillo, que solo tiene 14 años: "Pepito, creo que voy a tener que ir al campo porque están matando a todos mis compañeros y alguna de estas noches vendrán a por mí". Esa noche, mientras Pepito duerme, el vaticinio se convierte en terrible certeza. El padre es secuestrado por los brigadas de la muerte falangista y desaparece para siempre. Pero estremecido por su ausencia, Pepe reconstruye sus últimas horas: "Primero se lo llevaron al cuartel de los falangistas que estaba en la plaza de la Yerba... luego lo pasarían a la casilla, la comisaría... a continuación lo trasladarían al cuartel del Tempul, que le llamaban el cuartel de caballería. Allí le metieron en un pequeño calabozo con otros 20 ó 25. Tenían que estar permanentemente de pie porque no había sitio para tumbarse o sentarse. Respiraban por el hueco de debajo de la puerta o por la mirilla. Sé que hacían un limpiao cada noche. Iban con una lista diciendo los nombres y según lo sacaban del calabozo para meterles en el camión, les pegaban un culatazo que los señalaba. Uno, me comentaron una vez, recibió un culatazo en el ojo y el ojo le saltó. Fue fusilado con el ojo colgando. Pero mi padre no cayó allí. Fue trasladado al Alcázar. Desde allí salió para no volver más. No se ni dónde le mataron ni dónde le enterraron... En las cunetas de la Trocha mataron a muchos. Pero también había un puentecito en el ferrocarril que se llamaba puente del Duque. Era muy estrecho. Allí colocaban a los que iban a fusilar y les ponían la boca de fusil como mucho medio metro. Y disparaban". Y el repúblicano muerto cae abajo, tras el barandal y si aún se agita, es tiroteado nuevamente desde arriba, como en un tenderete de feria. Pronto, bárbaramente segadas ya todas las hierbas locales que los salvajes armados creen malas, la matanza continúa en Jerez con vecinos de otros pueblos y ciudades de la Bahía, la costa, Arcos y la serranía.

José Dorantes Ortiz. Foto de Cristóbal Ortega. Fuente: lavozdelsur.es

Y los cadáveres son ya legión en Jerez, en una ciudad en la que ninguna persona de orden, ningún derechista, propietario, sacerdote o religioso ha sufrido la menor violencia. La contrapartida son entre 400 y 600 muertos republicanos. Muchas, mujeres. La mayoría, hombres. Todos sus nombres desaparecen. Las listas, si existieron, se destruyen. Los republicanos son asesinados en el muro de la plaza de Toros, en el cementerio de Santo Domingo, en la carretera de Trebujena, en el Alcázar. Sus cuerpos son apilados como leña muerta en cajas de camiones descubiertos por soldados de caballería y artillería, transportados a lugares ignotos y enterrados en secreto. Nadie saben dónde están sus restos. Lo narra así José, 80 años después: "Recogían los cadáveres con camiones del cuartel de caballería. Los soldados lavaban la sangre con una manguera y luego se hacía cargo la Cruz Roja, que se lo llevaba al cementerio pero nunca se ha sabido nada. Tendría que haber un registro de los que entraban, pero no, nada de nada. Y esto es un hecho. No se sabe qué ocurrió con los muertos de Jerez, pero esos muertos existieron". Y nunca aparecieron, pero en Jerez, en toda España no se podía preguntar, no se podía cuestionar, no era posible disentir: "Íbamos al cine. En el descanso había que levantarse y poner el brazo en alto. Ahí me veías a mí. En los bares no se hablaba. Recuerdo unos que llegaron al bar León que estaba donde hoy está el Santander. Decían que venían de la División Azul y el camarero les soltó que "qué puñetas se les había perdido en Rusia". Hubo un pequeño altercado y esta gente de la División Azul se fueron a comisaría. Al camarero pasó lo menos siete meses en prisión... No, no, había que estar callado y yo aprendí a callarme".


Y José, Pepe Dorantes lo aprendió bien y rápido. Decidió no convertirse en un petimetre en eterna cuchipanda y asumió deliberadamente el ejemplo de su padre, el compromiso con su mundo. El ideario tan duramente aquilatado durante años y décadas convirtió su actitud en digna, su ejecutoria en honesta y su resistencia en honorable y jamás humillada. Desde los 60 se afanó en la lucha, que protagonizó en los 70 como capataz de capataces de bodega y que comenzó a dirigir desde 1977, con su militancia siempre franca y abierta. Hoy, José tiene 93 años. Se irrita a veces porque la memoria le falla, pero tiene muy presente la propia lucha de tantos años contra la Injusticia de la burguesía local, desde su papel de presidente durante una década de la agrupación local de los socialistas jerezanos. En 2014, en 2015, Pepe lo es ya de Honor y recibe homenajes, parabienes y celebraciones que festejan su veteranía y su histórico compromiso. Pasea por su ciudad, observa y se pasma ante faraónicas zonas comeriales; glorietas nominadas en advocación al fundador del Opus --combatiente fascista--; iglesias restauradas con cargo al erario público; monumentos a Hermandades y santos; dispensas de IBIs a propiedades eclesiales en aplicación de normas estatales; perpetua genuflexión de los poderes públicos y las voluntades particulares siervas ante la plutocracia local; una ciudad muda, humillada y amedrentada por la miseria y el paro, el mayor de Europa; el silencio cómodo de una población callada y tributaria de la misma burguesía heredera de la que dio muerte a sus más destacados hombres y mujeres de izquierda... La perplejidad ronda a Dorantes, la estupefacción le desarma y adivina que tras cada artificio modernista, tras cada calle peatonal plagada de comercios y licencias, tras cada nuevo desarrollo urbanístico, tras cada ensanche y cada pgou sigue latiendo el corazón del antiguo régimen absolutista y sigue prevaleciendo aquella sociedad estamental encapsulada en una secreta burbuja medieval, la de Jerez

José Dorantes Ortiz. Fuente: mirajerez.com

Y es entonces cuando José Dorantes recuerda a su padre, a su tío, a los 500 ó 600 camaradas que cayeron vilmente asesinados y a los miles que fueron represaliados sólo por querer cambiar, solo por soñar con un Jerez más justo.

Muchos de datos y todo el entrecomillado que han servido para construir esta entrada proceden de la extraordinaria entrevista que el experto Pedro Ingelmo le hizo a Pepe Dorantes, publicada por "Diario de Jerez" el 21 de mayo de 2006. Absurdo es que materiales como éste (reportajes, monográficos, especiales, etc) no puedan consultarse en las hemerotecas digitales de estos medios, más proclives a almacenar sólo noticias. Otra buena parte del espíritu y la letra de la entrada procede de http://memoriahistoricadejerez.blogspot.com.es, insustituible sitio web administrado por Cristóbal Orellana González, maestro archivero, la voz que clama en el desierto jerezano. Algunos otros datos proceden de entrevistas a Dorantes en mirajerez.com, diariodejerez.es y lavozdelsur.es. Todos ellos han puesto la letra. Cristóbal, las imágenes. Y yo, la música.

miércoles, 29 de julio de 2015

"Esta guerra es necesaria y conveniente. Un generoso regalo de Dios, un supremo dolor, una suprema lección": Pemán: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 210

El desarrollo de 1936 a 1939 del acto terrorista --tres veces mal-llamada guerra, civil y española-- perpetrado por los funcionarios traidores armados y la tiranía impuesta en el Estado español por estos felones, permitieron calibrar la ética y sopesar la calidad humana de cada español sometido a los avatares de este convulso periodo. Supimos ayer en TODOS LOS ROSTROS de las adversidades sufridas por los intelectuales de izquierda durante la contienda y sobre todo tras ella. La Muerte, el asesinato de la Inteligencia y de los "inteligentes" a manos de los sublevados fue práctica común. Apuntaba también una extensa, incompletísima relación de escritores, periodistas, músicos, pintores y caricaturistas asesinados por los defensores de la Santa Religión y la Sagrada Madre España. Y resaltaba el digno ejemplo, la coherencia ideológica y el pundonor profesional demostrado por Carlos Gómez Cabrera, Bluff, que habría de pagar con su vida sus ambivalentes viñetas de doble lectura publicadas desde la cárcel en la revista católica "Redención", instrumento de dominio y sumisión. Como contrapunto a tanta honestidad, resalta la más diafónica y abyecta de las conductas, la de José María Pemán, político, escritor, poeta y agitador fascista y ultramonárquico, paradigma de la cultura puesta al servicio de la Muerte.

El camaleónico Pemán, demócrata de toda la vida en 1978, conspirador y fascista en 1936


Era Pemán gaditano; su biografía, extensa; sus obras, profusas. Monárquico, conservador y moderadamente liberal, estaba en buenas relaciones con las dos generaciones jerezanas de Primos de Rivera y con los artífices de la sanjurjada. Como Unamuno antes, como más tarde Marquina, Benavente, Azorín, Baroja, Manuel Machado, Gerardo Diego, Pérez de Ayala..., Pemán alimentó a la militarista caterva que pulsante emergía de la caverna golpista, proporcionándole motivos, coartadas, eslóganes y estéticas linguísticas que revistieran de palabrería hueca la semántica pistolera de los asesinos. Y así fue. En prensa, radio, revistas, actos públicos y reuniones privadas, Pemán fue esparciendo la semilla del golpe antes del golpe. Fue incluso más allá que el rector vasco de Salamanca y discurrió la Cruzada, inventó la España Mártir y concibió la idea y la expresión del Movimiento Nacional, profetizando y dirigiendo el tan cacareado motín de lo perverso y caduco contra la lozanía de la ingenuidad.
Elecciones de 933. Los derechistas Carranza, José Antonio y Pemán consiguen escaño por Cádiz.

A los pocas horas del golpe y cerciorado del triunfo en Jerez, pues de aquí era hijo adoptivo, y en Cádiz, Pemán hace de tripas corazón, oculta los miedos y entra en la ciudad, que cae sin un sólo tiro. Así lo cuenta el libelista Arrarás:



"[...] acudiendo al cuartel de [lanceros de] Villaviciosa para unirse a los demás voluntarios de las diferentes facciones que se estaban concentrando allí atendiendo la llamada del Comandante Arizón, y en donde reinaba el buen humor, característico de esa ciudad [Jerez de la Frontera], donde el nivel de la vida y el aire de la raza, por una admirable mezcla anglo-andaluza, producida por el negocio de vinos, tiene una distinción inconfundible. Se brindaba con el vino de la tierra y se hacía frente al momento difícil con una serenidad sonriente y deportiva. Entraban y salían falangistas, requetés, comerciantes, labradores, aristócratas... Salían a relucir las buenas escopetas de caza y los rifles de montería. A cada hora aumentaba el improvisado ejército. Allí,entre otros, acudió de una finca de campo cercana, el poeta José María Pemán, que en seguida inició por el micrófono jerezano su serie de proclamas y arengas guerreras".

La oficialidad y tropa del cuartel y del Depósito de Recría y Monta, falangistas, carlistas y elementos derechistas de la ciudad salían a espita desde el cuartel en automóviles y camiones para practicar la aposicalíptica siega de espigas republicanas, aplicando de forma efectiva las órdenes del comandante Arizón: ocupación del Ayuntamiento --y fusilamiento de su alcalde y concejales frentepopulistas--, despliegue de patrullas civiles y militares por las calles de Jerez, control de los accesos a la población, declaración del Estado de Guerra en toda la ciudad e incautación  de las instalaciones de Radio Jerez. Y allí que fue el señorito Pemán para adueñarse de los micrófonos y lanzar desde ellos sus rebuznos calibre 7,62 día tras día, soflamas incendiarias que propugnan el fin del oponente y el triunfo de la razón ultrafascista.

Los deseos de muerte, la apología del genocidio, la propaganda del mal del
lírico vate, ejemplo insigne de las letras hispánicas, se destilaban en éstas sus esencias emitidas desde Radio Jerez: "Esta guerra además de necesaria era conveniente… Pero el Dios de los Ejércitos, nos ha hecho a tiempo el generoso regalo de un supremo dolor… Y de pronto, para que abramos los ojos, Dios nos ha mandado la suprema lección de una guerra”.

Y el que fuera parlamentario con la monarquía restaurada a finales de los 70 ya muerto el sanguinario dictador, ladraba así 40 años antes, el 24 de julio de 1936 contra las democracias: “La Guerra con su luz de fusilería nos ha abierto los ojos a todos. La idea de turno político ha sido sustituida para siempre por la idea de exterminio y expulsión, única salida válida frente a un enemigo que está haciendo de España un destrozo como jamás en la historia nos lo causó ninguna nación extranjera".


Mayo de 1938. Franco envía a Pemán --segundo por la izquierda-- junto a Millán Astray --cuarto-- a Italia para que le represente ante el Duce en los actos de hermanamiento del franquismo con el fascismo italiano. 

Con lindezas como éstas, Pemán, que fue nombrado por Franco miembro juramentado del Consejo Nacional de FET y de las JONS, en la exclusiva lista sólo por detrás de Pilar Primo de Rivera, del Conde de Rodezno y de Queipo de Llano, es llamado «poeta alférez, que siente, canta y vive la nueva Epopeya Nacional». Envanecido y orgulloso, Pemán se envalentona  y acompaña como orador habitual al general Queipo de Llano en sus rondas por la Andalucía "liberada" y como soporte espiritual a las bárbaras columnas de Castejón y Yagüe que como mortífera plaga de langosta recorren Huelva, Sevilla, Badajoz y Cáceres camino de Madrid sembrando el terror y la muerte, con Pemán de entusiasta pasajero. Y éste se identifica hasta el paroxismo con los rebeldes y enardece su moral con alocuciones patrióticas cívicas y militares. Aprovecha también para cruzar la raya lusa y adopta en Portugal el papel de un torquemada illuminati, proclamando el 28 de agosto de 1937 desde las radios portuguesas bárbaros argumentos que justifican la guerra para defender las ideas del absolutismo español frente al liberalismo y reivindican el regreso de la Santa Inquisición para purificar la “raza” española (ver tesis doctoral en http://pendientedemigracion.ucm.es/BUCM/tesis/19972000/S/3/S3036702.pdf)

Lejos ya el arranque de la asonada y muy cercana la victoria, Pemán es elegido por Franco para anunciar a España la inminente caída de Madrid. Tras varios intentos fallidos, se instala a las puertas mismas de la capital y cuando los casadistas la entregan cobardemente, Pemán obedece las instrucciones de su caudillo y se embarca en el primer vehículo nacional que circula por Madrid para ser el primer franquista en entrar en ella junto con el coronel Eduardo Losas Camaña. Y el expolio vuelve a empezar, pues el gaditano precisa de calmar sus ansias radiofónicas y se dirige a Unión Radio de Madrid para difundir esta perorata a los acongojados vecinos: "Españoles, madrileños, hermanos todos que me escucháis. Ante mis labios temblorosos por la emoción más grande que he sentido en toda mi vida, tengo un micrófono envilecido durante años por la calumnia y por la mentira. Pero me bastará gritar ¡Viva España! y ¡Arriba España! [...] Españoles todos: Hoy ha entrado enMadrid, por encima de todo, el Caudillo, el caudillo Franco, el Caudillo del corazón grande, de la justicia, de la misericordia [...]».

Peman vestido de voluntarioso requeté

Pemán esta exultante. Los suyos han ganado y comienza la noche de los cuchillos largos. Asesinatos indiscriminados, masiva represión y exterminio, el mismo exterminio exigido por Pemán. Cientos de miles de españoles y españolas son masacrados y presos, y Pemán es nombrado por Franco presidente de la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado. Con categoría de ministro y dependiente de Nicolás Franco, el integrista poeta asume su papel de inquisidor y arremete contra la moderna intelectualidad republicana y laica, la representada por el Ateneo, la Institución Libre de Enseñanza y la moderna Educación Pública implantada por la República. Destaca Pemán como feroz perseguidor de escritores, intelectuales, maestros... y reprime durísimamente al personal funcionario docente, al que depura apartándolo de la carrera y provocando su eliminación física. "Pemán pretendió una depuración punitiva y preventiva y lo consiguió. No sólo decapitó al Magisterio al eliminar a sus miembros demócratas más valiosos, sino que su lugar fue ocupado por miles de voluntarios oficiosos arribistas, excombatientes, mutilados de guerra, excautivos y otros redimidos adictos al régimen. En palabras del Caudillo a los maestros: «Tras la maravillosa creación de Pemán, ensalzando la Patria y la Religión, sólo cabe una palabra: Amén, y así será»".

Y para muestra, un botón; éste párrafo extraído de una Orden publicada por el gaditano: "Es un caso de salud pública hacer desaparecer todas esas publicaciones, y para que no queden ni vestigios de las mismas la Junta de Defensa Nacional ha acordado: Primero. Por los Gobernadores Civiles, Alcaldes y Delegados gubernativos se procederá, urgente y rigurosamente, a la incautación y destrucción de cuantas obras de matiz socialista o comunista se hallen en bibliotecas ambulantes y escuelas".

Al poco, Pemán fue nombrado también responsable, durante cuatro meses, de la Oficina de Prensa y Propaganda. Y lo que son las cosas, la memoria no solo es frágil, si no que es embustera y canalla: 75 años después, este dechado de virtudes fascistas, apostol del genocidio corporal y espiritual del contrario por el mero hecho de que éste cuestione su privilegiado lugar en el mundo, Pemán el iconoclasta de la diferente Cultura, la Verdad y la Justicia, pasa entre sus correligionarios por ser un demócrata de toda la vida y precursor del regreso a España
del monarquismo parlamentario. Podría haber quedado en un meritorio intelectual, letrado, erudito, sabio, entendido y docto, legítimamente centrado en el objeto de su tarea y en la difusión dosificada de su acervo. O como aquellos a los que persiguió con saña, podría haberse entregado al Pueblo del que procedía, propagando la idea republicana que reclamaba para el corpus popular su autogobierno en una sociedad republicana libre, justa e igualitaria.

Pero no. Pemán escogió formar parte de la casta de los matarifes. No en vano, ya escribía el exaltado desde sus tiempos de presidente del grupo de Acción Nacional: "El Estado reservará toda su dureza depurativa a todos los intelectuales que optaron claramente por lo antinacional, lo masónico, lo judío o lo marxista. Para ellos, la salvación es imposible".

Homenaje a Pemán en la fachada de su casa gaditana.

Todavía hoy, 2015, muchos colegios, calles, grupos escolares, medallas de oro y doctorados honoris causa de toda España conservan la advocación a tan insigne procer de la muerte, del terrorismo golpista y del exterminio del contrario. Y en Jerez de la Frontera, un busto en bronce con sus rasgos más sobresalientes preside desde el 2014 la entrada del templo local de la Cultura, el Teatro Villamarta. Los próceres municipales del P.P. que allí lo llevaron defendieron la erección de la efigie argumentando que José María Pemán había hecho mucho por la ciudad. Y yo apostillo: mucho no, ¡¡muchísimo!! Porque con su apoyo moral y sus incendiarios exabruptos, es esa ciudad en la que no hubo ningún muerto ni herido derechista, ninguno, fueron sin embargo asesinados inmisericordemente 600 republican@s, cuyos restos todos sin excepción siguen hoy desaparecidos y escamoteados por los bárbaros vencedores.

Busto de Pemán en el Teatro Villamarta de Jerez de la Frontera, erigido por el P.P. local en 2014. Fuente: lavozdelsur.es

Y no para remediarlo, pero sí para acabar con el oprobio y la vergüenza, una Plataforma Ciudadana por la Memoria de Jerez y algunos partidos de izquierda real se proponen la remoción del busto y su conducción al museo o a los almacenes municipales. O quizás mejor a la fragua.

Para elaborar esta entrada he usado con libertad adaptándolos a mi saber y entender fotos, letras y datos del Catecismo del Padre Mazo (Pemán); El holocausto español (Paul Preston); Arengas y crónicas de guerra (Pemán); textos de todoslosnombres.org; de memoriahistoricadejerez.blogspot.com.es y de una genial presentación, cuyo autor lamentablemente desconozco, consultable en http://myslide.es/documents/jose-maria-peman-y-pemartin.html

martes, 28 de julio de 2015

"¡¡Muera la Inteligencia!!". Y así fue. La mataron estos bárbaros. Pero Bluff les sobrevivió: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 209

Efectivamente. Más que de augur en su archiconocida enganchada con el arrepentido Unamuno, Millán Astray oficia en Salamanca de habilidoso propagandista de la mortífera hoja de ruta redactada por el director Mola y explotada hasta la saciedad por Franco. El contrito don Miguel, el mismo que había servido de alimento espiritual para la rudimentaria ideología inspiradora de la sublevación, el mismo compungido rector de Salamanca que arremetía a mediados de los 30 contra el populacho y los nacionalismos centrífugos amunicionando conjuras y traiciones, el mismo que apoya el putsch desde sus inicios, el apologeta del golpe de timón contra la República se espanta ante la matanza de propios y extraños y estalla --ante la indignación de los matarifes-- lanzándoles su eterno "Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir, y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha". Pero la estremecedora réplica que le espeta el bárbaro tullido, su tétrico "¡Viva la Muerte, Muera la Inteligencia!" no es un exabrupto desafiante ni premonitorio; es sólo la expresión definitoria de un método. La perversa liturgia que define su ejecución se ha planificado desde hace años en complicidad con la curia, la nobleza, el gran capital y los aliados nazis y fascistas, los cuales la vienen practicando intramuros en Alemania o colonialmente en las planicies y laderas montañosas de Abisinia. Una palabra la resume: exterminio.


Y los demonios se hicieron los amos de la tierra. Fuente: www.jotdown es


Y es así: con objeto de retrotraer a la sociedad que sueña con ser libre al statu quo anterior a la República, sólo hay un camino, el exterminio. Como decía Mola, como decían Queipo y Franco, hay que amedrentar, hay que aterrorizar no sólo a los resistentes sino a todos aquellos que puedan suponer en el futuro una amenaza para el retorno del viejo Orden estamental. Y así, todos, todos los militares y guardias opuestos de palabra al golpe son asesinados; todos, todos los concejales y alcaldes frentepopulistas de las ciudades y pueblos conquistados son liquidados; todos, todos los militantes de partidos y sindicatos que han mostrado resistencia, incluso con una simple huelga de brazos caídos, son exterminados. 75 años después parece difícil de creer. Algún iletrado me acusará de manipulador, pero éstas son expresiones literales tomadas de bandos de guerra, instrucciones reservadas, discursos patrióticos y soflamas radiofónicas de Jefes y jefecillos. Y qué mejor que continuar el genocidio en los intelectuales que han subvertido el divino orden natural: poetas, escritores, dramaturgos, músicos, actores, pintores, escultores, cartelistas, caricaturistas, dibujantes, periodistas, ensayistas, profesores, maestros, catedráticos... Como cientos de miles de españoles, también son aniquilados miles de intelectuales. A resultas del terror sembrado, muchos escapan al exilio para no volver, para morir allí o para regresar al cabo de mucho años:  Julián de Ajuriaguerra; Rafael Alberti; María Teresa León; Max Aub; Francisco Ayala; Arturo Barea; Corpus Barga; José Bergamín; Luis Buñuel; León Felipe; Pau Casals; Américo Castro; Luis Cernuda; Pompeu Fabra; Ramón Gómez de la Serna; Jorge Gillén; Pablo Picasso; Salvador de Madariaga; Clara Campoamor; Ramón Gaya; Claudio Sánchez Albornoz; Pedro Salinas; Juan Ramón Jiménez; Ramón J. Sénder; Alejandro Casona; María Zambrano...


Dalí, José Moreno Villa, Buñuel, Lorca y José Antonio Rubio. Madrid, mayo 1926. Fuente: EL PAIS

Otros muchos, alguno quizás simpatizante como Unamuno con el movimiento supuestamente renovador y otros manifiestamente contrarios a los sublevados y represaliados por ello, todos igualmente espantados ante tanta muerte, no osan moverse de España, se refugian en sí mismos, amurallan sus debilidades y se aislan por décadas, bastantes hasta su propio final. Vicente Aleixandre; Antonio Buero Vallejo; Salvador Espriú; Rosa Chacel; Josep Pla; Ortega y Gasset; Menendez Pidal; Pío Baroja... y un sin fin de escritores, pintores, escultores y músicos desubicados que se enclaustran en su propio exilio interior.

La coartada del tiránico régimen para tanta exterminio es la ya sabida: las muertes de Calvo Sotelo, José Antonio, Muñoz Seca, Maeztu, Onésimo... Y aplicando el escalofriante ábaco multiplicador de Queipo, por cada uno de los prójimos caen diez de los ajenos, o cien. Así, el verbo de Millán Astray se hizo hombre y habitó entre nosotros. Fatalmente. Gran parte de la intelectualidad española es asesinada, repentina o lentamente:
Federico García Lorca en un barranco, Blas Infante en un solar,  Besteiro y Miguel Hernández en las cárceles, Antonio Machado en el exilio...



Homenaje a Luis Cernuda (sentado, al frente de la mesa) en Madrid, en abril de 1936. De pie, de izquierda a derecha, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Pablo Neruda, José Bergamín, Manuel Altolaguirre y María Teresa León. Fuente: http://www.geocities.ws/jacr282002/bachillerato_2/literatura_2_bac/tema_7/capilla_poetica_europa.jpg

...y
muchos, muchos más...:

- Leopoldo Alas Argüelles. Fusilado por ser hijo de Clarín. 20 de febrero de 1937.

- Ramón Acín. Pintor, dibujante, caricaturista, escultor, escritor, periodista y pedagogo revolucionario. Fusilado el 6 de agosto de 1936. Su mujer es fusilada el 23 del mismo mes y año.
- Lorenzo Aguirre Sánchez, Pintor y cartelista asesinado a garrote vil delante de todos sus compañeros en el patio de la cárcel de Porlier el 6 de octubre de 1942.

- Francisco Albiñana Corralé. Arquitecto, artista e intelectual, brutalmente mutilado y asesinado el 3 de octubre de 1936.

- José María Alvariño. Poeta y tipógrafo. Asesinado el 28 de octubre de 1936.

- Benigno Bejarano. Periodista y escritor, gaseado por los nazis en el campo de Salzgitter-Watenstedt ( Baja Sajonia, Alemania). Verano de 1944.
- Roberto Blanco Torres. Crítico de arte, poeta y periodista. Asesinado el 3 de octubre de 1936.

- Dr. Sadí de Buen Lozano. Eminente científico investigador de la malaria, lepra y paludismo de fama mundial. Fusilado el 3 de septiembre de 1936.

- Alfredo Cabello Gómez. Escritor, crítico de cine, periodista. Asesinado en 1939.

- Aurelio Cabrera Gallardo. Profesor, restaurador, pintor, escultor y arqueólogo de gran valía. Asesinado el 26 de noviembre de 1936.

- Pedro Campón Polo, Artista polifacético, literato, pintor, músico, en 1941 regresa a España. Detenido y preso en la cárcel de Ondarreta, muere de tuberculosis.

- Pablo Marcelino Martín González del Arco. Escritor, periodista y Catedrático de Física y Química. Fusilado el 26 de abril de 1940.
- Emiliano Barral. Escultor de enorme fama, maestro del realismo escultórico español. Asesinado el 21 de noviembre de 1936.

- Lorenzo Victoriano Aguirre Sánchez. Pintor, dibujante, caricaturista, escenógrafo, ilustrador y cartelista de enorme prestigio. Asesinado a garrote vil el 6 de octubre de 1942 en Porlier, obligando al resto de compañeros presos a asistir al asesinato de un rojo pervertido y falso artista.

- Lucas Castrillo Ortuoste. Dibujante y fotógrafo. Asesinado en junio de 1937.
- Camilo Buenaventura Díaz Baliño, Pintor, escenógrafo, muralista, dibujante, delineante, escritor. Asesinado el 14 de agosto de 1936.

- Luis Huici Fernández. Pintor, animador cultural e intelectual variopinto, con conocimientos de antropología, historia, filosofía, literatura, moda, dibujo y cine. Asesinado en 1936.

- Roberto Blanco Torres. Poeta, periodista, crítico de arte. Asesinado en octubre de 1936.
- Francisco Miguel Fernández Moratinos. Pintor, librero, promotor cultural y político, gran intelectual. Brutalmente torturado, mutilado y asesinado por falangistas el 28 de septiembre de 1936.

- Domingo López Torres. Pintor, escritor y poeta. Fusilado en 1937.
- Luis Ortiz Rosales. Dibujante, delineante, pintor, grafista. Murió en un campo de concentración fascista en 1937.

- Emilio García Noriega, Muñoz. Pintor, dibujante, caricaturista, escultor y actor de teatro. Asesinado en octubre de 1936, clavado en una alambrada.

- Antonio José Martínez Palacios. Compositor, músico, profesor e investigador musical. Detenido y fusilado en 1936. Su obra fue prohibida.

- Esteban Urkiaga Basaraz, Lauaxeta. Escritor, pensador, periodista y poeta en euskera. Fusilado el 25 de junio de 1937.

- Pedro Luis de Gálvez. Poeta y narrador. Artista y actor. Fusilado en Porlier el 20 de abril de 1940.

- José María Romero Martínez. Poeta, escritor y médico. Asesinado en 1936 por los fascistas.
- Joaquín Amigo. Escritor, dibujante, cartelista, Catedrático de Filosofía. Granadino y amigo de García Lorca. Fue asesinado en 1936.

- Vicent Miquel Carceller. Periodista y editor, detenido, torturado y asesinado el 28 de junio de 1940.

- Manuel Ciges Aparicio, escritor, periodista, crítico de arte, asesinado por dos pistoleros falangistas el 4 de agosto de 1936.

- Federico Luís Comps Sellés, Arquitecto, dibujante y artísta surrealista gráfico, fusilado por los falangistas el 27 de octubre de 1936.
- Baltasar González Fernández. Pintor, retratista, paisajista y libretista de zarzuela, fusilado por los falangistas el 18 de septiembre de 1936.

Y la Muerte de la Inteligencia continúa y se expande como una letal peste sin control. En marzo de 1939, falangistas y franquistas se frontan las manos cuando los italianos atrapan en el puerto de Alicante a los 20.000 republicanos que no pudieron huir en el Stanbrook. Allí hay alcaldes, gobernadores civiles, militares de alta graduación, comisarios, sindicalistas... e intelectuales. Muchos intelectuales. Después de pasar por el viacrucis de un infierno indescriptible --el Puerto, Los Almendros, Albatera...-- son encerrados en la prisión de Alicante, paseados por unos en cualquier cuneta, fusilados por otros en la capital o llevados al matadero de Paterna. Y cientos son encarcelados, juzgados y condenados a penas milenarias. Uno de ellos era el caricaturista Bluff, Carlos Gómez Carrera, padre de "El sargento Canuto, un soldado que es muy bruto".

Autocaricatura de Carlos Gomez Carrera, Bluff. 1930. Fuente: www.laopinioncoruna.es

Los delatores de los verdugos lo reconocen, los vengadores lo juzgan y la superchería judicial fascista lo condena a muerte. Por dibujar caricaturas antifranquistas. A morir, por dibujar. Nunca tan pequeña ofensa se castigó con tanta desmesura. Luego, la sentencia le es conmutada por la inmediata inferior y Bluff pasa automáticamente a cumplir 30 años en la prisión de Valencia. Para redimir la condena, desde principios de 1940 Bluff se acoge al sistema de Rendención de Penas por el Trabajo del Patronato implantado por Acción Católica bajo la batuta del padre jesuita Pérez del Pulgar y comienza a colaborar en la revista "Redención", instrumento mediático de sometimiento destinado a la humillación del rojo izquierdista. A pesar de ser obligatoria y más que recomendable la suscripción a la revista, los presos le vuelven la espalda por considerarla con razón un arma más del opresor, pero Bluff empieza a dibujar monos, tiras, viñetas y un nuevo personaje, "Don Canuto, ciudadano p[r]eso bruto", y gusta. Y un día, la dirección de Prisiones descubre que las suscripciones de reclusos han crecido repentinamente en un 100%. Y comienza a indagar hasta que de las pesquisas deduce que sólo hay un elemento perturbador que distorsiona su plan de dominio moral sobre los prisioneros: la doble lectura y los mensajes encubiertos que encierran las viñetas de Bluff.


Penúltima tira de Bluff publicada en "Redención" el 20 de abril de 1940. Fuente: feco-spain.blogspot.com.es

El slogan publicitario que una sombrerería hizo famoso para vender sus sombreros, induciendo a los compradores a adquirirlos para no ser tomados por rojos. Fuente: BNE.es


Y así, una semana, en la del penúltimo ejemplar en el que publica Carlos Gómez Cabrera, dibuja al desconcertado Don Canuto persiguiendo su sombrero arrebatado por el viento y descubriendo que hay miles de ellos tras un tapial. Y de ahí infieren que Bluff habla y refuerza la moral de los miles de rojos SIN SOMBRERO (tal como receta el lema publicitario) que siguen habitando las cárceles de este viejo y asustado país. Y a la siguiente semana, la última, los carniceros revientan al interpretar la última tira de pescadores embrollados como una alusión satírica a la pugna entre falangistas, tradicionalistas y franquistas por el Poder.

"Redención". 27 de abril de 1940. Fuente: feco-spain.blogspot.com.es

De forma inmediata, Bluff es apartado de la revista, maltratado, aislado, juzgado nuevamente y nuevamente condenado a muerte. Pero ahora sí es asesinado frente a un pelotón, en Paterna. El 28 de junio de 1940, la inteligencia de Bluff, la fina ironía de Carlos Gómez Cabrera, la sutileza de un intelectual al servicio altruista y generoso de la República española es acallada para siempre en asesinato alevoso, premeditado y deliberado, tras una descarga de fusilería, tras un tiro de gracia a manos de un esbirro cómplice que no puede evitar sin embargo que 75 años después el humor, la imaginación y la chispa de la Inteligencia al servicio de la Justicia sigan transpasando la frontera del Tiempo y de la Memoria. A pesar de Millán Astray.


Carlos Gómez Cabrera, Bluff, asesinado el 28 de junio de 1940. En la imagen, junto a su esposa María del Coro y su hija Olivia. Fuente: feco-spain.blogspot.com es

lunes, 27 de julio de 2015

No nos faltan ganas de partirle la jeta al gachó de la cámara de un buen viaje: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 208

Apalanca el trípode casi sobre mis pies y me coloca el objetivo de la cámara a poco más de un palmo de la cara. Sin excusarse, sin pedir permiso. Se ceba en mi rostro y en el mis camaradas con enorme desfachatez insana, casi sádica. Pretende buscar entre nuestras facciones la huella de la derrota y el desánimo y parece disfrutar de su búsqueda. En vano. Es posible que sí, que la moral esté quebrantada, pero no vamos a darles satisfacción a estos canallas. Mientras indaga con su objetivo en nuestras reacciones primarias de prisioneros republicanos recién capturados, todos, todos, oteamos un imaginado horizonte con estudiada indiferencia o fijamos en el operador nuestra mirada desafiante. Cualquiera que vea estas caras de hombres supuestamente vencidos vislumbrará nuestra determinación y sabrá captar la provocación que pulsa en nuestros ojos. Lanzamos así al fascista un reto visual, para amilanarlo y hacerlo retroceder. Pero el entusiasta propagandista a sueldo de los sublevados resiste pues se sabe protegido. Le rodean hombres armados, que nos apuntan con sus fusiles amartillados y sin seguro. A muchos no nos faltan ganas de partirle la jeta al gachó de la cámara de un buen viaje. Sin embargo, el maldito cabrón sigue mariposeando entre nosotros sin el menor reparo. Por prudencia callamos; sabemos que es un elemento fiel a los camisas azules y protegido por los militares franquistas que lo han traído aquí.



Finalmente la sesión de fotos concluye mientras los prisioneros guardamos la secreta esperanza de que en breve seamos nosotros quienes les tomemos a ellos las próximas fotos. La maldita guerra está acabando, pero si los jefes supieran estirarla un poco más, si los cobardes del gobierno abandonaran Valencia o Barcelona y volvieran a Madrid para dirigirla desde allí, si los catalanes y aragoneses le echaran redaños a la defensa y prepararan una nueva ofensiva hacia el sur, si nuestros Cuerpos de Ejército de Andalucía siguieramos empujando en Extremadura..., podríamos hacer que nuestra guerra no acabara antes de empezar la que se barrunta en Europa. Es un clamor que Hitler va hacer estallar el polvorín en Polonia o en Bélgica y los ingleses y franceses comprenderán de una vez por todas que la única alternativa que les resta para proteger su flanco sur y evitar la debacle de las democracias es abandonar su apestosa neutralidad y apoyar a la República Española en su sacrificada lucha contra nazis, fascistas y franquistas. Sólo necesitamos tiempo, un poco más de tiempo y veremos cómo la Justicia y la Igualdad del Pueblo vuelven a triunfar sobre la opresión y la sinrazón de la oligarquía, como antes lo hicieron en esas urnas cuyo veredicto el fascismo no quiso respetar y como ahora desde las trincheras nosotros les obligaremos a acatar.



Aún conservan gorras, uniformes e insignias del arma a la que pertenecen. Son dignos soldados republicanos hoy anónimos, recién hechos prisioneros en algún lugar indeterminado de los frentes en 1939. Se saben secuestrados, pero su retadora mirada al indeseado camarógrafo aún transluce su voluntad de lucha. Quizás tú, navegante digital, imagines reconocer una cara o te sean familiares algunas facciones. Es posible que creas ver en el ceño, las arrugas y la dureza de las miradas lo mismo que debieras haber visto en el rostro de tu desaparecido abuelo o del bisabuelo del que nunca más supiste. Míralos bien. Sólo te piden que no olvides el porqué de su lucha. De su lucha por tí.

Los textos anteriores son todos de elaboración propia, inspirados en las aún combativas miradas de los militares republicanos prisioneros. Los fotogramas que he congelado proceden de "1939-1940 Vencedores y Vencidos. Los años del NODO".

domingo, 26 de julio de 2015

Los encerraron en un sótano sin ventanas a pan y agua. Dos veces al día les sacaban de uno en uno y les castigaban. Pero los presos abrieron un hueco en la madera del techo del sótano y les pasaban comida: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 207


En Gando, Gran Canaria, “la fuga más espectacular se produjo en julio de 1938, fecha en la que cuatro presos logran escaparse: Francisco Herrera Araneta, capitán de puerto de Santa Cruz de La Palma, Angel Tristán, periodista y los palmeros Antonio Tejera y Facundo Fernández Canseca”.

“Aprovecharon una circunstancia muy favorable. Dos o tres veces a la semana salían retenes de presos con un oficial para recoger leña y maderas en los barrancos del sur de la isla  y utilizarlos como combustible. Eran tres, cuatro o cinco presos con un sargento o brigada y escolta. Un brigada trataba bien a los presos y éste es el que se encargaba habitualmente de llevar a los presos. Salían a primeras horas de la tarde y volvían por la noche. El trato se iba aflojando e incluso se tomaban café en ventas rurales. Los conjurados reunieron entre ellos seiscientas pesetas. Al entrar en un café le suministraron en la bebida un luminal en polvo que dejó al brigada grogy. Fueron a una playa entre Gando y Arinaga y consiguieron que unos pescadores les dejaran un bote con una vela latina y se embarcaron con un saco de gofio, latas de sardina y barril de agua. En julio soplaban los vientos del sudeste que eran propicios para ir a África. Estos tenían una hoja de África de un atlas que habían arrancado de un libro. Pero en plena navegación pierden de vista el Faro de Maspalomas y el bote hace agua, por lo que deciden regresar y entregarse. Las consecuencias de la fuga la sufrieron no sólo los protagonistas sino todos los internos. Se acentuó la vigilancia y la rigidez en el trato. A los siete días les devuelven al Campo acompañados de guardias civiles. Ropas deshechas, barbudos, sucios, derrotados físicamente... Reunen a los 1.500 presos y les dan una arenga amenazándoles. A los cuatro encerraron en un sótano sin ventanas a pan y agua.  Dos veces al día les sacaban de uno en uno y les castigaban. Pero los demás presos abrieron un hueco en la madera del techo del sótano y les pasaban comida”.

”Ángel Tristán estuvo un año más en Prisión y perdió los beneficios de la rebaja de pena. Estuvo preso un total de siete años y medio. Facundo estuvo preso un par de años y fue trasladado a La Palma. Araneta y Tejera, nueve años, parte de ellos en La Palma”.


Los golpistas transformaron el antiguo Lazareto de Gando en terrible campo de concentración y nefando lugar de exterminio. Fuente: http://www.tamaimos.com


Republicanos presos en el campo de concentración de Gando, Gran Canaria. Fuente: www.eldiario.es. 



Republicanos presos en el campo de concentración de Gando, Gran Canaria, obligados a saludar a la romana ante sus verdugos armados. Fuente: www.eldiario.es.
Republicanos presos en el campo de concentración de Gando, Gran Canaria, durante un reparto --propagandístico y ante las cámaras-- del rancho. Fuente: www.eldiario.es.

El texto entrecomillado procede de la ponencia "Los campos de concentración en Canarias (1936-1945)" (ver http://centresderecerca.uab.cat/cefid/sites/centresderecerca.uab.cat.cefid/files/comuniII-1.pdf) presentada por Salvador González Vázquez y Sergio Millares Cantero al Congreso Els camps de concentració durant la guerra civil i el franquisme, celebrado en el Museu d'Història de Catalunya Barcelona, 2002.

sábado, 25 de julio de 2015

Del obscuro pozo de la desolación a veces puede rescatarnos un sólo gesto callado. Vitoria, invierno 1938: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 206

La gran Historia se escribe en libros sesudos y se aloja en magnas enciclopedias. Sus páginas registran hechos, exploran causas probables y relacionan los orígenes con las consecuencias. Algunos ensayistas osan predecir tendencias, inferidas del pormenorizado análisis crítico de los acontecimientos, mientras que los historiadores exponen, calibran, cuantifican, pesan y miden y nos ofrecen una visión panorámica y de conjunto. Pero su percepción cenital de los eventos suele orillar a los individuos anónimos, a aquellos que no tienen decisiva participación en los anales, los ignorados por crónicas y relaciones. No mandan legiones, no firman armisticios, sus rostros no presiden portadas de tabloides y en sus nombres no se construyen pirámides. Pero cada una de sus vidas es una gota y la suma de todas conforma el irrefrenable río de la Vida. En ese río chapoteo yo. Y en el cenagal donde se remansa. Y tú. Sobreponiéndonos a la nada a la que se nos condena, rebelándonos a la inexorabilidad del destino que nos impone ser ínfimos atomos indistinguibles unos de otros, vamos subsistiendo mientras moldeamos la pequeña parcela temporal que nos ha tocado vivir. Y así, una infinitud de minúsculos fragmentos de vidas e historias personales jalonan la gran Historia. Muertes, nacimientos, bodas, enfermedades, un mediodía de invierno al sol, una francachela entre amigos, un viaje pleno de sorpresas, la risa de una niña, el susurro de un te quiero, la emoción que nos causa el madrugador canto del mirlo al amanecer... Parecen insignificantes en su transcendencia, pero son reveladores de nuestra verdadera naturaleza y nos muestran tal como somos, a veces muy a pesar del criterio predefinido de cronistas y literatos. Muchos nunca serán narrados y otros apenas leídos. Todos, en algún momento caerán en el olvido a pesar del empeño de unos pocos por impedirlo.

De ese empeño forma parte el "Memorial" escrito por el combatiente y luego prisionero jienense Juan Paredes Segura. Abunda en fechas, lugares, mayúsculas y sucedidos entre 1936 y 1939, pero no olvida compartir con el lector sentimientos y emociones. Contaba Juan su periplo por Castellón, Huesca, Teruel, Lérida, Gandesa... hasta ser hecho prisionero por los italianos en agosto de 1938. Penalidades sin límites sufrió y presenció en el campo de concentración de Miranda de Ebro (Burgos) y en la prisión de El Dueso (Cantabria), hasta ser trasladado a Vitoria y asignado a un batallón de trabajadores encuadrado en la Comandancia franquista de Ingenieros de Álava.


Vitoria a principios del siglo XX. Fuente: todocoleccion.net

Vecinos de Vitoria asisten a una parada militar conmemorativa del primer aniversario del golpe de Estado. Julio de 1938. Fuente: todocoleccion.net


De esos padecimientos se resintió Paredes, tanto como los otros cientos de miles de prisioneros antifranquistas. Ser víctima de palizas, insultos, malos tratos y hambre y vivir inmersos en el miedo de ser el siguiente asesinado traumatizó de por vida a cada preso republicano, volviéndolos en muchos casos retraídos, circunspectos y atormentados. Pero del obscuro pozo de la desolación y la desesperanza a veces puede rescatarnos un sólo gesto callado, aparentemente intranscendente, generoso y solidario, o la suma de miriadas de ellos. Leámoslo en un fragmento del relato de Juan Paredes. Él sabrá narrarlo mejor que yo:
"Nos uniformaron y en el brazo derecho y en un gorro redondo nos pusieron una "P", que indicaba "prisionero de guerra"... Nos trasladaron en camiones a hacer carreteras... En los meses de frío y nevadas nos sacaban a las calles de Vitoria a limpiarlas. Era impresionante el comportamiento de la gente. De todos los sitios y de los bares te llamaban y nos daban café, bocadillos, tabaco y te trataban con cariño. A pesar del frío lo pasábamos bien, pues es una gente inolvidable. Todos los días al seminario donde estábamos iban las mujeres y las chicas, pidiendo el nombre de alguno de nosotros para lavarnos la ropa, y la guardia les iban dando el nombre de uno. Los domingos [...] era el día que las personas iban a llevar la ropa al prisionero ... Ese día estando en el patio vi entrar una chica con una bolsa con la ropa, la cual llevaba mi nombre. Quedé sorprendido y me acerqué a ella y le dije "yo soy ese nombre". Quedamos sin habla y después de saludarnos hasta cruzamos un cariñoso beso. Así la conocí a los cuatro meses de llevarme calzoncillos, pañuelos, calcetines y a veces hasta tabaco. Buena gente humanitaria que jamás se puede olvidar".

Juan Paredes Segura, soldado del EPR en los frentes de Aragón 1937-1938. Su "Memorial" puede leerse completo en "Estudios y Actividades. Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórico de Jaen". Editado por la ARMH de Jaén.


Juan Paredes Segura sobrevivió a la guerra. Jamás olvidó la crueldad de sus verdugos y por siempre quedó su espíritu dañado. Pero en su memoria guardó como un preciado tesoro el grato recuerdo de los vecinos de Vitoria y de aquella su solidaridad popular que le ayudó a sobreponerse al abandono y a la derrota, esa solidaridad que no cambió la gran Historia pero que reveló a Juan, y a nosotros gracias a su relato, el cariz generoso de nuestra verdadera naturaleza humana.

viernes, 24 de julio de 2015

"Nos fusilaron al amanecer, nos fusilaron mal [...] Apretaron el gatillo de sus fusiles y caímos unos sobre otros [...] Catorce saltos grotescos en aquel frío atardecer [...] Catorce madres esperando el regreso de catorce hijos". Miguel Gila: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 205

Durante el conflicto bélico que provocaron en España los terroristas de azul, pardo, caqui o boina roja pertrechados de cruces, coronas, yugos y pesetas, fueron algunos los fusilados republicanos que pudieron sobrevivir a la primera descarga fascista y a la inspección ocular posterior, haciéndose pasar por muertos. Abundan las historias que narran sus terribles vicisitudes --muchos estaban gravemente heridos-- y sus esfuerzos por esconderse y pasar desapercibidos, malogrados las más de las veces por delaciones, registros y un (éste sí, ya letal) segundos fusilamientos. Pero unos pocos lograron llegar hasta nuestros días y narrar su atroz experiencia, agravada por espeluznantes internamientos en espantosos campos o prisiones. Uno de los supervivientes más significados y quizás más conocidos por su proyección en el mundo del espectáculo fue el cómico Miguel Gila. Aunque todos, o casi, conocemos con detalle este episodio de su vida, dejaré que nos hable otra vez desde donde se halle, pues su narración me sigue pareciendo trágica y aterradora, así pasen los años y la lea mil veces:

“Nos fusilaron al amanecer, nos fusilaron mal. El piquete de ejecución lo componían un grupo de moros con el estómago lleno de vino, la boca llena de gritos de júbilo y carcajadas, las manos apretando el cuello de las gallinas robadas con el ya mencionado “ábrete Sésamo” de los vencedores de batallas. El frío y la lluvia calaba los huesos. Y allí mismo, delante de un pequeño terraplén y sin la formalidad de un fusilamiento, sin esa voz de mando que grita: “¡Apunten! ¡Fuego!”, apretaron el gatillo de sus fusiles y caímos unos sobre otros. Catorce saltos grotescos en aquel frío atardecer del mes de diciembre. Las gallinas tuvieron poco tiempo para respirar, el que emplearon los del piquete de ejecución en apretar sus gatillos. Y sobre la tierra empapada por la lluvia nuestros cuerpos agotados de luchar día a día. [...] Catorce madres esperando el regreso de catorce hijos. No hubo tiro de gracia. Por mi cara corría la sangre de aquellos hombres jóvenes, ya con el miedo y el cansancio absorbidos por la muerte. Por las manos de los moros corría la sangre de las gallinas que acababan de degollar. Hasta mis oídos llegaban las carcajadas de los verdugos mezcladas con el gemido apagado de uno de los hombres abatidos. Ellos, los verdugos, bañaban su garganta con vino, la mía estaba seca por el terror. No puedo calcular el tiempo que permanecí inmóvil. Los moros, después de asar y comerse las gallinas, se fueron. Estaba amaneciendo”.
 

Una vez que los asesinos hubieron marchado, Miguel Gila pudo auxiliar a su compañero herido, el cabo Villegas, llevarlo a hombros hasta Hinojosa del Duque para que fuera atendido y seguidamente huir hacia Villanueva de Córdoba, donde fue apresado otra vez e integrado en una columna de prisioneros que marchaban custodiados por soldados moros hacia el campo de concentración de Valsequillo. Y el terror, enmarañado como ponzoñosa maleza en torno a su espíritu tras la mortífera siembra marroquí, volvió por sus fueros: "Si alguno, por debilidad, caía al suelo, los moros le disparaban y allí, en la cuneta de la carretera, amortajado por la lluvia, terminaba su sufrimiento".

Miguel Gila y su teléfono de guerra, dibujados según se interpreta en la grafía manuscrita por ¿Collado? Fuente: drsoler.com

Tenía 17 años y el corazón henchido de entusiasmo antifascista cuando Gila se alistó en el Quinto Regimiento, mintiendo sobre su edad para ayudar a frenar el golpe de Franco y la oligarquía. Después se integró en el “Regimiento Pasionaria” participando en acciones de guerra en Sigüenza, Navalcarnero, Talavera, Buitrago, Aravaca, Cuesta de las Perdices, Guadalajara, El Pardo. Con sus compañeros, Miguel participó en la última ofensiva de la República en el frente andaluz-extremeño de Valsequillo, Peñarroya y La Granjuela. Pero a pesar del empuje inicial, el Ejército Popular de la República no consiguió hacer avanzar en demasía el frente. En diciembre de 1938, Miguel Gila es capturado por los mercenarios magrebíes y “fusilado”. Mal fusilado. Miguel sobrevivió y con el tiempo y el esfuerzo de años, durante el franquismo triunfó en escenarios, películas y revistas. Pocos sabían de su martirio frustrado, pero todos captábamos en su humor negro y surrealista el atisbo de algo lúgubre y funesto. Y un día, en 1995, entre risas y lágrimas Miguel nos contó el porqué en su libro "Entonces nací yo" y descubrimos que Gila, el rojo Gila, era un muerto andante traumatizado para siempre por su muerte postergada y por asistir como protagonista indeseadamente privilegiado a la gran tragedia del Pueblo español.


 
Algunos datos biográficos y los tres chistes de Miguel Gila que reproduzco y que en su momento fueron publicados en "La Codorniz" han sido extraídos de la excelente página www.miguelgila.com. Otros datos los he entresacado de "Los esclavos del régimen" de Rafael Torres. RBA Editores. Pags. 41 y 42.