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martes, 2 de abril de 2019

FUSILABLES

No es que hayan vuelto, no. Es que nunca se fueron. Las brigadas del amanecer, los de camisa azul y correaje negro, los que cantaban nombres para camioneta y paredón, los del tiro en la nuca sólo por estar sindicado, los del "¿querían tierra? pues que coman tierra", los que tras sí sólo dejaban regueros de sangre y miedo,... seguían ahí, agazapados, camuflados entre señores de corbata, guante blanco, casulla y mitra a los que servían, disimulados entre pliegos de condiciones, informes justificativos, 3 ó 30 por cientos, clausulas administrativas y técnicas, Gerentes y Consejos que todo lo validan, adjudicatarios y grasa, mucha grasa, de la buena, de esa que sólo pringa ahí donde no se ve, de esa que se blanquea en sociedades offshore y SICAV, en inmensas fincas rústicas mercadeadas a modo de comisión, en áticos regalados por contratas, en falsos balances contables que escamotean inconfesables beneficios, en decenas de miles de pisos y garajes por desahucios de muerte adquiridos a saldo como sucias bicocas, en multimillonarias subvenciones para mantener aquí factorías y líneas de producción y al poco externalizarlas a Asia o al Magreb, en corrompidas fuentes de capital y poder que tapaban hasta que no pudieron seguir encubriendo lo más putrefacto de sus haciendas y de su alma, en un interminable rosario al principio como hilillos de plastilina en desarrollo vertical, luego caudales incontenibles de escándalos, tramas criminales, mafias políticas y cloacas policiales, redes confabuladas para maquinar nuevos delitos, enredos y conspiraciones a plena luz del día, roces en pieles entonces sensibles que se convertían en arañazos que terminaban por ser heridas que dejaban de sangrar para transformarse en insensibles callos, alborotos y tumultos que ofendían a legiones de indignados que hoy no son más que un pelotón de tristes conformistas y resignados, algunos todavía levantiscos e insumisos que aún precisan de ser domeñados... y es para estos para los que vuelven los que nunca se habían ido, los que nunca se fueron y ahora regresan por viejos fueros de mortíferos himnos de novios con banderas, de armas a la cintura, de muros en la frontera, de concertinas cercenando ilusorios futuros de negros con corazón inmenso, de mujeres por preñar y pata por quebrar, de Abascales, Casados y Riveras que alquilan madres y vientres en granjas humanas, que perdonan impuestos sólo a las grandes fortunas, que abandonan al individuo famélico, que desprotegen a la familia que nada tiene, que conciben la Sanidad como beneficencia, que entienden la Educación sólo desde la caridad cristiana como instrumento de sumisión a los dioses de sus altares y de su sociedad estamental, que someten política, cultural y socialmente al rebelde y al mísero según el criterio de su Jerarquía, sí, han vuelto los que nunca se habían ido y traen bien aprendido el catecismo de sus mayores, la letal doctrina que nos ve como malvados y nos define como “el hampa internacional al servicio de los rojos, los criminales de los barrios chinos del mundo, diestros en todo género de villanías, paranoicos y degenerados, nuestros rostros evidenciando estigmas del crimen, nuestras figuras lombrosianas, mezcla de anormales y delincuentes, malos y fusilables…”.

Sí, compañera, sí. Sí, compañero. 
Fusilables.


Pie textual de una fotografía de propaganda, elaborado por el servicio de Prensa franquista durante la tres veces malllamada guerra civil española como argumento justificativo del fusilamiento y asesinato de los leales republicanos y anarquistas. Fuente: Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España. www.bne.es 
Pie textual de una fotografía de propaganda, elaborado por el servicio de Prensa franquista durante la tres veces malllamada guerra civil española como argumento justificativo del fusilamiento y asesinato de los leales republicanos y anarquistas. Fuente: Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España. www.bne.es
Pie textual de una fotografía de propaganda, elaborado por el servicio de Prensa franquista durante la tres veces malllamada guerra civil española como argumento justificativo del fusilamiento y asesinato de los leales republicanos y anarquistas. Fuente: Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España. www.bne.es
Pie textual de una fotografía de propaganda, elaborado por el servicio de Prensa franquista durante la tres veces malllamada guerra civil española como argumento justificativo del fusilamiento y asesinato de los leales republicanos y anarquistas. Fuente: Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España. www.bne.es

Pie textual de una fotografía de propaganda, elaborado por el servicio de Prensa franquista durante la tres veces malllamada guerra civil española como argumento justificativo del fusilamiento y asesinato de los leales republicanos y anarquistas. Fuente: Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España. www.bne.es
Pie textual de una fotografía de propaganda, elaborado por el servicio de Prensa franquista durante la tres veces malllamada guerra civil española como argumento justificativo del fusilamiento y asesinato de los leales republicanos y anarquistas. Fuente: Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España. www.bne.es