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viernes, 27 de marzo de 2009

Gaya Nuño en Valdenoceda: la imposibilidad absoluta de doblegarse ante nada ni ante nadie (y 2)

Con posterioridad a la publicación de la entrada de ayer, he tenido ocasión de acceder desde internet y a distancia al extenso fondo audiovisual del Centro Cultural Gaya Nuño https://www.cajaduero.es/obrasocial/gayanuno/, institución dinamizadora de la actividad cultural soriana, auspiciada y sostenida por la Obra Social de la entidad financiera Caja de Ahorros Caja Duero. Este fondo agrupa gran parte de la colección de revistas, cartas, monografías, manuscritos, folletos y fotografías pertenecientes a Juan Antonio Gaya Nuño, donados al Centro por su viuda, Concha G. de Marco. Cientos de fotografías de Gaya pueden consultarse desde el apartado https://www.cajaduero.es/obrasocial/gayanuno/documentos/audiovisuales_listado.aspx y entre ellas podremos encontrar tres que a buen seguro interesarán a los lectores de este blog. Son éstas:

En esta imagen podemos ver a la familia Gaya Nuño en agradable reunión. Los tres hermanos Gaya Nuño, Amparo, Benito y Juan Antonio (muy sonrienteéste, con una mano junto al rostro) acompañan a su madre Gregoria Nuño Ortega, y a su padre Juan Antonio Gaya Tovar, que luce fina estampa muy al uso unamuniano. Como ya se comentó en entrada anterior, Gaya Tovar era un prestigioso médico de la época con despacho particular en la Calle Marques de Vadillo nº 8 que ejercía también como profesor de gimnasia en el Instituto. Culto, progresista y comprometido socialmente, Gaya Tovar adquirió una posición destacada dentro de la burguesía acomodada de Soria, llegando a ser concejal en 1922. Todos los presentes en la fotografía, que fue realizada en 1935, transmiten optimismo y seguridad. Todo cambiaría un año después, en agosto, cuando Gaya Tovar fue fusilado por los traidores golpistas armados.

La segunda imagen ya la conocemos por la anterior entrada. Con un encuadre más abierto y desajustado aunque con mejor resolución, podemos ver a un grupo de diez presos en la Prisión Central de Valdenoceda (Burgos), entre los que está Juan Antonio Gaya Nuño, en la fila superior el segundo por la izquierda. La foto luce una marca de agua de Caja Duero y por la pulcritud de los monos de nueve de los retratados (el décimo, abajo a la derecha, sería probablemente un visita del exterior), habría sido tomada en el transcurso de los "festivos" actos del día de Nuestra Señora de la Merced, patrona de los presos, única fecha del año en el que los reclusos tenían autorizado ser visitados, fotografíarse y remitir la imagen a sus allegados.

Por último, la tercera imagen carece de todo dato identificativo que permita circunscribirla a una fecha o a un lugar determinado. Infiriendo por las vestimentas --sin ser muy gruesas, sí son de un grosor superior al preciso para las Islas Canarias--, que se trata nuevamente de la prisión de Valdenoceda, la imagen volvería a corresponder a una festividad penitenciaria. Un nuevo visitante del exterior, con corbata y muy sonriente en la fila inferior, vuelve a situarse en la fotografía junto a nueve presos. La instantánea entonces, podría volver a estar relacionada con los actos, asociados al mundo del nazionalcatolicismo imperante en el tiránico régimen fascista, y celebrados el día de La Merced, 24 de septiembre, bien de 1940, o bien de 1941, antes del traslado forzoso de Gaya y del resto de sancionados a sus respectivos nuevos destinos. Juan Antonio Gaya Nuño está situado en la fila inferior, en el extremo izquierdo.