Entre estos resortes se encontraban, ¿cómo no?, los medios de comunicación. La radio se convirtió en el medio ideal por excelencia en la experta campaña de Agitación y Propaganda llevada a cabo por los sublevados, salvando fronteras, sobrepasando trincheras y frentes, informando y desinformando según fuera preciso, confundiendo, atemorizando y desmoralizando a los leales a la República. Conocidas son, desde Sevilla, las virulentas soflamas tabernarias del general golpista Queipo de Llano –afamado borrachín--, arengando a sus tropas, exhortándolas a practicar al asesinato indiscriminado y acuciándolas a violar madres, esposas e hijas de los resistentes republicanos que se encontraban defendiendo al régimen constitucional (ver entrada http://todoslosrostros.blogspot.com/2008/10/hablan-los-asesinos.html en este mismo blog).
Tras exterminar abruptamente la desorganizada resistencia que encontraron en las primeras zonas conquistadas, los golpistas dieron muerte o apresaron a sus políticos, sindicalistas, funcionarios, intelectuales y simpatizantes republicanos, así como a los periodistas y tipógrafos desafectos o no manifiestamente afectos con su ilegal Movimiento, haciéndose así cargo de la edición, impresión y distribución de los medios de comunicación en papel. Una de las primeras cabeceras impresas asumidas por los sublevados fue la del “ABC” de Sevilla, propiedad de la significada familia monárquica y conservadora Luca de Tena. Enfrentado diametralmente con su gemelo madrileño (el cual se mantuvo fiel al constitucionalismo al permanecer en zona gubernamental), el diario sevillano fue usado interesadamente por los golpistas para difundir sus posiciones ideológicas --tradicionalistas, reaccionarias y profundamente conservadoras--, reforzar lealtades, transmitir propaganda y elevar la moral de la vanguardia y la retaguardia franquista.
Entre los recursos más frecuentemente utilizados, el “ABC” sevillano se prodigaba en la reproducción literal de las charlas radiofónicas de Queipo, en la publicación de partes de guerra reales o imaginarios sobre los avances victoriosos del ejército africanista y en la reproducción de numerosas imágenes que venían a reflejar la gradual conquista de los frentes, la toma y “liberación” paulatina de destacadas cotas y relevantes ciudades y la victoriosa moral de la más relevante sociedad civil franquista.
En este sentido y con este propósito, el “ABC” publicó en numerosas ocasiones fotografías de soldados y civiles republicanos y antifranquistas derrotados y hechos prisioneros, retratados en lugares en los que se encontraban secuestrados, inermes y en contra de su voluntad, y en el preciso momento en que eran violados sus más elementales derechos a la propia imagen, a la libertad de circulación y movimientos, a la libertad de expresión y opinión, al derecho la vida y a otras muchas prerrogativas jurídicas y legales que estaban obligados a acatar los traidores golpistas que les tenían presos. Entre estas obligaciones jurídicas incumplidas por los captores armados y por sus publicistas estaba la de no realizar ni hacer circular fotografías ni imágenes a los prisioneros con fines propagandísticos o con otros propósitos, por lo que los represaliados republicanos vieron violada su intimidad al ser expuestos a la curiosidad pública (3). ¿Podría entonces calificarse como un delito de Lesa Humanidad, o de complicidad con el mismo, la fotografía de personas a las que les están siendo violados sus derechos cívicos por unos criminales armados traidores al ordenamiento jurídico, a las leyes y a la Constitución y la publicación de esas instantáneas con fines propagandísticos y políticos?
Esta sería una de las reflexiones obligadas que podría suscitar la presente entrada en el blog “Todos los Rostros” y para ilustrarla, traigo aquí algunas de las instantáneas que en páginas de portada o de interior llegó a reproducir el “ABC” durante los años de guerra y meses posteriores. Proceden de su Hemeroteca Digital, extraordinario servicio público accesible a través de su página web desde hace escasas semanas http://hemeroteca.abc.es/avanzada.stm , que se está revelando como uno de los hallazgos más útiles e interesantes de los últimos meses.
(1) Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española. TRAIDOR: (Del lat. tradĭtor, -ōris): 1. adj. Que comete traición. TRAICIÓN. (Del lat. traditĭo, -ōnis). 1. f. Falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener; 2. f. Der. Delito cometido por civil o militar que atenta contra la seguridad de la patria.
(2) Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española: FELÓN: (Del fr. felon, cruel, malvado). 1. adj. Que comete felonía; FELONÍA: (De felón). 1. f. Deslealtad, traición, acción fea.
(3) Título II "Protección General de los Prisioneros de Guerra", artículos 13 y 14, del Convenio de Ginebra relativo al trato de los prisioneros de guerra, dentro de la Convención de Ginebra de 1.929).







