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martes, 12 de mayo de 2015

Somos hijos de la miseria, deportados de la Historia, expulsados del control de nuestras vidas, marginados de este triste presente, desterrados de nuestro propio exilio: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 132

Han pasado 14 años desde el final de lo que ellos llamaron "Guerra de Liberación", el mayor acto terrorista cometido por banda armada alguna contra un gobierno constitucional elegido por el Pueblo. Los bárbaros franquistas asesinaron desde mediados de los 30 a cientos de miles de personas, condenaron a prisión a más de medio millón, mandaron al exilio a 550.000, los convirtieron en apátridas para que los nazis liquidaran a decenas de miles de ellos y oprimieron con sangre, plomo y fuego a millones, sólo para mantener y consolidar los intereses de la oligarquía para la que trabajaban, bajo la mirada pasiva y cómplice de Francia, Inglaterra y Estados Unidos, con gobiernos reconvertidos en feroces anticomunistas.

Los alzados, los asesinos, eran alimañas militaristas que desde el 17 de julio de 1936 decían querer acabar con la disidencia roja y proteger a la plutocracia local. Pero eso sí, usaron como argumentario ideológico justificativo un supuesto pseudonacionalsocialismo sindicalista de corte falangista muy ni de izquierdas ni de derechas, regeneracionista, que garantizaba la universalidad de los eternos destinos hispanos, ante cuyos principios autárquicos imperiales deberían plegarse las individualidades y cualquier otro tipo de discrepancia. Con la pistola en una mano y los Principios Fundamentales joseantoinianos en la otra quisieron forzar al español humilde a doblegarse a cambio de un ilusorio beneficio comunal. Y ese beneficio se vislumbra en la foto. Repito: es 1953. La instantánea es la misma que podría haberse captado en Las Hurdes a mediados de los 20 del XX, o en cualquier aldea o barrio suburbano del XIX o del XVIII. Como aquellas hechas por W. Eugene Smith en la extremeña Deleitosa en 1951 (ver curistoria.com/2014/04/la-espana-de-los-anos-50-en-la-revista.html). Dignidad en las miradas y fortaleza en los espíritus pero en los cuerpos, harapos, suciedad, sórdidez, pobreza, penuria... Las prometidas excelencias del franquismo, representadas en esta miserable imagen de la España manchega 15 años después de la excelsa victoria que debiera haber conducido a los españoles a la justicia social, la riqueza y la abundancia. Ellos, niños y adultos, también son represaliados del fascismo, victimas de la intolerancia, damnificados del totalitarismo capitalista. Nosotr@s somos hijos y nietos de esa miseria, deportados de la Historia, expulsados del control de nuestras vidas, marginados de este triste presente, desterrados de nuestro propio exilio.


Imagen de Jean-Philippe Charbonnier. Fuente: paulainblue.tumblr.com/post/71955601455/el-fotografo-jean-philippe-charbonnier