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miércoles, 29 de julio de 2015

"Esta guerra es necesaria y conveniente. Un generoso regalo de Dios, un supremo dolor, una suprema lección": Pemán: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 210

El desarrollo de 1936 a 1939 del acto terrorista --tres veces mal-llamada guerra, civil y española-- perpetrado por los funcionarios traidores armados y la tiranía impuesta en el Estado español por estos felones, permitieron calibrar la ética y sopesar la calidad humana de cada español sometido a los avatares de este convulso periodo. Supimos ayer en TODOS LOS ROSTROS de las adversidades sufridas por los intelectuales de izquierda durante la contienda y sobre todo tras ella. La Muerte, el asesinato de la Inteligencia y de los "inteligentes" a manos de los sublevados fue práctica común. Apuntaba también una extensa, incompletísima relación de escritores, periodistas, músicos, pintores y caricaturistas asesinados por los defensores de la Santa Religión y la Sagrada Madre España. Y resaltaba el digno ejemplo, la coherencia ideológica y el pundonor profesional demostrado por Carlos Gómez Cabrera, Bluff, que habría de pagar con su vida sus ambivalentes viñetas de doble lectura publicadas desde la cárcel en la revista católica "Redención", instrumento de dominio y sumisión. Como contrapunto a tanta honestidad, resalta la más diafónica y abyecta de las conductas, la de José María Pemán, político, escritor, poeta y agitador fascista y ultramonárquico, paradigma de la cultura puesta al servicio de la Muerte.

El camaleónico Pemán, demócrata de toda la vida en 1978, conspirador y fascista en 1936


Era Pemán gaditano; su biografía, extensa; sus obras, profusas. Monárquico, conservador y moderadamente liberal, estaba en buenas relaciones con las dos generaciones jerezanas de Primos de Rivera y con los artífices de la sanjurjada. Como Unamuno antes, como más tarde Marquina, Benavente, Azorín, Baroja, Manuel Machado, Gerardo Diego, Pérez de Ayala..., Pemán alimentó a la militarista caterva que pulsante emergía de la caverna golpista, proporcionándole motivos, coartadas, eslóganes y estéticas linguísticas que revistieran de palabrería hueca la semántica pistolera de los asesinos. Y así fue. En prensa, radio, revistas, actos públicos y reuniones privadas, Pemán fue esparciendo la semilla del golpe antes del golpe. Fue incluso más allá que el rector vasco de Salamanca y discurrió la Cruzada, inventó la España Mártir y concibió la idea y la expresión del Movimiento Nacional, profetizando y dirigiendo el tan cacareado motín de lo perverso y caduco contra la lozanía de la ingenuidad.
Elecciones de 933. Los derechistas Carranza, José Antonio y Pemán consiguen escaño por Cádiz.

A los pocas horas del golpe y cerciorado del triunfo en Jerez, pues de aquí era hijo adoptivo, y en Cádiz, Pemán hace de tripas corazón, oculta los miedos y entra en la ciudad, que cae sin un sólo tiro. Así lo cuenta el libelista Arrarás:



"[...] acudiendo al cuartel de [lanceros de] Villaviciosa para unirse a los demás voluntarios de las diferentes facciones que se estaban concentrando allí atendiendo la llamada del Comandante Arizón, y en donde reinaba el buen humor, característico de esa ciudad [Jerez de la Frontera], donde el nivel de la vida y el aire de la raza, por una admirable mezcla anglo-andaluza, producida por el negocio de vinos, tiene una distinción inconfundible. Se brindaba con el vino de la tierra y se hacía frente al momento difícil con una serenidad sonriente y deportiva. Entraban y salían falangistas, requetés, comerciantes, labradores, aristócratas... Salían a relucir las buenas escopetas de caza y los rifles de montería. A cada hora aumentaba el improvisado ejército. Allí,entre otros, acudió de una finca de campo cercana, el poeta José María Pemán, que en seguida inició por el micrófono jerezano su serie de proclamas y arengas guerreras".

La oficialidad y tropa del cuartel y del Depósito de Recría y Monta, falangistas, carlistas y elementos derechistas de la ciudad salían a espita desde el cuartel en automóviles y camiones para practicar la aposicalíptica siega de espigas republicanas, aplicando de forma efectiva las órdenes del comandante Arizón: ocupación del Ayuntamiento --y fusilamiento de su alcalde y concejales frentepopulistas--, despliegue de patrullas civiles y militares por las calles de Jerez, control de los accesos a la población, declaración del Estado de Guerra en toda la ciudad e incautación  de las instalaciones de Radio Jerez. Y allí que fue el señorito Pemán para adueñarse de los micrófonos y lanzar desde ellos sus rebuznos calibre 7,62 día tras día, soflamas incendiarias que propugnan el fin del oponente y el triunfo de la razón ultrafascista.

Los deseos de muerte, la apología del genocidio, la propaganda del mal del
lírico vate, ejemplo insigne de las letras hispánicas, se destilaban en éstas sus esencias emitidas desde Radio Jerez: "Esta guerra además de necesaria era conveniente… Pero el Dios de los Ejércitos, nos ha hecho a tiempo el generoso regalo de un supremo dolor… Y de pronto, para que abramos los ojos, Dios nos ha mandado la suprema lección de una guerra”.

Y el que fuera parlamentario con la monarquía restaurada a finales de los 70 ya muerto el sanguinario dictador, ladraba así 40 años antes, el 24 de julio de 1936 contra las democracias: “La Guerra con su luz de fusilería nos ha abierto los ojos a todos. La idea de turno político ha sido sustituida para siempre por la idea de exterminio y expulsión, única salida válida frente a un enemigo que está haciendo de España un destrozo como jamás en la historia nos lo causó ninguna nación extranjera".


Mayo de 1938. Franco envía a Pemán --segundo por la izquierda-- junto a Millán Astray --cuarto-- a Italia para que le represente ante el Duce en los actos de hermanamiento del franquismo con el fascismo italiano. 

Con lindezas como éstas, Pemán, que fue nombrado por Franco miembro juramentado del Consejo Nacional de FET y de las JONS, en la exclusiva lista sólo por detrás de Pilar Primo de Rivera, del Conde de Rodezno y de Queipo de Llano, es llamado «poeta alférez, que siente, canta y vive la nueva Epopeya Nacional». Envanecido y orgulloso, Pemán se envalentona  y acompaña como orador habitual al general Queipo de Llano en sus rondas por la Andalucía "liberada" y como soporte espiritual a las bárbaras columnas de Castejón y Yagüe que como mortífera plaga de langosta recorren Huelva, Sevilla, Badajoz y Cáceres camino de Madrid sembrando el terror y la muerte, con Pemán de entusiasta pasajero. Y éste se identifica hasta el paroxismo con los rebeldes y enardece su moral con alocuciones patrióticas cívicas y militares. Aprovecha también para cruzar la raya lusa y adopta en Portugal el papel de un torquemada illuminati, proclamando el 28 de agosto de 1937 desde las radios portuguesas bárbaros argumentos que justifican la guerra para defender las ideas del absolutismo español frente al liberalismo y reivindican el regreso de la Santa Inquisición para purificar la “raza” española (ver tesis doctoral en http://pendientedemigracion.ucm.es/BUCM/tesis/19972000/S/3/S3036702.pdf)

Lejos ya el arranque de la asonada y muy cercana la victoria, Pemán es elegido por Franco para anunciar a España la inminente caída de Madrid. Tras varios intentos fallidos, se instala a las puertas mismas de la capital y cuando los casadistas la entregan cobardemente, Pemán obedece las instrucciones de su caudillo y se embarca en el primer vehículo nacional que circula por Madrid para ser el primer franquista en entrar en ella junto con el coronel Eduardo Losas Camaña. Y el expolio vuelve a empezar, pues el gaditano precisa de calmar sus ansias radiofónicas y se dirige a Unión Radio de Madrid para difundir esta perorata a los acongojados vecinos: "Españoles, madrileños, hermanos todos que me escucháis. Ante mis labios temblorosos por la emoción más grande que he sentido en toda mi vida, tengo un micrófono envilecido durante años por la calumnia y por la mentira. Pero me bastará gritar ¡Viva España! y ¡Arriba España! [...] Españoles todos: Hoy ha entrado enMadrid, por encima de todo, el Caudillo, el caudillo Franco, el Caudillo del corazón grande, de la justicia, de la misericordia [...]».

Peman vestido de voluntarioso requeté

Pemán esta exultante. Los suyos han ganado y comienza la noche de los cuchillos largos. Asesinatos indiscriminados, masiva represión y exterminio, el mismo exterminio exigido por Pemán. Cientos de miles de españoles y españolas son masacrados y presos, y Pemán es nombrado por Franco presidente de la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado. Con categoría de ministro y dependiente de Nicolás Franco, el integrista poeta asume su papel de inquisidor y arremete contra la moderna intelectualidad republicana y laica, la representada por el Ateneo, la Institución Libre de Enseñanza y la moderna Educación Pública implantada por la República. Destaca Pemán como feroz perseguidor de escritores, intelectuales, maestros... y reprime durísimamente al personal funcionario docente, al que depura apartándolo de la carrera y provocando su eliminación física. "Pemán pretendió una depuración punitiva y preventiva y lo consiguió. No sólo decapitó al Magisterio al eliminar a sus miembros demócratas más valiosos, sino que su lugar fue ocupado por miles de voluntarios oficiosos arribistas, excombatientes, mutilados de guerra, excautivos y otros redimidos adictos al régimen. En palabras del Caudillo a los maestros: «Tras la maravillosa creación de Pemán, ensalzando la Patria y la Religión, sólo cabe una palabra: Amén, y así será»".

Y para muestra, un botón; éste párrafo extraído de una Orden publicada por el gaditano: "Es un caso de salud pública hacer desaparecer todas esas publicaciones, y para que no queden ni vestigios de las mismas la Junta de Defensa Nacional ha acordado: Primero. Por los Gobernadores Civiles, Alcaldes y Delegados gubernativos se procederá, urgente y rigurosamente, a la incautación y destrucción de cuantas obras de matiz socialista o comunista se hallen en bibliotecas ambulantes y escuelas".

Al poco, Pemán fue nombrado también responsable, durante cuatro meses, de la Oficina de Prensa y Propaganda. Y lo que son las cosas, la memoria no solo es frágil, si no que es embustera y canalla: 75 años después, este dechado de virtudes fascistas, apostol del genocidio corporal y espiritual del contrario por el mero hecho de que éste cuestione su privilegiado lugar en el mundo, Pemán el iconoclasta de la diferente Cultura, la Verdad y la Justicia, pasa entre sus correligionarios por ser un demócrata de toda la vida y precursor del regreso a España
del monarquismo parlamentario. Podría haber quedado en un meritorio intelectual, letrado, erudito, sabio, entendido y docto, legítimamente centrado en el objeto de su tarea y en la difusión dosificada de su acervo. O como aquellos a los que persiguió con saña, podría haberse entregado al Pueblo del que procedía, propagando la idea republicana que reclamaba para el corpus popular su autogobierno en una sociedad republicana libre, justa e igualitaria.

Pero no. Pemán escogió formar parte de la casta de los matarifes. No en vano, ya escribía el exaltado desde sus tiempos de presidente del grupo de Acción Nacional: "El Estado reservará toda su dureza depurativa a todos los intelectuales que optaron claramente por lo antinacional, lo masónico, lo judío o lo marxista. Para ellos, la salvación es imposible".

Homenaje a Pemán en la fachada de su casa gaditana.

Todavía hoy, 2015, muchos colegios, calles, grupos escolares, medallas de oro y doctorados honoris causa de toda España conservan la advocación a tan insigne procer de la muerte, del terrorismo golpista y del exterminio del contrario. Y en Jerez de la Frontera, un busto en bronce con sus rasgos más sobresalientes preside desde el 2014 la entrada del templo local de la Cultura, el Teatro Villamarta. Los próceres municipales del P.P. que allí lo llevaron defendieron la erección de la efigie argumentando que José María Pemán había hecho mucho por la ciudad. Y yo apostillo: mucho no, ¡¡muchísimo!! Porque con su apoyo moral y sus incendiarios exabruptos, es esa ciudad en la que no hubo ningún muerto ni herido derechista, ninguno, fueron sin embargo asesinados inmisericordemente 600 republican@s, cuyos restos todos sin excepción siguen hoy desaparecidos y escamoteados por los bárbaros vencedores.

Busto de Pemán en el Teatro Villamarta de Jerez de la Frontera, erigido por el P.P. local en 2014. Fuente: lavozdelsur.es

Y no para remediarlo, pero sí para acabar con el oprobio y la vergüenza, una Plataforma Ciudadana por la Memoria de Jerez y algunos partidos de izquierda real se proponen la remoción del busto y su conducción al museo o a los almacenes municipales. O quizás mejor a la fragua.

Para elaborar esta entrada he usado con libertad adaptándolos a mi saber y entender fotos, letras y datos del Catecismo del Padre Mazo (Pemán); El holocausto español (Paul Preston); Arengas y crónicas de guerra (Pemán); textos de todoslosnombres.org; de memoriahistoricadejerez.blogspot.com.es y de una genial presentación, cuyo autor lamentablemente desconozco, consultable en http://myslide.es/documents/jose-maria-peman-y-pemartin.html