Los asesinatos, las torturas, el hambre, los malos tratos y las enfermedades contraídas en la prisión aniquilaron a los presos, por lo que muchos de ellos organizaron y ejecutaron con éxito la fuga más sonada y numerosa del franquismo. En mayo de 1938 y hartos de esta situación, 795 presos consiguieron escapar del Fuerte. Solo 8 (3 según otras fuentes) lograron llegar a Francia. Los restantes fueron atrapados en muy diversos lugares y al menos 207 de ellos fusilados y enterrados en distintas fosas.
Recientemente, y gracias a un documento del investigador José María Jimeno Jurío y a los trabajos de las asociaciones de Familiares de Fusilados de Navarra y Txinparta, se ha podido hallar el cementerio que se construyó en 1940 en la ladera del propio monte, a 500 metros de distancia del Fuerte, por lo que se han podido identificar a 131 personas enterradas en él, casi todas ellas muertas a causa del hambre y de las enfermedades contraídas en su estancia en esta prisión-fortaleza entre 1940 y 1945. Además, no hace mucho que se han localizado los lugares de enterramiento de otras 203 personas muertas en la prisión y enterradas en 13 cementerios de la zona (46 en el cementerio de Berriozar; 20, en Ansoáin; 17 en Artica; 16 en Añezcar; 16 en Elkarte; 16 en Loza; 16 en Oteiza; 13 en Berrioplano y 13 también en Berriosuso; 11 en Ballariáin; 10 en Aizoáin; 1 en Barañáin; 2 probablemente en Berichitos, Pamplona, y 2 en fosa no localizada). De estos 203 fallecidos, 17 procedían de Andalucía, 3 de Asturias, 1 de Cataluña, 67 de Castilla-León (Ciudad Real, Cuenca y Toledo), 13 de Castilla La Mancha, 5 de Cantabria, 3 de Murcia, 5 de Valencia, 25 de Euzkadi (6 de Álava, 13 de Vizcaya y 6 de Guipúzcoa), 5 de Extremadura, 30 de Galicia, 17 de Madrid, 5 de Navarra, y 7 de otros países (1 de Argentina, 2 de Cuba, 3 de Portugal y 1 de Venezuela). Por ello, y como consecuencia de la investigación, en este momento se conocería ya el paradero de los restos de 334 presos del Fuerte, con lo que aún quedan por ubicar dos grupos de asesinados: los 207 fugados abatidos a tiros en 1938 y los llamados presos gubernativos de Navarra. Las cifras de la represión en San Cristóbal se elevarían así hasta las 600 personas asesinadas, lo que vendría a significar que al menos el 12% de los presos republicanos y antifranquistas recluídos en Ézkaba fueron asesinados, bien pasados por las armas, o bien por medio de malos tratos, hambre y enfermedades derivadas de las condiciones del penal, más propias de un campo de concentración nazi.
En la cima del Monte Ézkaba se encuentra el siniestro Fuerte de San Cristóbal
Guardias y otros responsables de la prisión de San Cristóbal.
Presos republicanos en el Fuerte de San Cristobal, en una imagen procedente de un fotograma congelado de un reportaje que se puede ver encontrar en youtube.
Presos republicanos en una fotografía realizada el 27 de abril de 1942.
Presos republicanos en el Fuerte de San Cristobal, en una imagen procedente de un fotograma congelado de un reportaje que se puede ver encontrar en youtube.
Presos republicanos en el Fuerte de San Cristobal, en una imagen procedente de un fotograma congelado de un reportaje que se puede ver encontrar en youtube.
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