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viernes, 8 de mayo de 2015

Premio para quien logre intuir la más leve sonrisa en el rostro de estos presos republicanos que se preparan para la muerte, la tortura y la represión casi eterna: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 128.

No sé mucho más. Algunas páginas (por ejemplo, "El rayo que no cesa") colocan un pie bajo esta imagen reseñando que se trata de una fotografía de prisioneros "rojos" (sic) de Guajalarara que han sido recluídos en alguna prisión franquista de Soria, en 1936 --se indica además que la imagen procede del Archivo Carracosa, con copyrigth, bajo la signatura AHPSO nº 2465--. En otras páginas, muchas de ellas perfiles de usarios varios en pinterest.es, se indica expresamente que son presos republicanos encerrados en la cárcel soriana de Sigüenza. No puedo añadir más. Y hoy no tengo recursos emocionales para viajar en el tiempo o para transladar mi espiritu a aquel instante. Lamento no poder contaros nada más. Estoy casi tan desolado como la mayoría de los protagonistas de la instantánea. Casi. Salud. Y República.


jueves, 7 de mayo de 2015

Unos tan admirados, otros tan poco recordados: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 127.

Estas son las fotos. Las tomó Joe Rosenthal en la cumbre del monte Suribachi, en la isla japonesa de Iwo Jima. Los americanos no habían liquidado aún la resistencia japonesa, pero conquistar a sangre y fuego la cima al coste de miles de vidas sirvió para dar mayor verosimilitud a esta escenificación visual de la victoria y convirtió la imagen del izado de la bandera estadounidense en un icono universal e histórico, representativo desde entonces del poderío militar y económico del país que todavía rige los destinos del planeta.

Lo sabemos todo de los acontecimientos que acabaron por plasmarse en las imágenes. Cuándo se tomaron, quiénes fueron sus protagonistas, cuánto debieron sacrificar para someter a sus enemigos... En varios intentos sucesivos y pautados, seis soldados colaboraron con el fotógrafo para dramatizar el enarbolado coral de la enseña. Fechas después, tres de ellos murieron tras posar para la imagen. Otro fue herido gravemente. Y la fotografía impostada se convirtió en un símbolo imperecedero de la propaganda de guerra y de postguerra.



Curioso resulta entonces, más bien indignante, que sepamos tanto de aquellos soldados tan ajenos a nosotros y que apenas conozcamos nada de los cientos de miles de españoles que deambularon por Europa después de ser derrotados por las bestias fascistas. Muchos regresaron a España engañados por las falsarias promesas de perdón del sanguinario general Franco. Pero cientos de miles quedaron en Francia o marcharon al exilio de México, Venezuela, Argentina, Chile... Entre 30 y 50.000 engrosaron y lideraron la resistencia gala contra los hitlerianos. Decenas de miles fueron apresados por los nazis y unos 10.000, masacrados en sus campos de exterminio. Uno de ellos, Mauthausen. En esta instalación austriaca, los bárbaros torturaron, maltrataron, obligaron a los prisioneros a acarrear grandes piedras por los 186 peldaños de la escalera de la muerte y causaron la muerte de unos 8.000 hispanos. En las fotos, vemos algunas de las imágenes de la liberación, realizadas probablemente por el preso y fotógrafo español Francisco Boix. Son archiconocidas. Los prisioneros españoles reciben tumultuosamente a las tropas americanas y saludan su presencia con un pancarta que desvela su organización antifascista y su consistencia política; otros se hacen con armas para protegerse del posible retorno de sus terribles guardianes; otros regresan con camiones a Linz... Pero la imagen que más me inquieta es aquella en la que, como en Iwo Jima, un grupo de presos colabora colectivamente, en este caso para la demolición del aguila nazi que preside una de las puertas. A diferencia de los figurantes en el icono militarista americano, nada sabemos de los deportados que voluntariosamente derriban el aguilucho alemán, ellos, ni su nacionalidad aunue los intuimos españoles, ni sus vicisitudes hasta sobrevivir para ver aquel día, ni su destino final. ¿De cuántos de los supervivientes y de los asesinados perdió la Historia por siempre toda memoria y rastro?

  

Hoy, los americanos homenajean a sus marines con un masivo monumento conmemorativo de la histórica fotografía de Iwo Jima sito a las afuerzas del Cementerio Nacional de Arlington, en Virginia (USA). Nosotros, en esta egoista y desmemoriada España, nada queremos saber de nuestros mayores e incluso renegamos de sus vidas, de sus ejemplo y de sus ideas.

miércoles, 6 de mayo de 2015

La era de la plácida España, los 25 años de paz con Franco, los 50 de Juan Carlos, los 75 de Felipe: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 126


La mirada tensa, una sonrisa nerviosa en el semblante intentando quitar hierro entre combatientes adversarios y acentuar una quimérica, imposible camaradería bélica, boinas rojas encañonando riñones proletarios, el arma que aún abrasa tras la reciente refriega, un dedo en el gatillo presto al disparo, acabose para siempre el uníos de la UHP, "manos arriba" les dicen y a la cara les espetan el acostumbrado ¡si te mueves te frío, anarquista cabrón!, vamos pa dentro tú, que te va a interrogar el jefe de patrulla... Y luego incontables golpes, bofetadas, patadas requetés, ¿cuántos sois?, les preguntan... ¿Naranjeros, bombas de mano, ametralladoras...? ¡Habla, coño! ¡Toma y recibe!, ¡toma otra!... ¿Ahora lloras, rojo de mierda? Vamos patrás..., coge la pala y cava allí tu fosa, perro... ¿Ya es suficientemente honda? ¡No te muevas, hijodeputa! quieto ahí... ¡¡¡BANG!!! Y el cuerpo rueda hasta el fondo del hoyo. Y comienza entonces la era de la plácida España, los 25 años de paz con Franco, los 50 de Juan Carlos, los 75 de Felipe, las vidas de nuestros mayores liquidadas, la memoria olvidada, el silencio perpetuo, sus ideas acalladas, los muertos bien muertos, abandonados, relegados, perdidos por siempre, para siempre... malditos sean, malditos mil veces, me cago en Satanás.

Milicianos anarquistas, detenidos por fascistas sublevados en Donosti. Fuente de la imagen: es.pinterest.com

martes, 5 de mayo de 2015

Un beso republicano que rezuma veracidad, entrega y compromiso: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 125

Mis textos suelen hablar de muerte, de torturas, asesinatos, fosas comunes... Las instantáneas que los ilustran, también. Pero ahora cambio el compás. Y explico porqué: traigo hoy un rosario de imágenes de alegría, de tristeza, de melancolía... Y de triunfo. Despedidas en estaciones de tren, separaciones al borde mismo de los muelles, un melancólico adiós justo antes de partir... y fotografías en las que sus protagonistas festejan la victoria en Times Square o celebran la alegría de existir en el descreído París de la inmediata postguerra. Todas destilan vida, presagian una probable incertidumbre antes de la inminente batalla, incluso hacen alarde propagandístico del alegre espíritu bélico que se ha de demostrar frente el enemigo... Miscelánea de retratos quizás espontáneos, algunos tal vez impostados, reproducidos en cientos de miles de publicaciones en papel y páginas digitales. Parejas de ingleses, americanos, franceses en la primera o en la segunda guerra mundial... Vedlos, disfrutad con ellos o entristeceros. Pero no dejéis de leer al pie de la última foto. Me entenderéis, entonces.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Existencial compendio el que acabáis de ver, pleno de vitalidad, pero seguro que carente de la fuerza y el empuje de la siguiente fotografía. Rezuma veracidad, entrega y compromiso. Ha sido tomada en las calles de Barcelona. Él marcha al frente, que se encuentra a pocos horas, en tierras de Aragón. Ella desea retenerlo mientras le transmite esperanza, comparte su ideario y le anima para un pronto retorno. Sus compañeros milicianos muestran vigor y optimismo y hasta bromean con el combatiente, tirando de la culata de su arma. Todos se aprestan al combate. Todos van a defender a la Republica de la barbarie. Fe, convencimiento y firmeza revela esta imagen de Agustín Centelles. Es la que más aprecio. La que más me inspira.

Fuente de la imagen de Centelles: elpais.com/diario/2011/07/29/revistaverano/1311890403_850215.html

lunes, 4 de mayo de 2015

¿Qué guardas tras tus muros? ¿Qué esconde tu espíritu más íntimo al otro lado de los diques que lo contienen?: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 124.

Tu mirada es vagamente escéptica, acaso retadora, distante y difusa, probablemente irónica... Adivino tras tu aparente fortaleza de mujer recia republicana, debajo de tu tenaz apostura quizás impostada, más allá de la seguridad de tus ojos que se me antojan curiosamente fieros, un cierto escepticismo, una leve fisura en la solidez de tus inquebrantables certezas, a través de la cual asoma la enorme y secreta fatiga que tratas de ocultar. ¿Qué guardas tras tus muros? ¿Qué esconde tu espíritu más íntimo al otro lado de los diques que lo contienen? Hazme sentir, contágiame de tu innegable entereza. ¿Aún sigues ahí? ¡Cómo me hubiera gustado abrazarte! Y hacerte sonreir.


Enfermera republicana de un Hospital de Sangre en el frente de Buitrago de Lozoya. Julio de 1936. Imagen obra del prestigioso fotoperiodista Luis Ramón Marín (1884-1944). Durante más de 50 años y hasta mediados de los años 90 del XX, su esposa Eduarda Plá ocultó en el interior de un secreto butrón en un muro de su vivienda madrileña más de 18.000 negativos en película y placas de cristal, los cuales a mediados de los años 90 del XX entregó a la Fundación Pablo Iglesias, tras constatar la consolidación del régimen democrático parlamentario. En los años 2007 y 2008, la Fundación Telefónica patrocinó la exhibición itinerante de una exposición con más de 200 de esos negativos, unos de fotografías aéreas, otros de celebraciones familiares, otros de acontecimientos de la realeza, taurinos, deportivos, políticos.... Muchos pueden contemplarse en el enlace network54.com/Forum/394728/message/1244036027/Luis+Ram%C3%B3n+Mar%C3%ADn,+el+fot%C3%B3grafo+del+aire.+%28La+frase+no+es+mia%29, así como en la página rosademadri.blogspot.com.es/2007/12/tras-el-tabique-luis-ramn-marin.html.

domingo, 3 de mayo de 2015

"Canción de cuna para dormir a un preso". José Hierro: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 123

Ya en la entrada de ayer 2 de mayo de 2015 os traje la triste composición "Sólo materia de sombras", de José Hierro, en la que el poeta republicano veterano de 10 diez prisiones franquistas y 5 años de ilegal secuestro, reflexiona sobre el inevitable paso del tiempo y la inexorable supresión del recuerdo y la memoria. Para compensar por tanto quebranto en el espíritu o para ahondar en él, os traigo hoy esta nana suya dulcemente desesperanzada, llamada "Canción de cuna para dormir a un preso", que forma parte de su obra Tierra sin nosotros, escrita en 1947.
 

"La gaviota sobre el pinar.
(La mar resuena).
Se acerca el sueño. Dormirás,
soñarás, aunque no lo quieras.
La gaviota sobre el pinar
goteado todo de estrellas.

Duerme. Ya tienes en tus manos
el azul de la noche inmensa.
No hay más que sombra. Arriba, luna.
Peter Pan por las alamedas.
Sobre ciervos de lomo verde
la niña ciega.
Ya ni eres hombre, ya te duermes,
mi amigo, ea…

Duerme, mi amigo. Vuela un cuervo
sobre la luna, y la degüella.
La mar está cerca de ti,
muerde tus piernas.
No es verdad que tú seas hombre;
eres un niño que no sueña.
No es verdad que tú hayas sufrido:
son cuentos tristes que te cuentan.
Duerme. La sombra toda es tuya,
mi amigo, ea…

Eres un niño que está serio.
Perdió la risa y no la encuentra.
Será que habrá caído al mar,
la habrá comido una ballena.
Duerme, mi amigo, que te acunen
campanillas y panderetas,
flautas de caña de son vago
amanecidas en la niebla.

No es verdad que te pese el alma.
El alma es aire y humo y seda.
La noche es vasta. Tiene espacios
para volar por donde quieras,
para llegar al alba y ver
las aguas frías que despiertan,
las rocas grises, como el casco
que tú llevabas a la guerra.
La noche es amplia, duerme, amigo,
mi amigo, ea…

La noche es bella, está desnuda,
no tiene límites ni rejas.
No es verdad que ni hayas sufrido,
son cuentos tristes que te cuentan.
Tú eres un niño que está triste,
eres un niño que no sueña.
Y la gaviota está esperando
para venir cuando te duermas.
Duerme, ya tienes en tus manos
el azul de la noche inmensa.
Duerme, mi amigo…
Ya se duerme
mi amigo, ea…"

El poeta e intelectual José Hierro, en el centro, posando como jugador de un equipo de baloncesto en la cárcel franquista de Torrijos (Madrid) en 1943. Fuente de la imagen: cvc.cervantes.es

sábado, 2 de mayo de 2015

"Tristezas desenterradas, pesadillas o visiones, llamando siempre a la puerta de quienes no los conocen": La Memoria al servicio de la Justicia. Día 122


"Sólo materia de sombras,
criaturas de la noche,
nubes espectrales, seres
dolorosamente informes,

Visiones o pesadillas
llegadas no sé de dónde,
ráfagas resucitadas
que fueron mujeres y hombres,

Que tuvieron carne y sueños
donde anidaban los soles
y ahora son sólo penumbra,
ríos de negros acordes,

Tristezas desenterradas,
pesadillas o visiones,
llamando siempre a la puerta
de quienes no los conocen"

"Solo materia de sombras". Autor: José Hierro. Intelectual y escritor. Poeta. Republicano. Acusado de pertenecer a una red clandestina de ayuda y socorro a los presos, es detenido el 3 de septiembre de 1939 y conducido a la comisaría de Policía de Santander; procesado dos veces, se le condena a doce años y un día de reclusión. Recorre las cárceles de Santander, Comendadoras (Madrid), Palencia, de nuevo Santander, Porlier (Madrid), Torrijos (Madrid), Segovia y Alcalá de Henares. Sale en libertad condicional en 1944.


En las fotografías, tres grupos de presas republicanas en la Cárcel de Santa Clara de Valencia, entre 1939 y 1942. Fuente de las imágenes: "Género y Represión Franquista. Estudio y análisis de las mujeres detenidas y represaliadas en el ámbito historiográfico del País Valenciano", publicado por la Universidad de Valencia y el Instituto Universitario de Estudios de la Mujer.  (ver uv.es/iued).

viernes, 1 de mayo de 2015

"Que doblen las campanas por tantos silenciados. Que sus tristes tañidos expresen agonía por forzosos exilios, por familias deshechas envueltas en los llantos de tantos sometidos. Que sus toques de ánimas repiquen como sombras pasando entre las sombras de los viejos recuerdos....": La Memoria al servicio de la Justicia. Día 121




"Cuando vistas a un muerto para su último viaje
a ese ser entrañable que tanto tú querías,
deposita en este hecho tus mejores esencias.
Después lleva su cuerpo a un sepulcro amoroso,
bendito pudridero que une tierra con tierra,
mientras el alma eterna, transmigro hacia el enigma......

Tú pudiste hacerlo por tu amor al que se iba
pero quedaron muchos. Su recuerdo quemaba.
Eran muertes ilícitas y había que ocultarlas.
Que nadie presentara un día estrechas cuentas
por los asesinatos de tantos idealistas
cuyos huesos se pudren en mil fosas comunes.

Si hay hielo en la memoria de tantos, que vivimos
nuestra guerra cainita, aquel naufragio hispano
con un millón de muertos, con miles de penados,
en cárceles abiertas a todos los vencidos,
fusilados, yacentes en tumbas ignoradas
de tantos cementerios,
Sentiremos muy dentro dolor en la conciencia
por haber olvidado.....

En verdad, no debemos traicionar los recuerdos
y tirarlos a un pozo, pues no son desperdicios,
rememoran las luchas, la vieja piel de toro
manchada con la sangre de tantos que cayeron
en todas las ciudades, trincheras y caminos....

Que doblen las campanas por tantos silenciados.
Que sus tristes tañidos expresen agonía
por forzosos exilios, por familias deshechas
envueltas en los llantos de tantos sometidos.

Que sus toques de ánimas repiquen como sombras
pasando entre las sombras de los viejos recuerdos...."

"HOMENAJE, a tantos demócratas pasados por las armas de los que consiguieron destruir a la Republica española". Autor: Ernesto Sempere Villarrubia. 24 de Septiembre 2004, Día de la Merced, ¡patrona! de los Presos.

A la izquierda, Ernesto Sempere Villarrubia, junto con otro compañero no identificado del 94º Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores Penados, en la Plaza Alta de Algeciras (Cádiz). 1945


Ernesto Sempere Villarrubia nació en 1920, en el seno de una familia republicana, progresista e intelectual, comprometida con la izquierda moderada y el Frente Popular. En otoño de 1937 escapa de casa y con 16 años se enrola en la 88 Brigada Mixta, de inspiración anarquista, participando en combates de primera línea del frente en Cerro Sordo y La Chimorra (Pozoblanco, Córdoba). Tras resultar herido y ser reclamado por su familia, regresa a retaguardia para ingresar en el 36º Batallón de Obras y Fortificación, a cuyo frente se encuentra su padre, Ernesto Sempere Beneyto. En este batallón de ingenieros (que se convierte en unidad de combate desde otoño del 38) permanece hasta el derrumbe de los frentes extremeño y andaluz en marzo de 1939. Capturado y preso en el campo de concentración de La Granjuela, cerca de Valsequillo (Córdoba), escapa del mismo en junio, para ser preso nuevamente en octubre de 1939. Tras ser sometido a un Procedimiento Sumarísimo de Urgencia (nº 7054), es condenado a veinte años de reclusión el 22 de febrero de 1940, siendo trasladado a la prisión de Valdenoceda en septiembre del mismo año. Fruto de su rebeldía --negarse a comulgar en la semana santa de 1941-- se encuentra con una nueva orden de traslado a la prisión de Las Palmas de Gran Canaria., que se ejecuta en octubre de ese año. Permanece en las islas hasta el 21 de noviembre de 1943, en el que sale en libertad condicional con la pena accesoria de destierro. Al acudir a la península, se le notifica su carácter de supuesto prófugo y es enrolado a la fuerza en un batallón de castigo para “prestar” el servicio militar. Se le traslada al 94 Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores (radicado en el Campo de Gibraltar), en el que permanece preso hasta mediados de 1947. En diciembre de 1948 se le comunica la concesión del indulto de la pena de reclusión, permaneciendo desterrado de su ciudad de residencia y con obligación de presentación periódica a las autoridades hasta mediados de la década de los 50. Durante los siguientes cincuenta años, Ernesto Sempere aprendió a sobrevivir, se negó a olvidar y se obligó a perdonar. Fundamentó su nueva vida en el amor a su mujer –Otilia— a sus ocho hijos, a sus ocho nueras, a sus dieciséis nietos y a la creación artística. Murió el 13 de enero de 2005, rodeado de todos los suyos. Sus poesías y sus canciones nos siguen reconfortando.

Ernesto Sempere en Córdoba, año 2001. Esta entrada es en homenaje a su Memoria.

jueves, 30 de abril de 2015

Quizás, cuando me muera, dirán: Era un poeta. Y el mundo, siempre bello, brillará sin conciencia: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 120

"Quizás, cuando me muera,
dirán: Era un poeta.
Y el mundo, siempre bello, brillará sin conciencia.

Quizás tú no recuerdes
quién fui, mas en ti suenen
los anónimos versos que un día puse en ciernes.

Quizás no quede nada
de mí, ni una palabra,
ni una de estas palabras que hoy sueño en el mañana.

Pero visto o no visto,
pero dicho o no dicho,
yo estaré en vuestra sombra, ¡oh hermosamente vivo!

Yo seguiré siguiendo,
yo seguiré muriendo,
seré, no sé bien cómo, parte del gran concierto"
.


"Despedida" de Gabriel Celaya (Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta), Ingeniero. Soldado republicano. Preso en el campo franquista de concentración de Palencia. Poeta)


Grupo de presas republicanas durante la celebración de un festival navideño en la Cárcel de Santa Clara de Valencia. Diciembre, 1941. Fuente de la imagen: trabajo titulado "Género y Represión Franquista. Estudio y análisis de las mujeres detenidas y represaliadas en el ámbito historiográfico del País Valenciano", publicado por la Universidad de Valencia y el Instituto Universitario de Estudios de la Mujer.  (ver uv.es/iued).

Grupo de republicanas recluídas en la Prisión Provincial de Mujeres de Valenciaen torno a 1942. Fuente de la imagen: trabajo titulado "Género y Represión Franquista. Estudio y análisis de las mujeres detenidas y represaliadas en el ámbito historiográfico del País Valenciano", publicado por la Universidad de Valencia y el Instituto Universitario de Estudios de la Mujer.  (ver uv.es/iued).

miércoles, 29 de abril de 2015

Busca mi sonrisa y lee la verdad en mis ojos: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 119

Se que me buscarás en la foto, hijo mío. Por ello sonrío. Sonrío para que puedas encontrar mi rostro, para que te sea reconocible y quizás así se asemeje más al recuerdo que guardas de mí en tu memoria. Sonrío para aliviar tu preocupación. Sonrío, hijo, para que me creas fuerte, aunque esté rota por dentro. Sonrío para que te sientas menos solo al mirar mi imagen. Sonrío para que si un día muero, como tantas otras de mis compañeras, puedas evocarme con feliz semblante. Sonrío para olvidar las sacas, los paseos, las parodías de juicio, las atronantes descargas de las ejecuciones, el siniestro eco del tiro de gracia en las tinieblas que se desvanecen al amanecer... Y sonrío, hijo, para que al contemplar mis facciones sepas adivinar en mis ojos la persistencia de mi fortaleza, la tenacidad de mis ideas y mi callada pero orgullosa determinación de que es menester que el mundo cambie, que los oprimidos se liberen de la tiranía y que la Justicia y la Igualdad deben imperar en una nueva sociedad, aún por llegar. Espero verte pronto, hijo mío. Cuando lo haga, si consigo salir de aquí, entonces sí que me verás sonreir. Con todo mi amor y mi afecto, tu madre.   


Grupo de presas republicanas en la Prisión Provincial de Mujeres de Valencia posan, unas uniformadas y otras con sus mejores galas con ocasión, probablemente de la festividad de La Merced allá por 1942. La mayoría sonríe abiertamente, transmitiendo una prueba de vida y de fortaleza a sus familiares. Fuente de la imagen: trabajo titulado "Género y Represión Franquista. Estudio y análisis de las mujeres detenidas y represaliadas en el ámbito historiográfico del País Valenciano", publicado por la Universidad de Valencia y el Instituto Universitario de Estudios de la Mujer.  (ver uv.es/iued).