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martes, 10 de marzo de 2015

Antonio Agulló, el fotógrafo que surgió del olvido: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 69

Hasta 20.000 fueron los presos españoles prisioneros de los franceses en lo que los galos dieron por llamar eufemísticamente campo de internamiento de Bram, es decir, un puro y duro campo de concentración. Como esta humillante instalación del sur francés, en el departamento del Aude de la región de Languedoc-Roussillon, hubo decenas repartidas por toda Francia, muchas de las cuales fueron reutilizadas a los pocos meses por los gabachos traidores de Vichy y por los nazis alemanes para encerrar españoles, judíos, brigadistas internacionales, franceses libres y prisioneros de guerra aliados. Algo de ello he escrito yo en este blog, por lo que si se me permite recomiendo al interesado que consulte la entrada todoslosrostros.blogspot.com.es/2008/08/los-campos-de-concentracin-franceses.html y también todas aquellas que se le puedan antojar durante su azarosa e intuitiva navegación.

De Bram conocíamos desde hace décadas testimonios gráficos rotundos y contundentes, ya que Capa, nuestro húngaro amigo Endre Ernő Friedmann, pudo penetrar en él con pase de prensa y visita guiada, aprovechando para testimoniar e inmortalizar la digna miseria republicana de la plena derrota. Muchas de Bram fueron publicadas, pero otras salieron a la luz recientemente con la aparición de la famosa "maleta mexicana". Desde finales de los 70, sabíamos también de Centelles, fotógrafo profesional de profundas convicciones republicanas preso en Bram, que no desveló su escondido archivo con 4.000 negativos hasta que el sanguinario dictador Franco muriera en la cama. Décadas después, las fotos de Centelles en Bram siguen impresionando por su realismo y su crudeza. Algún día me dedicaré a su meritorio trabajo en el exilio. Palabra.

Pero pocos o nadie sabían de las 39 fotos hechas en Bram por Antonio Agulló durante su internamiento en el campo en 1939. Tras estar ocultas durante años y años, en 2009 fueron reveladas y desveladas por su sobrino, Josep María Agulló. Y entregadas a El Periódico de Cataluña, que las compartió con la colaboración del Memorial Democràtic de la Generalitat con el Museu Nacional d'Art de Cataluya y con el Arxui Nacional.

Dicen los expertos iconográficos que la mano maestra de Centelles sobresale en todas y cada una de sus obras. Cuentan también que los fotogramas de Capa destacan por su soberbia y evidente profesionalidad. Y algunos críticos argumentan que las instantáneas de Agulló adolecen de la precisa pericia. Yo no puedo juzgar. Sólo conozco cuatro, las que aquí traigo. Pero sí puedo opinar que en ellas predomina la verdad, la sinceridad y el enfoque honesto de un hombre doliente y atormentado por la pérdida de un país y de su libertad, que retrataba su propio sufrimiento buscándolo en los ojos y en las actitudes de aquellos, los suyos que le rodeaban.

Te mando un fuerte abrazo allá donde estés, compañero Agulló.





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