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domingo, 15 de marzo de 2015

Submarinistas de la República: héroes frente a traidores; idealistas frente a mercenarios; defensores del pueblo frente a escuadrones de la muerte; presos y muertos frente a malvados que les dieron prisión y muerte: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 74


Nada sé de cuestiones militares ni me interesan en  los más mínimo los aspectos técnicos de la mal-llamada guerra civil. Que me perdonen los puristas por ello. Soy consciente de que la alta aptitud para matar del eficaz ejército de asesinos nacionalistas, nazis y fascistas fue decisiva frente a la escasa capacidad de fuego de los leales al Gobierno y Estado Republicanos. Pero desconozco todo lo relativo a uniformidades, potencia de la munición, calibres, movimiento de tropas... De aquella contienda, sólo me interesan las personas. Los héroes frente a los traidores; los idealistas frente a los mercenarios; los defensores del pueblo indefenso frente a los escuadrones de la muerte de la oligarquía. Los que luego fueron presos y muertos frente a los malvados que les dieron prisión y muerte. Por eso, hoy no pretendo hablar de cañones, esloras, cargas y toneladas embarcadas, no. Quiero, eso sí,  brindar un homenaje a los valientes submarinistas republicanos, a los héroes de los sumergibles que dieron su vida por la de sus conciudadanos, por su Gobierno y por la República Española. 

35 oficiales y marineros murieron cuando --eso se cree-- el submarino republicano B5 fue hundido frente a las costas de Estepona, en el golfo de Málaga por un hidroavión de las tropas franquistas que lo cazó en superficie el 12 de octubre de 1936. 

37 hombres del submarino C3 fueron asesinados al ser atacados ilegalmente con torpedos el 12 de diciembre de 1936 frente a la playa de El Palo de Málaga por los tripulantes de un buque pirata extranjero con bandera alemana, el sumergible nazi U34. Sólo tres tripulantes sobrevivieron. Ahora que Grecia pide reparaciones de guerra a Alemania, ¿nuestro Gobierno no debe exigir que Alemania se haga cargo de la recuperación de nuestros marineros del C3? 

50 hombres murieron en la madrugada del 31 de diciembre de 1936 al 1 de enero de 1937 al hundirse para siempre el submarino C5 frente a Ribadesella. Algunos creen que la tripulación republicana se autoinmoló ante el intento de la oficialidad nacionalista de pasarse a las líneas fascistas sublevadas.

 ¿Y el C6? Ignoro si su tripulación pudo salvarse. Fue hundido en un acto supremo de heroísmo por su dotación republicana en octubre de 1937, cuando Gijón estaba a punto de ser tomada por los fascistas nacionales que entraban en ese momento por la ciudad y su puerto.


Pero es la historia del B6 una de las más emotivas. En septiembre de 1936 se encontraba navegando en superficie frente a las playas asturianas de Cabo Peñas cuando el día 19 fue atacado por el remolcador armado Galicia, el bou artillado Ciriza y el destructor Velasco. El sumergible republicano respondió al fuego, causó daños en algún barco fascista y se sumergió, pero lejos de permanecer en aquella posición defensiva segura e inconquistable (hay que recordar que en aquella época, los navíos no poseían sonar o capacidad técnica alguna de detección submarina), el B6 emergió, siguiendo órdenes de su traidor comandante y quizás de su oficialidad, para quedarse a merced de los buques sublevados, rendirse y que sus mandos pudieran pasarse al lado fascista rebelde. El alférez de navío Oscar Scharfaussen era el comandante felón del submarino. Pero la tripulación republicana fiel a la causa se rebeló contra las órdenes de sus jefes renegados y a pesar de recibir la orden de abandonar el barco, procedió a abrir las llaves para que éste no cayera en manos fascistas. Y así fue. Aún antes de que todos pudieran embarcar en los botes que les llevarían al destructor franquista Velasco, el oficial auxiliar de electricidad Juan Heredia Rodríguez y el cabo de artillería Pascual Crespo abrieron los fondos del submarino para que éste se hundiera y los franquistas no pudieran abordarlo. A las 16:20 horas de aquel heroico día lo consiguieron, pero sacrificaron su vida muriendo en la maniobra. A buen seguro que eran conscientes del riesgo, pero lo asumieron con valor y determinación. 

Los marineros náufragos fueron recogidos por el Velasco. Los directos causantes del desastre, encumbrados y asimilados a las fuerzas militares sublevadas. Scharfaussen, inmediatamente ascendido a Teniente de Navío, mientras que los marineros fieles a la República fueron todos juzgados y veintitrés de ellos condenados a muerte. A la mayoría se les conmutó la condena por largas penas de prisión en el arsenal de La Carraca, pero tres de ellos fueron asesinados por pelotones de fusilamiento fascistas el 3 de noviembre de 1936. Que tampoco su nombre se borre de la historia. Éstos son sus nombres:

- 2º Maquinista Juan Cumbrera Gonzalez, 2º Maquinista. Militar profundamente republicano. Cuando comprobó el alcance del golpe de julio de 1936, detuvo en Ceuta a los oficiales progolpistas del B6 y trasladó el barco hasta Cartagena para ponerlo bajo el control del Gobierno legal.
- 3º Maquinista Andrés Navarro Barcelona.
- 3º Maquinista Fernando de la Pascua Galiano.


¡Loor, honor y gloria a los héroes de los submarinos republicanos!
Flotilla de submarinos del Ejército de la República trasladados desde Cartagena a la bahía malagueña. Funte: diariosur.es


Tripulación del B6. Fuente: armada.mde.es.


 Tripulación del B6. Fuente: lavozdigital.es.

 El B6 y su tripulación, en Cartagena. Fuente: laverdad.es.

Tripulación del B6. Fuente: diariosur.es. Algunas otras páginas refieren que se trataría de la tripulación del C3.

El B6 yéndose a pique. En el instante en que esta imagen ha sido tomada desde la cubierta del destructor Velasco, el oficial auxiliar de electricidad Juan Heredia Rodríguez y el cabo de artillería Pascual Crespo están sacrificando su vida para evitar que el buque caiga en manos franquistas. Fuente: printsplace.co.uk.
 

El B6 yéndose a pique. En el instante en que esta imagen ha sido tomada desde la cubierta del destructor Velasco, el oficial auxiliar de electricidad Juan Heredia Rodríguez y el cabo de artillería Pascual Crespo están sacrificando su vida para evitar que el buque caiga en manos franquistas. Fuente: printsplace.co.uk.


El B6 yéndose a pique. En el instante en que esta imagen ha sido tomada desde la cubierta del destructor Velasco, el oficial auxiliar de electricidad Juan Heredia Rodríguez y el cabo de artillería Pascual Crespo están sacrificando su vida para evitar que el buque caiga en manos franquistas. Fuente: printsplace.co.uk.

El B6 yéndose a pique. En el instante en que esta imagen ha sido tomada desde la cubierta del destructor Velasco, el oficial auxiliar de electricidad Juan Heredia Rodríguez y el cabo de artillería Pascual Crespo están sacrificando su vida para evitar que el buque caiga en manos franquistas. Fuente: printsplace.co.uk.