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jueves, 24 de julio de 2008

Tomasa Cuevas, Juana Doña y otras Presas políticas del franquismo

Tomasa Cuevas fue una militante de la Juventud Comunista y del PCE que ingresó en prisión ya en 1939 con una condena de treinta años de cárcel, cumplidos en parte entre las prisiones de Guadalajara, Durango, Santander, Ventas, Segovia, Les Corts, etc. En 1961 Tomasa se exilió a Francia y años después y ya de vuelta en España, se concentró en actividades de propaganda y apoyo a los presos políticos. A partir de 1974 dio comienzo a una larga serie de entrevistas a antiguas compañeras de prisión, que culminaría en una monumental trilogía publicada a principios de los ochenta: "Cárcel de Mujeres" –dos tomos- y "Mujeres de la Resistencia", referente inexcusable para el estudio de la represión femenina durante el franquismo. Tomasa falleció en Barcelona el 25 de abril de 2007.

Como homenaje y tributo a Tomasa y a las miles de mujeres presas del fraquismo, una productora realizó un documental de cerca de una hora de duración, centrado en su impresionante investigación. Dado que existían muchos problemas para visionar correctamente el documental desde el propio blog (al deteriorarse acusadamente la memoria del ordenador o PC --al menos en el mío--), he optado por recomendaros que pauséis o paréis el reproductor de música y que veáis adecuadamente el vídeo sobre los trabajos de Tomasa Cuevas pulsando en el siguiente enlace: http://tu.tv/videos/las-mujeres-presas-del-dictador-franco

Presas antifranquistas en la cárcel de Segovia, en septiembre de 1948, según el libro "Presas Políticas", de Ricard Vinyes. Hay algunos niños en la imagen, y las vestimentas son las propias de una festividad, por lo que muy probablemente la fotografía habría sido efectuada el día 24, fiesta de La Merced.

Juana Doña, abajo a la derecha, junto con otras cuatro compañeras presas políticas, en una imagen de los años 50. Impresionan las miradas de firme convicción de las retratadas.

Presas con hijos de algunas de ellas, en una instantánea no referenciada ni en cuanto a la fecha ni en cuanto al lugar.


Presas antifranquistas (¿Juana Doña, arriba a la izquierda?), en una imagen quizás de mediados de los años 40.

Presas antifranquistas en una imagen en una instantánea no referenciada ni en cuanto a la fecha ni en cuanto al lugar (quizás de mediados de los años 40).

Presas republicanas antifranquistas (¿y presas comunes?) junto con sus hijos en una instantánea que procede de un fotograma congelado de un reportaje de época que se puede visionar en youtube, reportaje no referenciado ni en cuanto a la fecha ni en cuanto al lugar de realización.

Prisión de Mujeres de Las Ventas, Madrid

La historiadora Elisabet Almeda en su trabajo "Mujeres y Cárceles. Pasado, presente y futuro de las cárceles femeninas en España" presentado al Congreso Penitenciario Internacional celebrado en Barcelona en el año 2006, cuenta que junto a las prisiones para mujeres de Saturrarán, Amorebieta, Les Corts, Valencia, Palma de Mallorca, Sevilla, Málaga, Melilla, Segovia y tantos más, uno de los centros penitenciarios femeninos con peores condiciones de vida era la franquista Prisión de Mujeres de "Las Ventas», construida por Victoria Kent durante la II República y utilizada por la dictadura franquista para encerrar a presas políticas. La cárcel estaba prevista para ubicar unas 500 mujeres, pero llegó a albergar a más de 14.000 durante la década de los cuarenta y cincuenta. Obviamente, el elevado número de presas hacia imposible aprovechar las buenas instalaciones e infraestructuras con las que se había dotado el centro desde sus inicios republicanos, por lo que todas las ventajas que tenía desaparecieron rápidamente con el franquismo, tal como comentaba la presa veterana Tomasa Cuevas, condenada a 30 años en 1939:

«Ventas era un edificio nuevo e incluso alegre. Ladrillos rojos, paredes encaladas. Seis galerías de veinticinco celdas individuales, ventanas grandes (con rejas, desde luego), y en cada galería un amplio departamento con lavabos, duchas y waters. Talleres; escuela, almacenes (en los sótanos), dos enfermerías y gran salón de actos transformado inmediatamente en capilla. En cada celda hubo, según dicen, una cama, un pequeño armario, una mesa y una silla. En el 39 había once o doce mujeres en cada celda, absolutamente desnuda, los colchones o los jergones de cada una y nada más. Todo vestigio de la primitiva dedicación de las salas había desaparecido: se había transformado en un gigantesco almacén, un almacén de mujeres. Faltaban el agua, la comida (imposible de suministrar rancho dos veces al día, con unas instalaciones de cocina calculadas para un máximo de 500 personas, a los muchos miles que se amontonaban allí), la asistencia sanitaria. No había más que dolor y hambre, sed y suciedad, enfermedades y humillaciones. Aquellas formaciones, para cantar obligatoriamente los 3 himnos del Movimiento, con la mano derecha en saludo fascista". (Tomasa Cuevas).

También la veterana guerrillera y escritora comunista, feminista y sindicalista Juana Doña, miembro del Comité Central del Partido Comunista de España, condenada a muerte en 1947 y con pena conmutada por 30 años de prisión, realizó numerosos apuntes sobre la prisión de Ventas y su relación con su personal visión del feminismo socialista militante: "Cárcel de Ventas. Símbolo de todas las cárceles de mujeres de este país. De ella sacaron el mayor número de mujeres para ser ejecutadas.... Cárcel de Ventas. Su capacidad era para quinientas presas. Hacinaron a catorce mil. Todas torturadas, rapadas, humilladas, cientos de ellas violadas. El hacinamiento les abocaba a los parásitos y la sarna.... En cada pueblo y ciudad había prisiones de mujeres. Todas fueron maltratadas y medidas con la misma vara que nuestros presos hermanos. Sólo que ellos no fueron violados. Ni en sus brazos murieron sus pequeños hijos: comidos por el hambre.... Las torturas y los largos años de prisión [las mujeres] los sufrieron con la misma fortaleza y dignidad que los hombres. ¿Por qué las mujeres somos aun silenciadas? ¿Y los avances de la democracia? Todavía somos un valor cero..... Abramos los ojos, pues si no siempre seremos tuertos." (Los parásitos y la sarna, Juana Doña).

Y también como apuntaba sobre la prisión de Ventas la presa Esperanza Martínez, guerrillera de Levante y Aragón, en el 5º sector, y presa veterana con condena de 26 años en las cárceles de Valencia, Ventas, Burgos, Alcalá de Henares, etc., "creo que los primeros momentos fueron los peores para los hombres, pero también para las mujeres, porque las mujeres no solamente eran fusiladas sino que también eran violadas, morían de hambre… hay que pensar en la cárcel de Ventas… cómo sufrían las madres cuando dejaban morir a sus hijos porque se negaban a denunciar".

El historiador Fernando Hernández Holgado ha publicado un trabajo titulado "Mujeres encarceladas en la prisión de Ventas: de la República al franquismo, 1931-1941". En la reseña que de él hace Ricard Camil Torres Fabra en http://www.nodo50.org/foroporlamemoria/documentos/marcial_pons_feb2004.htm se puede leer que "Ventas, concebida para albergar un máximo de 500 reclusas se vio desbordada por más de 3.500 ingresos, casi todos políticos, y eso que el franquismo siempre negó su existencia puesto que a los vencidos jamás se les aplicó ni los beneficios militares ni políticos, aunque siempre fueron distinguidos de los delincuentes comunes según la legislación franquista. Las mujeres recluidas en Ventas, prostitutas según la terminología de los vencedores, sufrirían en sus carnes la dureza de la represión del régimen. Desde las ejecuciones sumarias a las vejaciones más inhumanas pasando por las más terribles torturas, pues las mujeres sufrieron el triple estigma de su condición sexual, militante y opositora. Este aspecto delata directamente el alcance de la represión franquista: presas sin cargos, otras con acusaciones marcianas y otras por el mero hecho de ser parientes de militantes antifascistas. Si éstas eran las causas de ingreso no debe extrañar el trato y las condiciones higiénicas sufridas: 84 fusiladas documentadas, incluso algunas de ellas embarazadas -el autor asegura con razón que la cifra queda corta- y menores de 21 años -siete de las Trece Rosas-, 81 muertes por enfermedad, un suicidio (p. 226), ausencia de agua potable, partos sin asistencia médica, hasta 13 reclusas compartiendo celdas diseñadas para dos, mujeres abarrotando escaleras, pasillos, duchas; menores de edad mezcladas con ancianas, ratas por doquier, etc. Pero el secretismo del régimen hace que las cifras no puedan ser constatadas. Fernando Hernández Holgado, autor de "Mujeres encarceladas en la prisión de Ventas: de la República al franquismo, 1931-1941" Editorial Marcial Pons, calcula que Ventas llegó a albergar 13.000 presas para disminuir después a 7.000 por lo que la cárcel llegó a conocerse como el almacén de mujeres. Todo ello repercutía incluso en la alimentación, ya que la cocina debía funcionar a turnos y por supuesto la dieta resultaba terriblemente pobre y escasa tanto en contenido como en calidad. Se trataba de lo que el autor denomina acertadamente Infierno organizado pues el mero hecho de llevar a los niños a la enfermería era sinónimo de condena a muerte ante la negligencia de médicos y monjas. Un panorama que se completaba con todo tipo de enfermedades epidémicas que diezmaba tanto a las reclusas como a sus hijos. Unos hijos que en numerosas ocasiones engrosaron el fenómeno de unas adopciones impuestas, mientras que por otro lado, buena parte del personal carcelario pasó con éxito el filtro de las depuraciones y continuó ejerciendo su cargo. Frente esta situación, las reclusas llevaron a cabo un ejemplar entramado de resistencia y solidaridad clandestina -autodenominado la familia-, generalmente conectado con el exterior".

Taller de confección en la Prisión de Mujeres de Ventas durante una visita de una delegacion argentina en los años 40, según el libro "Trabajos Forzados" de la agrupación Memoriaren Bideak (gracias, Fernando Mendiola).

Taller confeccion prisión mujeres Madrid 1951

Taller manipulado en la Prisión de Mujeres de Ventas durante una visita de una delegacion argentina en los años 40, según el libro "Trabajos Forzados" de la agrupación Memoriaren Bideak.

Procesión del Corpus, en la Prisión de Ventas, Madrid, en 1939, según el libro "Trabajos Forzados" de la agrupación Memoriaren Bideak.

Procesión del Corpus, en la Prisión de Ventas, Madrid, en 1939, según el libro "Trabajos Forzados" de la agrupación Memoriaren Bideak.

Procesión del Corpus, en la Prisión de Ventas, Madrid, en 1939, según el libro "Trabajos Forzados" de la agrupación Memoriaren Bideak. Muchas mujeres lloran en un gesto que no parece de recogimiento religioso sino que se revela como de pavor.

Taller confección de la Prisión de Mujeres de Ventas en 1944, según la obra "Presas Políticas", de Ricard Vinyes.

Curas, monjas, autoridades y señoras vinculadas a Acción Católica y a otros grupos visitan la Prisión de Mujeres de Ventas a finales de los años 40.