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lunes, 18 de mayo de 2015

Romanos contra cartagineses; torquemadas contra heterodoxos: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 138

Era chico yo cuando en mi cole, los hombres de negro con sotana aunque sin cleriman se afanaban en enfrentar a los chavales en eternas competiciones de romanos contra cartagineses. La mitad de la clase, fieles a los Césares. La otra mitad, a Aníbal, Asdrúbal y al senado tunecino. ¿Los laureles a conquistar? El campeonato de la Sabiduría. ¿Y las armas? El bagaje cultural constatable en Historia, Lengua, Literatura, Filosofía, Matemáticas... Preguntas fallidas a un equipo rebotaban en desafío al contrario. Sólo los mayores de 55, esos que para los C´s del 15 del presente XXI no contamos, entenderán que también en ésto se basaba la mecánica de un  viejo concurso llamado "Cesta y Puntos". Dinosaurios canosos, que somos algunos. Demostrar lo que se valía en justa lid, ganar y perder, ser vencido y aceptar el reto para mejorar, avanzar y superar la derrota. Esos cuervos de crucifijo plateado no valieron para otra cosa que para incentivar mi espíritu de superación y de lucha contra mí mismo. Y mi deseo de victoria contra la pereza global y contra mi propia desidia.

Pero hoy, décadas después, cada vez que escribo en este maldito blog de TODOS LOS ROSTROS --¡menuda losa!-- me veo sometido al escrutinio de tirios y troyanos, cartagineses y romanos, cientos de rigurosos examinadores, torquemadas filomedievales que establecen un listón muy alto, much@s de ell@s como si ahelaran competir con un miembro de la Academia de la Historia y demostrar así que carezco de razón, de datos, de fuentes o de lo que se les antoje. Puros e inmaculados ell@s, pretenden localizar contradicciones, fallos, errores, asincronías en mis relatos o... ¡¡puñetas, lo que en la jerga llamo yo "cagadas"!! Pero aunque saben que me hacen daño (no soy petreo), ignoran que sólo me importa la coherencia final de mi discurso frente a los que son variables miembros de la plutocracia servil que trabajan para la eterna y perpetua oligarquía. Si digo que los alzados eran africanistas, encontrarán faltas; si escribo que los anarquistas fueron masacrados, los comunistas presos y los socialistas voluntariamente deportados al dorado exilio, desacreditarán mi ideario para desautorizar mi argumento; y si expreso mi convicción de que para muchos el proceso de RMH es y debe ser sólo una herramienta para revitalizar y actualizar ideologías y métodos para la consecución de antiguos objetivos de viejas luchas, entonces me anatemizarán y exorcizarán, a las buenas o a las bravas. Pero yo no me dejo. Soy un resistente. Y un heterodoxo. Sin apelar a expresiones testiculares y sin recurrir a artificios genitables, sus críticas me importa un comino. Orillémosles y dejémoslos ahí. ¡Que corra el aire! Yo sigo. Y por eso, hoy traigo una nueva foto de presos republicanos en el campo de concentración de La Magdalena (Santander), extraída de la expo del profesor Alberto Santamaría extractada por la página postureocantabro.com. Pues eso, que para allá va. Para seguir estremeciendo genitalidades ajenas. Que les den a todos ellos, tirios y troyanos, romanos y cartagineses varios, torquemadas del siglo XXI.



Salud y República. Contra el olvido y el perdón, Verdad, Justicia y Reparación.