Así veía el frívolo TIME a la cabeza visible del franquismo, un ser onmínodo, pequeño en apariencia pero todopoderoso, un dios en la Tierra por la gracia de Dios, un defensor de los intereses de la oligarquía a la que representaba, un criminal que a todos interesaba mostrar como un ser moderado, amigable, cordial, estable, próximo, un gracioso equilibrista en el alambre del concierto internacional. Puro estadismo en pequeño envase. Esencia de veneno.
También así percibían el arquetipo del rigor iconográfico LIFE y otros medios la terrible oscuridad de los años de plomo de la
década de los 40 y 50. Recordadlo: simultáneamente y a la vez que los
fotógrafos internacionales recorren pueblos y ciudades y retratan símbolos
militaristas, sombras y siluetas de muerte, a la vez, decenas y cientos
de republicanos antifranquistas son asesinados. Por cada acción
del cameraman, coincidente con cada instantánea, a la par que con cada
pulso sobre el disparador, un muerto, un asesinado.
Y por último, así mostraba al franquismo el anarquista "Le Monde Libertaire" en 1963. Sin palabras. Sólo una accion, pura inercia defensiva, el último reflejo condicionado destinado a preservar la vida y la libertad frente a los demonios que quieren terminar con ellas liquidando a cientos de miles de inocentes. El republicano disidente se niega a someterse y su cuerpo se arquea y convulsiona oponiéndose al lazo, a las balas, al garrote, al asesinato ordenado por el tirano y por sus plutócratas. Inútilmente. Pero el gesto es digno y rebelde. A él, a ese gesto de un desconocido dedico esta entrada testimonial. S.T.T.L.
No hay comentarios:
Publicar un comentario