A balazos, torturados, arrojados desde mortales alturas, liquidados tras terribles palizas, exterminados
deliberadamente por prolongadas hambre y frío... Los matadores fueron extremadamente
eficaces y contaron con el aliento y el amparo de las jerarquías
golpistas, la económica, la aristocrática, la militar, la eclesial y la
política. Todos culpables y cómplices de 200.000 asesinatos directos,
millones de crímenes de lesa Humanidad y años y décadas de tiranía
fascista. Y lo que te rondaré.
Imagen de origen desconocido. Sospecho que puede tratarse de un fotograma de un largometraje o capítulo de serie televisiva. El desafiante protagonista y los cuatro figurantes que ofician a modo de homicidas teatralizan en una deshumanizada escena el liberticidio real cometido por unos pocos genocidas privilegiados y sus siervos armados contra toda una generación ansiosa de Justicia.