Es sábado a la noche: oigo y veo en la tv a la caverna mediática
representante de la más extremosa derecha; repudio de los
centroderechistas que van de amables liberales neocons; regurgito frente
a los socialdemócratas complacientes, que sólo se muestran suavemente guerrilleros
en época pre-electoral; desconfío de los circulitos pijo.trosko.anarkopijos
que hacen utópicas peticiones a los putos reyes y a los jodidos magos,
mientras venden recetas ligths que no ofenden a nadie y quieren agradar a
todos. Y echo de menos en todos estos espacios televisivos
propagandistas de la supuesta normalidad capitalista a quienes deben
denunciar esa mentira por embustera, a los que deben evidenciar nuestra
ruptura con este indeseado presente, a la Izquierda, la real, la de
siempre, la verdadera, la heredera de la tradición rebelde, insumisa,
comprometida y disidente de nuestros mayores, esos mismos que tras un
sueño efímero de libertad y autogestión de la propiedad y los medios de
producción hace 80 años, fueron masacrados, vencidos, torturados,
asesinados, liquidados y oprimidos por aquellos a los que habían
osado ofender con su ilusoria ansia de Justicia redistributiva y
esperanza de Libertad.
¿Puesta en escena o imagen real, procedente del archivo de Pedro González? No es lo importante. Tu abuelo, el mío, el de 200.000 españoles más fue asesinado por los fascistas con un balazo en la cabeza, o con 18. Y lo fueron por sus homicidas, para imponer a los supervivientes y a nosotros sus descendientes genéticos o idearios su modelo de vida, aquél, éste también el de hoy en el que malvivimos sometidos a la prevalencia de los poderosos, los ricos, los plutócratas, los que llevan mandando, ellos y sus linajes desde hace decadas y siglos. Nos quieren muertos, acongojados, rendidos e inermes, sumisos y domeñados. Pues no, amig@s, no. porque va siendo hora de cambiar las tornas.