Los veo consumirse de hambre hasta ser aniquilados por quienes así los
matan en los penales, sé de sus padecimientos ante la disentería y la
avitaminosis de los campos, escucho sus lamentos mientras les torturan
en los calabozos, conozco sus terrores esperando oir sus nombres al
amanecer para ser llevados al matadero, los siento caer acribillados a
balazos, me conmuevo ante los cuerpos esqueletizados de las fosas...,
pero el miedo sólo se apodera de mí cuando descubro que la indiferencia
se adueña del sentir del caminante común, que el olvido se enseñorea de
los Medios y de los intelectuales, que el tiempo ha sembrado de
insensibilidad el terreno moral que debiera haber sido recuperado por la
Justicia, que el desapego, el desdén o el desprecio hacia la
dignificación de la memoria y el ejemplo de los que murieron por las
Libertades de nuestro país y nuestro pueblo presiden cada acto
despiadado de los administradores de lo público, herederos ellos de los
asesinos. ¿Qué más puedo decir, cuando todos ya han dicho todo? Nada,
excepto que me niego a reconocer que el pasado ya no existe, disiento
cuando me dicen que el futuro nunca acaba de llegar y abomino de los que
sólo quieren imponerme su presente, su lastimoso, arbitrario y
desaforado presente en el que inmoral e ilegalmente prosperan a costa
de nuestras carencias, miedos y sufrimientos. Contra ellos, exijamos
Verdad, Justicia y Reparación y proclamemos que NO OLVIDAMOS. NI
PERDONAMOS,
Imagen de origen desconocido, mas los correajes, camisas obscuras y cabellos repeinados nos hacen creer que nos encontramos ante un pelotón falangista español asesinando rsistentes antifranquistas.