El Patronato, su asotanado adalid Pérez del Pulgar, su compadre Ministerio de Justicia impuesto tras el golpe y su sobrevenido y sanguinario Jefe de Estado confiaban en escardar la mala hierba marxista mediante la matanza y la masacre –tiro en la nuca, fosa ignota, exterminio penitenciario--; mediante el trabajo esclavo fundamentado en la transacción forzada (si humillas la cerviz mientras trabajas como un cautivo 2 días, te perdono 1 día de la pena a la que ilegalmente te condenaron mis falsarios Tribunales); y el sometimiento al exterminador ideario dictatorial de la santa iglesia católica, apostólica, españolista, causante y cómplice del genocidio.
Uno de los más útiles exponentes de ese obligado sometimiento al ilegal poder fue “Redención”, órgano impreso de propaganda y represión ideológica al servicio del Patronato y la Dictadura. Como semanario de compra y lectura preceptiva distribuido en el interior de las prisiones y como Memoria anual repartida en Ministerios, Secretarías y Direcciones Generales, “Redención” fue uno más de los más vigorosos instrumentos criminales de dominio y opresión del Régimen franquista. Con la coacción que ejercían los curas en las prisiones, …curas con pistola al cinto, curas asaltadores de trincheras, curas ejecutores de tiros de gracia, curas acosadores sexuales…, el régimen franquista identificaba y liquidaba a los marxistas recalcitrantes, resolvía la saturación en el interior de las prisiones, penales y batallones penitenciarios y disponía de gratuita mano de obra para trabajar en la construcción de nuevas infraestructuras y sobre todo en la reconstrucción de aquellas eclesiásticas dañadas por el Ejército franquista durante su agresión bélica contra la República.
“Redención”, tal y como fue planificado por la Iglesia Católica y la dictadura franquista, se convirtió así en eficacísima herramienta penitenciaria que forzaba la participación “voluntaria” de presos condenados a largas condenas en el opresor proceso de “redención de penas” mediante la esclavitud y la reeducación política y religiosa.
Sus Memorias anuales son fiel reflejo de esa criminal actuación. El denominador común que define la literatura que las compone y las fotos que las acompañan es el de propagar rancios dogmas católicos y perpetuar la obediencia y claudicación de los cautivos ante las nuevas autoridades franquistas. Textos, estadísticas e imágenes muestran nuevas instalaciones penitenciarias levantadas por los propios presos, reconstrucción de iglesias, carreteras, canales de riego de aristocráticos latifundios e infraestructuras civiles y religiosas, modernas cocinas, asépticas salas de enfermería y multitud de actos “recreativos” en los que los esclavos participan ineludiblemente, como precio inexcusable para rebajar sus monstruosas condenas o para escapar de la muerte a la que cerca de 200.000 sucumbieron. Su envaramiento, sus entumecidos rictus y su atemorizada rigidez transmiten el terror que sienten, desmintiendo la normalidad que se muestra en los “pie de foto”.
Como primera entrega de muchas, traigo hoy aquí la selección de imágenes de la Memoria del Patronato correspondiente a 1939 y 1940, la primigenia. La resolución de las fotografías es bajísima y es tarea estéril pretender extraer de su visión un rostro reconocible o un dato útil, pero a pesar de los intentos del Régimen bien se percibe el tufo letal y mortífero que irradia, el de la más pestilente guadaña catolicofascista.
Mucha más información sobre fechas, legislación, burocracia y administración penitenciaria franquista en esta entrada de Todos los Rostros: “Republicanos y antifranquistas convertidos en Esclavos”
https://todoslosrostros.blogspot.com/2008/09/los-batallones-disciplinarios-de.html.
