Mis textos suelen hablar de muerte, de torturas, asesinatos, fosas comunes... Las instantáneas que los ilustran, también. Pero ahora cambio el compás. Y explico porqué: traigo hoy un rosario de imágenes de alegría, de tristeza, de melancolía... Y de triunfo. Despedidas en estaciones de tren, separaciones al borde mismo de los muelles, un melancólico adiós justo antes de partir... y fotografías en las que sus protagonistas festejan la victoria en Times Square o celebran la alegría de existir en el descreído París de la inmediata postguerra. Todas destilan vida, presagian una probable incertidumbre antes de la inminente batalla, incluso hacen alarde propagandístico del alegre espíritu bélico que se ha de demostrar frente el enemigo... Miscelánea de retratos quizás espontáneos, algunos tal vez impostados, reproducidos en cientos de miles de publicaciones en papel y páginas digitales. Parejas de ingleses, americanos, franceses en la primera o en la segunda guerra mundial... Vedlos, disfrutad con ellos o entristeceros. Pero no dejéis de leer al pie de la última foto. Me entenderéis, entonces.
Existencial compendio el que acabáis de ver, pleno de vitalidad, pero seguro que carente de la fuerza y el empuje de la siguiente fotografía. Rezuma veracidad, entrega y compromiso. Ha sido tomada en las calles de Barcelona. Él marcha al frente, que se encuentra a pocos horas, en tierras de Aragón. Ella desea retenerlo mientras le transmite esperanza, comparte su ideario y le anima para un pronto retorno. Sus compañeros milicianos muestran vigor y optimismo y hasta bromean con el combatiente, tirando de la culata de su arma. Todos se aprestan al combate. Todos van a defender a la Republica de la barbarie. Fe, convencimiento y firmeza revela esta imagen de Agustín Centelles. Es la que más aprecio. La que más me inspira.
Fuente de la imagen de Centelles: elpais.com/diario/2011/07/29/revistaverano/1311890403_850215.html