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jueves, 28 de agosto de 2008

Como homenaje a Archibald Dickson y a los marineros del Stanbrook y de todos los buques que ayudaron en las evacuaciones

Con el propósito confeso de homenajear al capitán Dickson, patron del "S.S. Stanbrook" y a todos aquellos que dieron su vida en sacrificio solidario y altruista por los demás, he construido esta entrada con el permiso (eso espero) de la página http://www.alicantevivo.org,/ (con licencia "Creative Commons") , de donde voy a tomar en préstamo algunos extractos de un par de artículos publicados por Arturo Moreno en este excelente sitio web (ver http://www.alicantevivo.org/2007/06/alicante-en-el-recuerdo-el-final-de-la.html). El texto se refiere íntegramente a la huída final de los republicanos desde los puertos levantinos y hace alusiones extensas al buque "S.S. Stanbrook", incluyendo testimonios de refugiados que se encontraban embarcados en el carbonero británico. Dice así:

"A lo largo del mes de marzo de 1939, habían conseguido salir del puerto alicantino los barcos «Winnipeg» y «Marionga», con un número indeterminado de exiliados; el 12 de marzo lo hizo el «Ronwyn» con 716 pasajeros (mercante inglés con matrícula de Malta) y el 19 de marzo el «African Trader» (carbonero inglés que arribó al puerto de Orán), con 859 personas. Los barcos pertenecían a France Navigation y la Mid. Atlantic Co., navieras con las que el gobierno de Negrín tenía firmados contratos para el abastecimiento de la zona republicana. Está también constatado, aunque es difícil de cuantificar, la partida de numerosos barcos pesqueros desde los puertos de El Campello, La Vila Joiosa, Santa Pola y Torrevieja. Después del golpe de Estado de Casado y la huída de Negrín, su gobierno y altos dirigentes comunistas, a partir del 27 de marzo se produjo la desbandada final, con una caótica avalancha hacia Alicante de decenas de miles de fugitivos, muchos procedentes de Valencia, con la esperanza de encontrar barcos para el exilio, a los que aguardaron en agónica espera de esos barcos. Pero el 28 de marzo de 1939 sólo había dos barcos atracados en el puerto de Alicante, el «Stanbrook» y el «Marítime». Mientras que en el primero embarcaron todos aquellos a los que el barco pudo admitir (más allá incluso de lo razonable), en el «Marítime» sólo embarcaron 32 personalidades republicanas de la zona, dejando ya en los muelles del puerto a una multitud desesperada, atrapados en la ratonera del puerto alicantino. Todavía hoy debemos preguntarnos qué impidió que otros cientos de compatriotas pudieran exiliarse en el «Marítime»".

"El «S.S. Stanbrook» era un pequeño barco carbonero, de 1.383 toneladas, construido en 1909 y remozado en 1937. Parece ser que su verdadero propietario era la Cía. France Navigation, creada por la República Española con el apoyo logístico del Partido Comunista francés. Por motivos de seguridad el barco viajaba con distintas banderas en tareas de abastecimiento de la zona republicana. El barco fue fletado por la Federación Provincial Socialista de Alicante para organizar la evacuación final. Cuando a las 23 horas del día 28 de marzo Archibald Dickson, capitán del «Stanbrook», ordenó levantar las amarras, «el barco iba lleno hasta el palo mayor. En todos los lugares había alguien; en las bodegas, en el puente y sobre el techo de las cocinas y las máquinas; la línea de flotación estaba sumergida y se empezaba a levantar el ancla. Seguían llegando por miles los desesperados que no cesaban de gritar o llorar...» (Testimonio del dirigente socialista Cruz Merino). Con 2.638 pasajeros a bordo (2.240 hombres, 398 mujeres y 147 niños, de los cuales 15 eran recién nacidos ) el «Stanbrook» inició una singladura con rumbo a Orán, zarpando de noche para eludir el bloqueo de los barcos franquistas Canarias y Vulcano y navegando "en zig-zag por encima de la línea de flotación". Con una astuta estratagema, Dickson y su valiente tripulación lograron engañar a los aviones que empezaron a bombardear el barco mercante con bandera británica a la salida del puerto. Y de la misma manera, y con la protección de barcos de guerra británicos logró seguir su camino hacia tierras africanas, evitando el ataque de barcos de guerra italianos. El viaje duró dos días, y nadie puede imaginar las historias que allí se vivieron y contaron, los sueños que se rompieron, las lágrimas que se derramaron por las familias divididas...".

"El barco arribó al puerto de Orán el día 30 de marzo, anclando a la entrada del puerto sin atracar en los muelles, hasta el 6 de abril, día que amarró en el muelle Ravín Blanc, pero aislado del resto por alambradas y soldados senegaleses. Las autoridades francesas no autorizaron el desembarco de los refugiados, añadiendo en el caso del «Stanbrook», una enorme cota de dramatismo, debido al hacinamiento y las imposibles condiciones de vida de estos miles de expatriados dentro del buque. Si bien en los primeros días fueron desembarcados mujeres, niños, enfermos y ancianos, por increíble que parezca, estos miles de expatriados tuvieron que sobrevivir (en gran parte debido a la solidaridad de los españoles de Orán y de las organizaciones humanitarias internacionales) sobre los muelles del Orán durante treinta días más, hasta que por fin se autorizó el desembarco. La alteana Ventura Martí Pérez fue una de las últimas personas que zarparon desde Alicante el 28 de marzo de 1939 hacia el exilio a bordo del barco inglés «Stanbrook» huyendo de las tropas de Franco, cuando faltaban tres días para que se diera por finalizada la Guerra Civil. Ventura, de 89 años, recuerda con absoluta lucidez aquellos días trágicos de su existencia «porque teníamos miedo a morir. La subida al barco y la travesía hacia un lugar desconocido entonces para nosotros fue una auténtica odisea porque el barco iba escorado por el exceso de peso, estábamos todos apiñados, apenas teníamos comida, y existía el miedo a ser hundidos por los submarinos alemanes o por los aviones que nos sobrevolaban». En aquellos días, la joven y atemorizada alteana de 26 años, con un hijo creciendo en su vientre, y con una pequeña lesión en el corazón, que todavÍa le perdura en la actualidad, sacó «fuerzas de donde no las tenía para salir de España donde ya habíamos perdido nuestras libertades y buscar un país libre en el que mi hijo pudiera vivir sin mordazas». Para Ventura Martí, el recuerdo del «Stanbrook» estará siempre en lo más profundo de su corazón, pues, aunque sólo estuvo un día a bordo, «con la noche más larga de mi vida fue muy importante para mí». De sus recuerdos, Ventura MartÍ dice que llegó a Alicante con el tiempo justo de subir al barco «con apretones y empujones», y cuando zarpó «me entró una gran pena de ver que el puerto seguía abarrotado de gente que no había podido entrar en el barco». Según relata, el barco tomó rumbo hacia Valencia «para despistar al enemigo, nos dijeron», pero cuando llegaron frente a la costa de Altea «con el sol poniéndose por Puig Campana mientras sus rojizos rayos iluminaban a mi pueblo y nuestras esperanzas» cambió de rumbo hacia alta mar. Cuando divisaron al día siguiente las costas africanas, supieron que desembarcarían en Orán, «pero antes no nos habían dicho nada, y yo estaba dispuesta a irme a América si hacía falta». En Orán trasladaron a los exiliados a una antigua cárcel con funciones de albergue. La ilicitana Helia González tenía cuatro años cuando su padre, Nazario González,(el que fuera presidente de Acción Republicana Democrática Española) partía el 28 de marzo de 1939 desde el puerto de Alicante en el «Stanbrook». «Aquello es algo que no se te olvida. Salimos en un barco de carga que llevaba 2.638 pasajeros. Estaba tan abarrotado que mi madre, mi hermana y yo tuvimos que entrar por una ventanilla», comenta. Para el viaje la madre de Helia sólo llevaba un pequeño maletín con ropa interior y unos cubiertos de alpaca bañados en plata «por si acaso». Ese «por si acaso» al que aludía su madre era por si en una situación de extrema necesidad había que vender los cubiertos para obtener dinero. «El viaje lo tuvimos que hacer subidos encima de un baúl en la cubierta. Yo intenté ir a orinar y no pude llegar a ningún aseo. Hasta el segundo día por la mañana no nos desembarcaron, pero lo hicieron sólo a las mujeres y los niños. Así que nos separaron de mi padre, ya que a nosotras nos llevaron a una especie de colonia de vacaciones», explica. Nazario González estuvo «desaparecido» varios días hasta que pudo reencontrarse con su familia...".
La primera de estas cuatro fotografías es sobradamente conocida y figura en decenas de publicaciones y cientos de páginas sobre la guerra civil y el exilio. Sin embargo, no fue realizada --como muchos creíamos-- pocas horas antes de que el carbonero capitaneado por Archibald Dickson zarpara del puerto de Alicante. En realidad, la instantánea fue tomada en el muelle del puerto --entonces francés de Orán, en el que el buque permaneció retenido y custodiado varios días a la espera de que las autoridades coloniales francesas autorizaran el desembarco de todos los refugiados republicanos y antifranquistas.

Una nueva imagen del "Stanbrook" retenido con su pasaje y tripulación en el puerto de Orán, extraída en este caso de un archivo francés.
Esta imagen --custodiada en el Archivo Municipal de Alcoy--, ha sido extraída de http://comunidad.diarioinformacion.com/servicios/galeriaFotos/inf/guerraCivil/mostrar_fotos.jsp?pIndice=1 y recoje supuestamente un instante de la estancia del "Stanbrook" en el puerto de Alicante, en el momento de zarpar, si bien en el blog "D'un temps, d'un país..." de Ángel Castanyer se indica que la fotografía correspondería a la llegada del Stanbrook al puerto de Orán (ver http://www.gragel.net/museuimaginari/blog/?page_id=258).

Esta última fotografía ha sido extraída del artículo arriba mencionado de Arturo Moreno publicado en http://www.alicantevivo.org/ y lamentablemente no figura ningún dato relativo a la misma, ignorándose el puerto (¿Alicante? ¿Orán?) y la fecha de realización de la instantánea.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Exilio y muerte de la República en los campos de concentración de Europa y África

Varios miles de antifranquistas consiguieron escapar de los victoriosos fascistas alcanzando en unos pocos barcos las costas de las posesiones francesas en el norte de África. La oficialidad y la marinería de la Flota Republicana, los 2638 refugiados (http://home.nordnet.fr/~jcpillon/piedgris/photovisiteur/Galiana/bateaux/passagers%20du%20Stanbrook.xls) salvados in extremis por Archibald Dickson, el heroico capitán o "master" del carbonero "S.S. Stanbrook" (único buque que se atrevió a desafiar el bloqueo italiano del puerto de Alicante) y unos pocos cientos más de atemorizados resistentes españoles que pudieron hacerse a la mar en pequeños pesqueros o en mercantes, desembarcaron en el puerto tunecino de Bizerta o en argelino de Orán, en donde fueron automáticamente recluidos por las fuerzas francesas en rigurosísimos campos de concentración establecidos en pleno desierto.

Simultáneamente y ante la actitud agresiva del nazismo alemán y la inmediata invasión de Polonia por Hitler --con el consiguiente estallido de la Segunda Guerra Mundial-- el gobierno francés forzó a los exiliados españoles encerrados en los campos de concentración galos en Europa a elegir entre alistarse en la Legión Extranjera, formar parte de alguna unidad regular del Ejército Francés o engrosar los destacamentos de las Compañías de Trabajadores Extranjeros. La mayor parte de los exiliados españoles establecidos en territorio francés continental eligieron entrar en esos batallones de trabajadores (más de 40.000) y colaborar en el reforzamiento de las defensas francesas, fundamentalmente en la línea Maginot. Similar elección llevaron a cabo los exiliados españoles en el África francesa ya que ante los malos tratos y la muy deficiente alimentación, muchos aceptaron apuntarse a la Legión Extranjera francesa, pero la gran mayoría fueron inducidos –y en algunos casos obligados— a optar por enrolarse en las Compañías de Trabajadores Extranjeros y a trabajar –en régimen de pseudoesclavitud– construyendo las líneas del Ferrocarril Transahariano.

Pero tras la invasión alemana y la fulgurante derrota francesa, los republicanos españoles (tanto los de campos de internamiento franceses, como los de la Legión Extranjera, los de los Batallones o los de las compañías de trabajadores) fueron detenidos y apresados por los nazis en campos de prisioneros («stalags») ubicados en Francia y de allí llevados a campos de exterminio en Austria, Alemania y Polonia y también en la misma Francia. Esta situación se vió agravada por la actitud del gobierno colaboracionista francés de Vichy, el cual no dudó en detener a muchos de los indeseables españoles que pudieran estar aún libres e incluso facilitó información a los alemanes para clasificarlos, identificarlos y eliminarlos.

Y todo ello en sintonía con la genocida política del general Franco, quien había hecho llegar a Hitler por medio de su cuñado y ministro de Asuntos Exteriores Ramón Serrano Suñer, el explicito mensaje de que esos españoles huidos y residentes en Francia debían ser perseguidos y eliminados por el nazismo alemán, ya que el sanguinario dictador Franco no los reconocía como Españoles. Los exiliados republicanos y antifranquistas se convirtieron así en «apátridas indeseables», paradigmáticas víctimas de la excelentemente planificada "Solución Final" hitleriana. Un símbolo (el triángulo azul) le sirvió a los nazis para distinguir a los españoles como lo peor de sus campos, haciéndolos así tan "infrahumanos" como los judíos, los gitanos o los rusos. Hasta junio de 1941, unos 15.000 prisioneros españoles fueron enviados a los campos de exterminio nazis. Desde esta fecha y hasta 1944 continuaron llegando otros 10.000 hombres y mujeres, que habían sido detenidos por haber participado en las actividades de la Resistencia francesa antinazi, liderada en muchas de sus agrupaciones por veteranos soldados españoles curtidos en la Guerra Civil.

Para los nazis, los campos de concentración y de exterminio tenían como objetivo utilizar mano de obra esclava, eliminar a los enemigos y exterminar a las «razas inferiores» (los ya mencionados judíos, gitanos, rusos y rojos españoles) , todo ello con la colaboración íntegra de todas las estructuras y recursos del Estado (funcionarios, científicos, militares, empresarios) y con el apoyo y el silencio de las autoridades y de parte de los habitantes de los países ocupados. A modo de gigantescas y horribles ciudades con perpetuas chimeneas de horrendo humo y ceniza humana, los campos de exterminio estaban completamente aislados por muros, alambradas y torres de vigilancia y tenían barracones donde los presos se concentraban hasta su eliminación (y posterior cremación) por el inhumano trabajo o por el asesinato en pelotones de fusilamiento y cámaras de gas (ver http://es.wikipedia.org/wiki/Campo_de_concentración_de_Mauthausen-Gusen y http://www.exiliados.org/paginas/memoria_4.htm).

Los españoles fueron encerrados en decenas de terribles lugares, que tenían nombres tan estremecedores como Gurs, Auschwitz, Buchenwald, Dachau, Oranienburg-Sachsenhausen, Neuengamme, Flossenburg... La mayor parte de las mujeres españolas fueron encerradas en Ravensbrück. Muchas de las 92000 mujeres allí asesinadas por los nazis fueron españolas. La mayoría de los hombres españoles fueron concentrados en Mauthausen y en sus campos auxiliares (Gusen y otros). Fueron los españoles los que construyeron sus oficinas, barracones, instalaciones y hornos crematorios y también fueron los primeros en ser allí asesinados. De hecho, el 85% (8.500) de los republicanos españoles que pasaron por Mauthausen fueron asesinados y vinieron a sumarse a los 120.000 seres humanos allí exterminados por las bestias nazis. Pero el sacrificio español no fue en vano. Una organización clandestina de resistentes españoles en el interior del campo consiguió, con el protagonismo decidido del valeroso fotógrafo Francisco Boix, hacerse con miles de negativos de imágenes de las atrocidades nazis en el interior de Mauthausen. Estas fotografías y el testimonio del propio Boix, sirvieron decisivamente para incriminar a los jerarcas nazis en el juicio de Nüremberg (recomiendo encarecidamente leer y ver con emoción y detenimiento el trabajo http://descargas.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/bameric/01482529989032708550035/011826.pdf)

Cuando Hitler y los nazis fueron derrotados por los aliados en 1945, los campos de exterminio fueron liberados. Sin embargo, y dada su supuesta condición de apatridas y filocomunistas, la mayoría de los españoles supervivientes de los campos de exterminio, veteranos combatientes de la Resistencia francesa o soldados del ejército de la Francia Libre fueron nuevamente encerrados en campos de internamiento (Gurs sirvió otra vez para ello) hasta el año 1947.

Republicanos y antifranquistas españoles aguardan su terrible destino en algún campo de concentración supuestamente francés. Algunos aún levantan el puño en alto.


Refugiados españoles, hombres y mujeres, tras las alambradas de un campo francés.
Españoles reclutados a la fuerza en una Compañía de Trabajadores Extranjeros francesa realizan obras en la localidad alsaciana de Mulhouse.
1940. Exiliados republicanos españoles en un campo de concentración argelino.


Obreros españoles reclutados en las Compañías de Trabajadores Extranjeros son forzados a construir el ferrocarril Transahariano francés.
Republicanos esclavos españoles presos y forzados durante la construccion del Transahariano, en el campo de Hadjerat M’Guil.
Republicanos esclavos españoles presos y forzados durante la construccion del Transahariano, en el campo de Hadjerat M’Guil.

Republicanos esclavos españoles presos y forzados durante la construccion del Transahariano, en el campo de Hadjerat M’Guil.

El republicano español Vicente Verdeguer (en la imahen, primero por la izquierda) en el campo de las Compañías de Trabajadores Extranjeros en Colomb-Bèchar.

Prisioneros republicanos en Argelia en 1940. Vicente Verdeguer, tercero por la izquierda.

Un exiliado español, padre de Jorge García, fue uno de los integrantes de una de las Compañías de Trabajadores Extranjeros en el Marruecos francés. En la imagen se le puede ver en un edificio oficial del campo de Colomb Béchar ( ésta y las dos siguiente imágenes pueden verse en su contexto original en http://www.nodo50.org/age/busquedas/colombechar.htm)

El exiliado español, padre de Jorge García, en los palmerales del campo de Colomb Béchar.

El exiliado español, padre de Jorge García, ante el barracón en el que vivían en el campo de Colomb Béchar.

Muchos exiliados republicanos españoles capturados por los nazis fueron obligados a construir fortificaciones destinadas a apoyar el asalto de Hitler a la isla de Inglaterra, en algunas de las pequeñas islas británicas que estaban situadas en medio del Canal de la Mancha (Alderney, Guernsey, Jersey, etc) . En la imagen original pude leerse: "A group of Spanish Republican Slave Labourers in Alderney during the 1940s".

Exiliados republicanos españoles capturados por los nazis, obligados a construir fortificaciones en alguna de las pequeñas islas británicas que estaban situadas en medio del Canal de la Mancha (Alderney, Guernsey, Jersey, etc). En la imagen puede leerse: "A group of Spanish Slave-Labourers being led to enforced work on building fortifications on Guernsey and Jersey".

Exiliadas españolas, presas en un campo de concentración nazi. En el pie de foto puede leerse "À Ravensbrück, des femmes affectées à d’épuisants travaux de terrassement".

Prisioneros de guerra españoles en un "stalag", campo de concentración alemán.

Españoles y otros presos de los nazis, son desnudados en el patio de Mauthausen y obligados a permanecer todo un día a la intemperie. En el original puede leerse: "21,22 juin 1941, déportés de Mauthausen sont rassemblés, nus, dans la cour des garages".

Prisioneros españoles republicanos, encerrados en el campo de concentración de Mauthausen.

Prisioneros españoles republicanos, encerrados en el campo de concentración de Mauthausen.

Tras la huida de los guardianes nazis y durante 24 horas, los prisioneros españoles del campo de Mauthausen --que contaban con la organización de resistencia mejor estructurada de todo el campo-- se constituyeron en "guerrilla" y asumieron la custodia del campo y de los hasta entonces prisioneros, a la espera de la la llegada de las tropas americanas. En la imagen, los prisioneros de Mauthausen celebran la liberación del campo y dan la bienvenida a los americanos, bajo una pancarta en castellano que decía "Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas liberadoras". En el original puede leerse: "Mauthausen concentration camp give rousing welcome to Cavalrymen of the 11th Armored Division".

Un último apunte a modo de postdata: El buque carbonero "S.S. Stanbrook" fue hundido por el traidor torpedo de un submarino alemán en noviembre de 1939, perdiendo la vida su capitán y sus veinte tripulantes. La heroica figura de su capitan Archibald Dickson sigue sin recibir su justo y merecido homenaje por parte de los demócratas españoles, herederos (según se nos dice) de aquellos que fueron protegidos y conducidos sanos y salvos a riesgo de su propia vida por el capitán Dickson. España aún tiene contraida una deuda de honor y gratitud con él. Mi homenaje desde "Todos los Rostros".

martes, 5 de agosto de 2008

Quince días de pausa

Paso a estado de reposo durante un par de semanas. Impaciente estoy ya por regresar a vosotros y seguir subiendo y comentando más material relacionado con los represaliados republicanos y antifranquistas españoles. Mientras tanto, si deseáis hacer algún comentario o proponer un nuevo tema o plantear alguna sugerencia, esta entrada puede ser la adecuada para hacerlo. Os espero.

Un abrazo. Hasta pronto.

paco_de_jerez@yahoo.es
http://todoslosrostros.blogspot.com/
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Los campos de concentración franceses

Ya el 12 de noviembre de 1938 el gobierno francés presidido por Daladier promulgó un Decreto Ley en el que mencionaba a los "extranjeros indeseables" (refiriéndose evidentemente a los españoles) y proponía la expulsión de todos ellos. El 5 de febrero de 1939 y presionado por parte de la opinión pública, Daladier --que había bloqueado la frontera e impedido el paso de los refugiados-- permitió finalmente la entrada en masa de los huidos por la frontera que hasta entonces había permanecido oficialmente cerrada.

Ante la avalancha y sin miramiento alguno, el gobierno francés separó a los hombres de las mujeres y a los oficiales de la tropa. Todos fueron maltratados, mal alimentados y concentrados en zonas descampadas y alambradas tal como si fueran prisiones al aire libre, vigiladas por soldados coloniales marroquíes y senegaleses y disfrazadas o maquilladas como “campos de internamiento para refugiados” distribuidos por todo el país. A remedo de lo sucedido en el interior de España, toda Francia se convirtió también en una inmensa prisión para los republicanos antifranquistas.

El primer "centro especial" para acoger a los refugiados fue instalado por decreto el 21 de enero de 1939 en Rieucros (Lozère), cerca de Mende. Muy poco después, estos "estacionamientos temporales" se convirtieron en "reclusión administrativa" y en pocos meses se creaban el resto de los campos de internamiento. El 25 de febrero de 1939 Francia reconoció al gobierno franquista e intercambió embajadores (ver en este blog la entrada dedicada a la "Traición de Francia"). Poco después, entre marzo y abril de 1939 se crearon seis centros en las periferias de los Pirineos Orientales para el internamiento de milicianos: en Bram (Aude) reservado a los ancianos; Agde (Hérault) y Riversaltes (Pirineos-Orientales) destinado a los catalanes; Sepfonds (Tarn-et-Garonne) y Le Vernet (Ariège) para los obreros y Gurs (Basses Pyrénées). Estos dos últimos centros fueron los campos franceses más importantes y funcionaron hasta 1944, encerrando y exterminando a judíos, españoles, rumanos, gitanos y otros europeos indeseados para los nazis y para una parte importante de los franceses. El ya mencionado de Le Vernet era conocido como “campo represivo” en el que se debía encerrar a los “individuos peligrosos para el orden público y la seguridad nacional”, en general comunistas y dirigentes de las Brigadas Internacionales. A estos centros de internamiento se le sumaron otros como Argèles-sur-Mer, Saint-Cyprien (sumando ambos más de 180.000 internados), Prats-de-Molló y otros más pequeños como Gurs (con 23.000 excombatientes españoles y 7.000 brigadistas), Noé y Barcarès (cerca de 150.000 refugiados).

A mediados de marzo de 1939, Robert Capa visitó el enorme campo de la playa de Argelès-sur-Mer dónde estaban encerrados en ese momento más de 80.000 republicanos españoles. Capa describió este campo o "un infierno sobre la arena: los hombres allí sobreviven bajo tiendas de fortuna y chozas de paja que ofrecen una miserable protección contra la arena y el viento. Para coronar todo ello, no hay agua potable, sino el agua salobre extraída de agujeros cavados en la arena".

Ante estas terribles condiciones disuasorias planteadas cruelmente por el insensible gobierno francés y tras recibir un mensaje supuestamente conciliador de Franco garantizando inmunidad para todos aquellos libres de "delitos" de sangre, muchos de los huídos se plantearon el regreso. De los 550.000 republicanos que cruzaron los pasos fronterizos franceses antes de abril de 1939, al menos 250.000 --entre hombres, mujeres y niños-- atendieron y dieron credibilidad a las promesas de perdón de los franquistas y regresaron a España. Decenas de miles de ellos lo pagaron con sus vidas, pues todos fueron interrogados a su regreso y los hombres detenidos para su concentración y clasificación de cara al establecimiento de las responsabilidades que pudieran determinar los vencedores, los cuales impusieron condenas a muerte a muchos de ellos y penas milenarias de prisión a los que no fueron asesinados ante los pelotones de fusilamiento.

Nuevamente, muchas de las imágenes que traigo aquí son poco frecuentes y algunas de ellas aparentemente inéditas. Han sido extraídas de las miams fuentes que en la entrada anterior, es decir, que la mayor parte son fotografías de muestra del catálogo de una colección de postales sobre el paso de los puestos fronterizos y la retirada, que está a la venta en en la página http://www.elcondeingles.com/, en su sección de "Militaria; Guerra civil española", y que por su indudable valor documental os hago llegar aquí, a pesar de la bajísima resolución de las borrosas fotográfías. Otras proceden de imágenes de uso público consultables en http://www.corbis.com/ y en http://www.flickr.com/, normalmente bajo el criterio e búsqueda "guerra civil" o "spanish civil war" y a poder ser en blanco y negro. Por último, algunas --unas pocas-- de las fotografías han sido tomadas de la excelente página http://www.sbhac.net/, para la que reitero mi recomendación de lectura sosegada por su gran calidad.


Red de campos de concentración para españoles republicanos en Francia.

Barcarés. Vista parcial del campo de concentración Chauvin número 23.

Port Vendres, Campo de Barcares.

Campo de Barcares: construcción de barracas destinadas a los refugiados.
Aporte de material para la construcción de barracas destinadas a los refugiados.


Argeles. Preparación de la carne que se va a servir de alimento a los refugiados.

Colliure. caballos de la Brigada Lister acorralados en terrenos de Miradau.

Colliure, Miradau
Refugiados conducidos bajo guardia armada al campo de concentración.


Excombatientes republicanos y antifranquistas son conducidos al Campo de concentración de Argeles sur Mer.

Refugiados conducidos bajo guardia armada al campo de concentración.

Refugiados dirigiéndose hacia Argeles, transitan por la carretera del Boulou.

Dos milicianos que aún conservan el buen humor acaban de entrar en Francia.
Republicanos tras las alambradas y bajo guardia armada, en Argeles sur Mer.


Una imagen menos conocida que la anterior, en la que también se ven a republicanos y antifranquistas tras las alambradas y bajo guardia armada, en Argeles sur Mer.
Banda de música de republicanos y antifranquistas españoles presos en campo de concentración francés.
Republicanos y antifranquistas en campo de concentración francés.

Republicanos y antifranquistas en campo de concentración francés. 16 de febrero de 1939.
Republicanos españoles aseándose y desparasitándose en la playa de Argeles Sur Mer, 12 de febrero de 1939.


Saint Cyprien: una vista parcial del campo.

Refugiados bajo guardia armada en el campo de concentración francés.
Refugiadas en el campo de concentración francés.

Campo de concentración de Argeles Sur Mer. 1939.
A pesar de la derrota, los antifranquistas encerrados en los campos de concentración, empecinados y coherentes con sus convicciones, levantan su puño en alto. En el original puede leerse: "Civil War refugees celebrate crossing the Franco-Spanish border on arriving at the French town of.....".
Refugiados presos del campo de concentración frances de LaTour de Carol.
Refugiados presos del campo de concentración frances Chuavin número 33, en Prats de Molló.


Las autoridades francesas y sus fuerzas de seguridad sometieron a un rigurosísimo régimen disciplinario a los republiacnos y antifranquistas españoles. En la imagen puede verse a dos de ellos, castigados y atados a un poste en el interior de un campo de concentración francés.