Enterados los jornaleros y obreros de Huelva y de su combativa cuenca minera de la magnitud de la agresión terrorista contra el pueblo hispalense indefenso, los onubenses secundan el llamamiento de su gobernador militar fiel a la República y se muestran dispuestos a apoyar a los resistentes sevillanos y a defender la legalidad, para lo cual se organizan en una columna que de camino a Sevilla va requisando camiones, coches, maquinaria agrícola y escopetas de caza a su paso por San Juan del Puerto, Valverde, Zalamea la Real, Campillo, Nerva, Río Tinto, Peña de Hierro, Mesa de los Pinos... Cuatro automóviles, quince camiones y 250 kilos de dinamita incautados a la Río Tinto Company Ltd. componen la comitiva, en la que se integran varios centenares de voluntarios, la mayor parte completamente desarmados.
Imagen --quizás de dudosa adscripción-- usada por la página cosasdeandalucia.com para ilustrar una entrada sobre la columna minera
El general Pozas, gobernador militar de Huelva, refuerza la columna minera con 120 guardias civiles y de asalto. Pero ahí comete su gran error: concede su mando al comandante de la guardia civil Gregorio Haro Lumbreras, a pesar de que éste tenía en su historial pronunciamientos previos contrarios al Estado republicano. De camino a Sevilla, el taimado comandante Haro escolta a la columna y con el acuerdo de los jefes de los mineros a los que consigue engañar, los diputados Cordero Bell y Gutiérrez Prieto, se ofrece a adelantarse como rápida avanzadilla para ir eliminando los posibles obstáculos que pudieran encontrar. Confiados, los mineros que forman el cortejo se acercan a Sevilla, pasan junto a Tomares y al amanecer del 19 de julio comienzan a bajar la Cuesta de Castilleja. Y allí, tras unos matorrales, en la zona conocida como La Pañoleta del término municipal de Camas, en el cruce de las carreteras de Mérida y Huelva y justo antes de cruzar el río Guadalquivir con Sevilla a la vista, se agazapan los guardias armados del comandante Haro, que en cuando los tienen a tiro abren fuego sin previo aviso sobre los vehículos. Los conductores y muchos de los pasajeros caen abatidos, a la par que uno o varios camiones que transportaban dinamita estallan por los balazos, provocando una enorme explosión y repartiendo miembros y restos cadavéricos de una treintena de republicanos fieles por las cercanías.
Placa erigida por el Ayuntamiento de Camas en homenaje a los onubenses muertos en el cruce de La Pañoleta. Imagen procedente de la página cosasdeandalucia.com.
Algunos de los camiones que se encontraban a la cola del séquito consiguen dar la vuelta en plena carretera y huir hacia Huelva, mientras que otros quedan atrapados por la barrera de un paso ferroviario, convenientemente bajada por los traidores confabulados. Entre el humo de la deflagración y la confusión, decenas o cientos de mineros consiguen escapar y muchos se refugian en aldeas y pueblos del entorno, pero 71 de ellos son apresados por los bárbaros alzados.
Los mineros onubenses salen de la Audiencia Provincial de Sevilla en la Plaza de San Francisco tras escuchar su sentencia, camino de su muerta segura. Imagen procedente de la página ucarsevilla.wordpress.com
Los mineros onubenses salen de la Audiencia Provincial de Sevilla en la Plaza de San Francisco tras escuchar su sentencia, camino de su muerta segura. Imagen procedente de la página ucarsevilla.wordpress.com
Los mineros onubenses salen de la Audiencia Provincial de Sevilla en la Plaza de San Francisco tras escuchar su sentencia, camino de su muerta segura. Imagen procedente de la página ucarsevilla.wordpress.com
Los prisioneros son conducidos a Sevilla, pasan por diversos presidios improvisados y más tarde son encerrados en el barco Cabo Carboeiro, provisionalmente convertido en prisión flotante en el muelle de Tablada. Pocos días después, son ceremoniosamente juzgados en una farsa de juicio y condenados todos ellos a muerte, siéndosele conmutada la terrible pena sólo al niño Manuel Rodríguez Méndez que "en consideración" a su baja edad de 16 años es condenado finalmente a cadena perpetua. En cinco sacas distintas, los mineros de Huelva leales a la República son arrancados de las celdas, distribuídos por los lugares más emblemáticos y notables de los barrios obreros rebeldes y allí, en La Macarena, en Pagés del Corro, en Amate, en La Pañoleta, en San Julián, en el Pumarejo... todos ellos son fusilados.
Placa erigida en homenaje a los onubenses muertos junto a la muralla y basílica de La Macarena, Sevilla. Imagen procedente de la página cosasdeandalucia.com.
Aquí podemos ver, desde lejos y sin resolución, su estampa de hombres justos, generosos y valerosos. Honor y gloria para todos ellos.
Y vergüenza eterna a los traidores y asesinos, representados aquí por el comandante Haro Lumbreras (Imagen: adolfomoralesblog.blogspot.com)
Que ardan todos ellos por siempre en el infierno, todos, los traidores, quienes los enviaron y quienes aún hoy amparan, comprenden, justifican y se siguen beneficiando de sus criminales actos.
Honor a los defensores de la República, justicia contra los traidores. Fuera Queipo de llano de la Macarena
ResponderEliminarComo es posible que hoy en este pais se sigan teniendo los asecinos en el poder con toda la inmunidad que le da a lo que ellos llaman democracia, amparando atrocidades cometidas en un un pasado reciente ya que desde la muerte de federico y terminando con los abogados laboralistas de atocha todos sobre estos salvapatrias de pacotilla con nombres y apellidos vien relevate,
ResponderEliminarJUTICIA INTERNACIONAL DARNOS LA AYUDAS QUE ESTA COLLA DE POLITICO CORRUCTOS NOS NIEGAN
Son 82 años casi ya cumplidos. Uno de los heroes de esa columna era y es mi tío abuelo Doroteo Mejías Jiménez. Deseo que falleciera en la explosión de los camiones y que no tubiese que sufrir el martirio, al que los faciosos golpistas, hicieron pasar al resto de sus compañeros apresados. Quiero agradecer a todos los particulares y organismos municipales, que hacen que no olvidemos a esos heroes que dieron su vida en defensa del legalidad de la II República. A todos ellos y a Doroteo en especial, mi eterna gratitud. Salud y República
ResponderEliminarSoy Germán Novas caballero,bisnieto de Ricardo caballero calleja.murio el día 19 de julio de 1936,mi bisabuelo era chófer,y conducía el packard.motor car se 16991.murio ese fatídico día como tantos valerosos compañeros que como el murieron por defender nuestras libertades,en la vil emboscada que les hicieron los fascistas.Ni olvido ni perdón.Justicia y dignidad.pues no murieron en vano murieron por la libertad.Hoy de un bisnieto suyo que sigue intentando reparar,lo que esos viles asesinos nos robaron sin piedad.Viva la Republica,viva la Fai abajo el fascismo que viva la revolución social.con todo mi cariño y respeto a mi bisabuelo ,mi familia y a la libertad.
ResponderEliminar