Hace 70 años, las fuerzas franquistas acabaron con los últimos resistentes organizados contra su cruento y feroz golpe de Estado.
El día 1 de abril de 1939, Francisco Franco Bahamonde, funcionario armado al servicio de la República Española y traidor a la misma, dio por concluido oficialmente el más grave y horrendo acto terrorista de la historia de España, cometido con la complicidad y la participación de la más rancia derecha de la CEDA, de los monárquicos, de los falangistas, de los carlistas y de la Iglesia Católica.
Pero a los tres años de salvaje lucha franquista para asumir el poder a través de las armas, tres años de asesinatos indiscriminados, torturas, violaciones y secuestro de opositores, siguieron otros 38 años, también de asesinatos indiscriminados, torturas, violaciones y secuestro de opositores. Y de privación de libertad, de sojuzgamiento de derechos civiles, de represión, miedo, obscuridad y muerte.
Pocos epítetos podría yo dedicar al artífice final del exterminio de la Libertad y de los Hombres y Mujeres Libres de este país, que previamente no hayan sido escritos por Pablo Neruda, poeta chileno que desempeñó un papel fundamental en la evacuación de refugiados republicanos desde territorio francés entre 1939 y 1940. Perdonadme por ello que yo hoy sea parco en palabras. Dejemos que nos hable Neruda a través del tiempo:
"El General Franco en los infiernos"
"Desventurado, ni el fuego ni el vinagre caliente
en un nido de brujas volcánicas, ni el hielo devorante,
ni la tortuga pútrida que ladrando y llorando con voz de mujer muerta
te escarbe la barriga.
buscando una sortija nupcial y un juguete de niño degollado,
serán para ti una puerta oscura,
arrasada".
"En efecto.
De infierno a infierno, ¿qué hay?
En el aullido de tus legiones, en la santa leche
de las madres de España, en la leche y los senos pisoteados
por los caminos, hay una aldea más, un silencio más una puerta rota.
Aquí estás. Triste párpado, estiércol
de siniestras gallinas de sepulcro, pesado esputo, cifra
de traición que la sangre no borra. Quién, quién eres,
oh miserable hoja de sal, oh perro de la tierra,
oh mal nacida palidez de sombra.
Retrocede la llama sin ceniza,
la sed salina del infierno, los círculos del dolor palidecen".
El felón, con su fiel aliado portugués Antonio de Oliveira Salazar, dictador, enemigo de republicanos españoles, de judíos y de portugueses libres.
"Maldito, que solo lo humano
te persiga, que dentro del absoluto fuego de las cosas,
no te consumas, que no te pierdas
en la escala del tiempo, y que no te taladre el vidrio ardiendo ni la feroz espuma.
Solo, solo, para las lágrimas
todas reunidas, para una eternidad de manos muertas
y ojos podridos, solo una cueva
de tu infierno, comiendo silenciosa pus y sangre
por una eternidad maldita y sola".
El felón, y su cuñado, con su aliado Heinrich Himmler y su camarilla de asesinos nazis.
"No mereces dormir
aunque sea clavados de alfileres los ojos: debes estar
despierto, general, despierto eternamente
entre la podredumbre de las recién paridas,
ametralladas en Otoño. Todas, todos los tristes niños
descuartizados,
tiesos, están colgados, esperando en tu infierno
ese día de fiesta fría: tu llegada.
Niños negros por la explosión,
trozos rojos de seso, corredores
de dulces intestinos, te esperan todos, todos, en la misma actitud
de atravesar la calle, de patear la pelota,
de tragar una fruta, de sonreír o nacer".
"Sonreír. Hay sonrisas
ya demolidas por la sangre
que esperan con dispersos dientes exterminados
y máscaras de confusa materia, rostros huecos
de pólvora perpetua, y los fantasmas
sin nombre, los oscuros
escondidos, los que nunca salieron
de su cama de escombros. Todos te esperan
para pasar la noche.
Llenan los corredores como algas corrompidas.
Son nuestros, fueron nuestra
carne, nuestra salud, nuestra
paz de herrerías, nuestro océano
de aire y pulmones. A través de ellos
las secas tierras florecían. Ahora, más allá de la tierra,
hechos substancia
destruida, materia asesinada, harina muerta,
te esperan en tu infierno".
"Como el agudo espanto o el dolor se consumen,
ni espanto ni dolor te aguardan. Solo y maldito seas,
solo y despierto seas entre todos los muertos,
y que la sangre caiga en ti como la lluvia,
y que un agonizante río de ojos cortados
te resbale y recorra mirándote sin término."
Pablo Neruda
"España en el corazón". 1936-1937.
Y hoy, aniversario de un día cualquier más, en los muchos días y años durante los que se prolongó la matanza y el genocidio franquista, no me siento con arrestos para escribir. Antes dí, con honores, pié para que Neruda hablara por mí y por cientos de miles y millones que sienten como yo. Ahora, dejo que sea Juan José Millas quien interprete el repugnante sentido de la siguiente imagen. Texto y foto se publicaron en EL PAIS, el 8 de agosto de 2.006. Leedlo, por favor, mientras hago mutis por el foro.
Extraído de http://www.fideus.com/El_eructo_como_forma_de_pensamiento.jpg
"...Miles de tumbas abiertas,
ResponderEliminarcientos de aldeas quemadas,
millones de almas heridas
te dirán en tus andanzas
-¡Maldito sea tu nombre
Franco , general pirata!
que osaste poner en venta
la piel de toro de España....."