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miércoles, 22 de julio de 2015

"Las fuerzas encargadas de la represión aplicarán con rigor el castigo. No habrá, pues, prisioneros, a menos que haya testigos": La Memoria al servicio de la Justicia. Día 203

Maquis, los últimos objetivos de las fuerzas franquistas, sólo definitivamente liquidados a mediados de los años 60. Su presencia desmiente el victorioso parte de guerra ufanamente escrito por el sanguinario general en 1936. Merodean por los montes, entran en pueblos, hacen requisas en almacenes y negocios de los acaudalados, viven en cuevas y ocultos chozos, ajustician a falangistas y represores, saltan de provincia a provincia, se enfrentan a los civiles o se agrupan en divisiones para organizar ataques conjuntos. No son cautivos, ni están desarmados. Y por mucho que los fascistas les tilden de gangters o bandoleros, son la guerrilla al servicio del Pueblo. Luchan contra los sublevados en el interior de la retaguardia fascista desde julio del 36. Y luchan por todo el Estado, cuando el manto de opresión, silencio y muerte cae sobre todos los españoles desde 1939. A pesar de la derrota de la República, miles de republicanos rebeldes mantienen los combates durante lustros y décadas. El fracaso de la ofensiva guerrillera del Valle de Arán en 1944 hace que muchos de los 6.000 efectivos ocupantes vencidos se organicen en columnas y penetren en el interior de la penísula para contactar con "los del monte" y reforzar sus efectivos. Y así, con los nuevos aportes, la lucha se intensifica tanto desde 1944 hasta mediados de 1948 que el maquis --compuesto por antiguos militares del EPR sin filiación y sobre todo por militantes comunistas, anarquistas y algunos socialistas--  mantiene en jaque a picoletos, somatenes y soldados, resultando victorioso en muchos encuentros.

Los guerrilleros Nicanor Fernández Álvarez y los Maricos, Maricu y Peque. Fuente: hoylibro.periodismohumano.com

 Guerrilleros en Asturias. Fuente: http ahaztuak1936-1977.blogspot.com. es

Octavilla distribuida por una agrupación guerrillera y dirigida a los Guardias Civiles de la zona. Fuente: www.diagonalperiodico.com

Pero las tornas cambian. La geopolítica internacional se impone: Stalin modera su perfil y desea ser visto como un estadista, para lo que convierte a la Unión Soviética en una gran superpotencia expansionista que exporta influencia y controla con sus soldados casi toda Europa del Este. En octubre de 1948, Stalin ordena a los maquis comunistas abandonar la lucha guerrillera en España, comenzar el repliegue armado y volcarse en el "entrismo", es decir en la penetración civil en centros de trabajo y organizaciones sindicales franquistas. Carrillo se afana en evacuar hacia Francia a los guerrilleros del PCE y en terminar con las agrupaciones utilizando para ello todos los métodos posibles, incluso la delación al enemigo franquista y el asesinato de elementos comunistas díscolos, rebeldes o contumaces a manos de sicarios enviados desde Francia expresamente para ello. De la mano de Stalin va también el general Franco, pues al desastre para la guerrilla contribuye el felón ferrolano con decididas acciones destinadas a afianzar su situación internacional estabilizando el frente interior, para lo que es preciso aniquilar toda resistencia que pueda ser interpretada por los Aliados y el nuevo orden internacional como una posible muestra de debilidad. Para ello, el general escribe de su puño y letra una circular reservada que distribuye a través del Ministerio de Gobernación y con la que exige a todos los representantes gubernativos de fuerzas policiales y militares a su servicio el exterminio de los guerrilleros y de sus colaboradores: "Teniendo en cuenta la intervención de representantes diplomáticos de países acreditados en España, con motivo de algunos juicios celebrados contra elementos detenidos por actividades criminales contra la Seguridad del Estado y el buen nombre de la Patria, se hace saber que en lo sucesivo las fuerzas encargadas de la represión de actos de sabotaje y terrorismo aplicarán con rigor el castigo que corresponde a todo detenido con armas en la mano o convicto por actos de esa naturaleza. No habrá, pues, prisioneros, a menos que haya testigos... o... circunstancias [...] que puedan dar lugar a una publicidad que aprovechen nuestros enemigos”. (José Antonio Biescas y Manuel Tuñón de Laraen "Historia de España").


Una información en prensa que habla del exterminio de los "Jubiles". Fuente: memoriarepressiofranquista.blogspot.com

Guerrillero muerto en Mier (Peñamellera Alta). Fuente: hoylibro.periodismohumano.com

Y la guerrilla pierde fuerza, hombres e impulso, languidece y va desapareciendo, a pesar del protagonismo inusitado que a partir de la defección estalinista alcanzan los guerrilleros anarquistas. A mediados de los años 50 apenas quedan guerrilleros. La inexorable presión de la Guardia Civil uniformada; las partidas contraguerrilleras formadas por Guardias Civiles que utilizan como argucia el vestir de paisano, vivir en el monte y al raso, portar armas muy diversas y hacerse pasar por maquis para acabar con los guerrilleros que se dejaban seducir por tales argucias; y las feroces represalias --letales-- contra la guerrilla y contra sus frágiles redes familiares y vecinales de apoyo en libre interpretación de la Ley de Fugas exigida por el maligno caudillo consiguen que a finales de esa década apenas quedan elementos antifranquistas rebeldes y armados.

Con los dedos de una mano pueden contarse los guerrilleros a principios de los 60. Abandonados por todos, perseguidos implacablemente por los enemigos de la Libertad, sin apoyos y sin recursos, siempre escondidos, siempre huyendo, sin que se les permita capitular, sin querer rendirse, los últimos van cayendo: el anarquista Quico Sabaté Llopart, abatido en Sant Celoni (Barcelona) el 5 de enero de 1960, a los 44 años de edad; Ramón Vila Capdevila "Caracremada", en Rajadell (también Barcelona) el 7 de agosto de 1963, a los 55 años.


Cadáver de Quico Sabaté Llopart, tras caer en una emboscada de la Guardia Civil en las calles de Sant Celoni el 5 de enero de 1960. Fuente: www.diagonalperiodico.net

Cadáver de Ramón Vila Capdevila "Caracremada", tras ser muerto por un somatén tras ser perseguido por la Guardia Civil, el 7 de agosto de 1963. Fuente: www.diagonalperiodico.net


Y el último de todos, Xosé Castro Veiga "O Piloto", muerto mediante un tiro a distancia sin enfrentamiento previo junto al embalse de Belesar (Lugo) el 10 de marzo de 1965, a los 50 años de edad.
Xosé Castro Veiga, ultimo guerrillero muerto tras ser abatido por la Guardia Civil el 10 de marzo de 1965. Fuente: www.eldiario.es

Cadáver de Xosé Castro Veiga, ultimo guerrillero muerto tras ser abatido por la Guardia Civil el 10 de marzo de 1965. Fuente: www.galiciaunica.es

Armas y escondite de Xosé Castro Veiga, ultimo guerrillero muerto tras ser abatido por la Guardia Civil el 10 de marzo de 1965. Fuente:www.galiciaunica.es

Certificado de defunción de Xosé Castro Veiga, ultimo guerrillero muerto tras ser abatido por la Guardia Civil el 10 de marzo de 1965. Fuente:www.galiciaunica.es


Y así fue como aquellos que llamaban bandoleros, aquellos a los que mentaban de gángteres, aquellos héroes, mártires por la Libertad, generosos visionarios, sacrificaron su futuro por el futuro de sus semejantes y eligieron perder su vida antes que reconocerse cautivos, desarmados y derrotados a manos de sus verdugos franquistas.

(Más info, textos y foto, sobre maquis y guerrilla
en TODOS LOS ROSTROS: 2500 maquis asesinados entre 1939 y 1965: La Memoria al servicio de la Justicia. Día 146. http://todoslosrostros.blogspot.com.es/2015/05/2500-maquis-asesinados-entre-1939-y.html)