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lunes, 11 de mayo de 2015

Escucha, Felipe VI, "no reconocemos tu Autoridad, negamos tu Dignidad, nos rebelamos contra tu antidemocrática autodesignación...": La Memoria al servicio de la Justicia. Día 131

Acapara Felipe Borbón, el VI, eso dicen, titulares de periodicos; llena portadas de papel couché; fomenta un rol cercano a lo popular, simpático y más campechano aún que el que quiso improntar su padre; se permite el lujo de dar lecciones de democracia apoyándose en la memoria de los miles de republicanos muertos en campos de concentración nazis; y en un país que pixela rostros infantiles, apuntala el éxito de la medieval y antidemocrática institución a la que representa en la inocencia virginal de sus niñitas rubias e inocentes, pero...


¿Acaso cree Felipe que hemos olvidado quién era su abuelo?

¿Cree que ya no recordamos cómo Juan Borbón se ofreció al genocida Franco para alistarse en su ejército asesino contra el Estado español, contra su República democrática y contra su Constitución?

¿Cree que no recordamos que su madre Sofía, reina madre de España, no se llama de Grecia, sino que su nombre real es Sofía Margarita Victoria Federica Schleswig-Holstein Sonderburg-Glücksburg y que la madre de ella, la abuela de Felipe VI, era miembro del Partido Nazi y que sus tíos formaban parte de las Juventudes Hitlerianas?

¿Cree que hemos olvidado quién es su padre y su condición de delfín del asesino genocida Franco?

¿Cree que hemos olvidado que el dictador genocida, el mismo que le protegió a él, Felipe VI, que le amparó y dio cobijo durante tus siete primeros años de vida, alcanzó el poder y se mantuvo en él gracias al apoyo de los mayores asesinos del siglo XX?

¿Cree Felipe Borbón que hemos olvidado que la misma mano que estrechaba las de Hitler y Mussolini, también acariciaba la suya bajo la mirada complaciente de su padre Juan Carlos?

¿Cree que por el simple hecho de ser hijo de un dimisionario usurpador de la voluntad popular va a hacer que los republicanos renunciemos a nuestro derecho democrático a elegir a quien queramos que nos representen? ¿O cree que pudiendo nosotros mismos ser elegidos líbremente como presidentes de nuestra comunidad de vecinos, como alcaldes de nuestro pueblo, como dirigentes de nuestra comunidad o como jefes de nuestro Gobierno, vamos a consentir en que él, carente de una cualidad sobrehumana específica, él, el hijo, el nieto y el protegido de corruptos, golpistas y asesinos, haya sido proclamado Jefe de Estado por la casta política y económica que le sustenta, la que le da soporte y a la que protege en justo pago por sus servicios?

Pues no, ciudadano Felipe Borbón, no. No sé si somos pocos o muchos, pero eso no importa, puesto que no reconocemos tu Autoridad, negamos tu Dignidad, nos rebelamos contra tu antidemocrática autodesignación, condenamos tu inmoral participación en esta cotidiana farsa contra el Pueblo y sólo asumimos tu condición de ciudadano español para que en un futuro a corto plazo te pueda ser aplicado el espíritu y la letra de las nuevas Leyes Republicanas, de sus nuevos Códigos Penales y Civiles y de todo el corpus jurídico y legislativo que pueda desarrollar y aplicar la inminente Tercera República española. Aquella que deberás acatar en España o repudiar desde el exilio.