Curioso es que en el genoma de muchas de las megacorporaciones españolas actuales se encuentre el cromosoma plutócrata franquista que justificaba la explotación sin límites de la fuerza bruta del ser humano como esclavo trabajador en beneficio de las empresas que amparaban e impulsaban el golpe de Estado de la Oligarquía contra el Pueblo.
Curioso me parecía, como digo, pero con los años debo de estar volviendome gilipollas confundiendo lo que es mera anécdota con lo que es categoría porque, sin que yo me aperciba y a poco que se rasque, es fácil encontrar que en todos (o casi) los consejos de administración de las multi y transnacionales patrias de hoy abundan los herederos y/o beneficiarios del franquismo. Orillando mi ingenuidad sobrevenida --será la edad-- y bajo esos mimbres, hallamos entre los cimientos del criminal golpismo los cromosomas empresariales de siempre, los que fueron y los que aún son hoy, bajo mil capas de millonarias cebollas: Dragados, Huarte, Construcciones y Contratas, Banús, Marroquín, San Román, Hnos. Nicolás Gómez, Construcciones ABC, Babcock-Wilcox, Carbones Asturianos,
Constructora Naval, Industrias Egaña, Talleres La Trefilera, Plasencia
de las Armas, Esperanza y Compañía SA, Talleres Murga, Cementos
Portland-Iberia, Cementos Asland, Metro de Madrid, etc., etc. Como matrices o derivadas, muchas de estas viejas corporaciones son ahora el germen del actual tejido empresarial español de hoy. La mayoría. Preguntadles.
¿Será entonces que la supuesta "Guerra Civil" fue en realidad una a modo de OPA muy hostil de la clase propietaria contra la entonces pujante clase trabajadora en aquella su primera oportunidad de asomar la cabeza sobre el rasero de la Historia? Pues debe ser que es así, porque el exitoso modelo agresivo se aplicó a rajatabla desde la España de mediados del XX, a beneficio del inventario capitalista. Por ello, no debe de extrañar que otros siguieran esa senda practicando el metodo reseñado como ideal Manual de Instrucciones del empresario filofranquista de postguerra.
Tal es el caso, o no, de la todopoderosa corporación MAPFRE, casa madre de la omnipresente FREMAP. En su origen remoto se encuentra la aventura golpista del que fuera su rescatador, salvador e impulsor. Ignacio Hernando de Larramendi y Montiano fue un carlista que con 16 años se alistó en la huestes tradicionalistas para combatir contra el marxismo y contra las hordas proletarias republicanas. Digo yo que si él y sus correligionarios --católicos, ultramonárquicos, absolutistas e integristas-- agarraron un fusil y pegaron tiros para matar, MATAR, a disidentes y opositores rojos es porque probablemente les repugnaba la lucha de los humillados de la época por librarse de la opresión de la plutocracia que ellos representaban. En todo caso, sus hagiógrafos --los mismos que ensalzan el ejemplo emprendedor de su imperio transnacional-- lo justifican alegando que Ignacio calzó boina roja y rindió pleitesia a la Cruz de San Andrés, de Borgoña para los puristas, sólo con el propósito de encontrar a su hermano, alistado bajo nombre supuesto y con destino desconocido en las fuerzas armadas contrarrevolucionarias absolutistas de la Comunión Tradicionalista, puntales junto a los pistoleros de Falange de la rebelión franquista. Ignorando si halló al perdido habremos de suponérnoslo, aunque llamativo resulta el aparatoso despliegue ideológico que la Fundación nacida de su inspiración y ejemplo hace de las hazañas bélicas y del pensamiento absolutista de los carlistas que con arma al hombro dieron su vida (y terminaron con decenas de miles de ajenas) en defensa de ideales decimonónicos y medievales.
Esta Fundación, creada en homenaje a Luis Hernando de Larramendi, también tradicionalista y padre del patriarca, cuenta entre sus fondos con decenas o cientos de trabajos textuales de lo que sus administradores han dado en llamar "polígrafos", es decir, creadores polifacéticos cuyas obras marcaron un punto de inflexión en un campo, pero además incluye una colección apologética de agitadores y prosélitos del más rancio tradicionalismo requeté. Y rebuscando por aquí y por allá en lugar tan ideológicamente tóxico, que lo es, en el relato del carlista Luis Doreste Manchado (ver larramendi.es/testimonios.requetes/doreste.html) me encuentro con esta foto. Representa según dicen los subtituladores de larramendi.es a un grupo de prisioneros republicanos en el frente de Cataluña, foto rescatada o captada del Archivo Jaurrieta. No se aprecia sus caras, sólo vagas siluetas, bultos inconcretos. No sabemos quiénes son ni conocemos su unidad y fecha de captura. No sé más que lo expongo. Ni menos. Hala, para allá que va el envite, hasta que la Fremap me lance un órdago y me diga que lo transmute.