Este blog no sólo centra su mirada en las víctimas de la represión franquista, sino que también dedica líneas e imágenes a todos aquellos inocentes damnificados por las ideologías fascistas, militaristas y belicistas desde la II Guerra Mundial. Ya en varias ocasiones me he referido a la Solución Final nazi, al Holocausto judío y a la SHOA, pero hasta ahora no lo había hecho a las víctimas civiles de la guerra en el Pacífico. Y, ¡cómo no!, es imposible substraerse al horror que despiertan en toda alma sensible las terroríficas consecuencias del lanzamiento --tras la orden del presidente estadounidense Harry S. Trumann-- de sendas bombas atómicas en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
El asesinato instantáneo y en masa por el ejército "americano" de 150.000 personas en Hiroshima y 130.000 en Nagasaki fue justificado por Truman bajo el falaz argumento de que más valía que murieran 250.000 civiles japoneses en un segundo, que 1.000.000 de sus soldados a lo largo de varios meses. Lo que Truman sin embargo nunca reconoció fue que sus servicios secretos, y sus espías infiltrados en otros servicios cercanos a las fuerzas de otras potencias del Eje, conocían en todo momento la ubicación del emperador Hirohito y que una orden del presidente americano hubiera podido poner fin a la vida del monarca absoluto en un instante, poniendo punto final a la guerra sin aniquilar a cientos de miles de indefensos ancianos, hombres heridos, mujeres y niños.
Para recordar hoy aquella horrenda matanza de inocentes, de la que se ha cumplido hace pocos días su 75 aniversario, traigo aquí, después de haberlo llevado también a mi perfil de Facebook http://www.facebook.com/paco.de.jerez , una galería de fotografías publicada en la prensa ("El Universal de México") en mayo del año 2008. Fueron realizadas por un fotógrafo japonés desconocido y la máquina que utilizó apareció escondida en una cueva para ser luego encontrada por un soldado ocupante estadounidense, que las cedió a un Instituto, el Hoover, con la condición de que no fueran desveladas públicamente hasta el año 2008. Las imágenes son terroríficas y las subo aquí con mucha prevención, pero siempre con el propósito de que sirvan para evitar el olvido y el silencio y para caracterizar la inocencia de las víctimas y la culpabilidad de sus verdugos, que hoy se ocupan y afanan en borrar su pasado y ocultar que los EEUU han sido la única nación del planeta que ha utilizado la energía atómica para asesinar en masa a población civil.
Para recordar hoy aquella horrenda matanza de inocentes, de la que se ha cumplido hace pocos días su 75 aniversario, traigo aquí, después de haberlo llevado también a mi perfil de Facebook http://www.facebook.com/paco.de.jerez , una galería de fotografías publicada en la prensa ("El Universal de México") en mayo del año 2008. Fueron realizadas por un fotógrafo japonés desconocido y la máquina que utilizó apareció escondida en una cueva para ser luego encontrada por un soldado ocupante estadounidense, que las cedió a un Instituto, el Hoover, con la condición de que no fueran desveladas públicamente hasta el año 2008. Las imágenes son terroríficas y las subo aquí con mucha prevención, pero siempre con el propósito de que sirvan para evitar el olvido y el silencio y para caracterizar la inocencia de las víctimas y la culpabilidad de sus verdugos, que hoy se ocupan y afanan en borrar su pasado y ocultar que los EEUU han sido la única nación del planeta que ha utilizado la energía atómica para asesinar en masa a población civil.
El texto y las fotografías publicadas por "El Universal de México" el 6 de mayo de 2008 fueron los siguientes:
http://www.eluniversal.com
Exponen fotografías inéditas del bombardeo nuclear en Hiroshima
Presenta el Instituto Hoover una serie de imágenes del fotógrafo estadounidense Robert L. Capp de la tragedia en la ciudad japonesa de Hiroshima tras la caída de la primera bomba nuclear
El Universal
Washington, EU
Martes 06 de mayo de 2008
10:51
Un fotógrafo desconocido; un rollo perdido en una cueva y la muerte y el horror ocultos en él. Tal es la historia que revelan los Archivos del Instituto Hoover, al divulgar 10 fotografías inéditas tomadas tras el bombardeo nuclear sobre Hiroshima con el que terminó la Segunda Guerra Mundial.
Miles de cadáveres y devastación parecen fundirse en un silencioso grito, interminable. Unos segundos tomó al piloto estadounidense Paul W. Tibbets, del avión Enola Gay lanzar, el 6 de agosto de 1945, la bomba atómica —otra cayó sobre Nagasaki—; una vida ha pasado y las consecuencias de aquella decisión aún son evidentes en las enfermedades de los niños que nacen deformes en la zona alcanzada por las radiaciones nucleares; en la tierra muerta, estéril...
Del autor de las fotografías sólo se conoce su nacionalidad: japonesa. Del rollo, que fue encontrado aún sin revelar en una caverna en Hiroshima por el entonces soldado estadounidense Robert L. Capp ese mismo año del 45.
Las fotos se convirtieron en parte de la colección Robert L. Capp. En 1998 fueron donadas a los Archivos Hoover, bajo una condición: no reproducirlas sino hasta 2008. Tres de las imágenes aparecen en el libro “Atomic Tragedy. Henry L. Stimson and the Decision to use the Bomb against Japan”, de Sean L. Malloy, con la anuencia de la familia Capp.
Malloy, que ha escrito varios artículos sobre las razones que llevaron a EU a lanzar las bombas, ahora está enfocado en buscar al fotógrafo que captó con su lente el drama de Hiroshima, con sus 120 mil muertos y un horror hasta entonces desconocido.